Inteligencia emocional

¿cómo se lo digo, cómo se lo escucho, cómo se lo callo y me lo evito?

charlamos empezando la mañana del domingo sobre esos procesos en los que vivimos inmersos, que nos ocupan mentalmente, que nos preocupan, a veces parece que damos vueltas a los pedales y la cadena patina, la cabeza en bucle,

y sobre las diferentes versiones de la realidad, ¿existe la verdad o existen formas de ver la realidad según el cristal con el que miramos lo que ocurre a nuestro alrededor?, ¿o tal vez creamos nuestra realidad, tú la tuya, y yo la mía, tan diferentes?,

y en el hilo de la conversación alejándonos de esa simplificación burda y fácil detrás de la cual muchas veces nos escondemos, que dice que hay tantas realidades como personas involucradas y formas de ver y sentir lo que ocurre,

conectamos con la posibilidad de una única verdad, con muchas capas, con muchos matices, que también incluyen lo que una situación nos hace pensar, sentir, y a veces re-accionar, lo que decimos y hacemos a continuación,

pero una verdad muy rica, bastante compleja, tal vez lo que está ocurriendo tiene que ver con una carga transgeneracional mucho más profunda, la tuya y la mía, tal vez incluso con nuestro camino de desarrollo personal,

y esa creación compleja que se da cuando a lo que ocurre en el plano material, los simples hechos, le sumamos lo que yo pienso y siento en relación con lo que está pasando, mi forma de comportarme, lo que digo y lo que cayo,

realidad que se hace más grande cuando somos varias las partes involucradas en el juego, tal vez por eso, al leer el título de este libro, ¿cómo se lo digo?, el arte de las conversaciones difíciles,

pienso en todo lo que no voy ni me van a decir, todo lo sutil que subyace en cualquier situación, empezando por la intención, mucho más de lo que muchas veces somos capaces de comunicar de forma explícita, pero que muchas veces se siente,

tu intención y la mía,

y se me ocurre ese título alternativo, seguramente para otro libro que no es éste, ¿cómo se lo escucho?, un título mucho más cercano a ese programa que algún día tal vez nos ayuda en nuestra forma de relacionarnos,

porque escuchar es amar.

   así lo vimos…

en cualquier conflicto relacionado con la comunicación inter-personal, normalmente estamos movidos por una necesidad personal, mucho más que por la necesidad de la parte contratante de la primera parte, ya seas tú, ella, o ellos,

tal vez por eso nuestro interés se centra fundamentalmente en lo que yo tengo que decir, en un proceso que ensayamos mentalmente una y otra vez, con las múltiples variantes que se pueden desencadenar cuando empieza la conversación,

variantes que la realidad demuestra pequeñas, casi siempre la primera respuesta que recibimos escapa al juego de posibilidades pre-ensayadas, afortunadamente las conversaciones distan mucho del juego del ajedrez,

y seguramente vamos a tener que ajustar el curso de todos los ensayos previos al nuevo cauce que se abre, es la magia de la vida, de necesidad de compartir a acusaciones airadas al aire, de aquí para allá.

en el proceso de arreglar las cosas suele ser interesante esto de conversar, aunque todo llega hasta donde es posible, y no va más allá, a veces la situación llega a ese punto en el que tenemos que poner un límite,

esa distancia que nos ayuda a preservarnos de un ambiente insano, al menos para nosotras, de esas situaciones que no nos hacen bien, y en eso estoy cuando aparece a hacerme compañía esta canción de Rozalén, con este extraño texto,

no seré yo la que baile para ti,

en potencial,

que se transforma, en rotundo tiempo presente, porque un límite sólo funciona cuando se aplica en rotundo presente,

 

ya no soy yo la que baila para ti.

 

 

los límites son las respuestas naturales cuando aplicamos el miedo sano, sí, porque el miedo, cuya finalidad es la supervivencia, nos salva de aquellos entornos y situaciones que nos hacen mal.

y sigo rumiando una de las dificultades más grandes que tenemos en el terreno de la comunicación, la de hablar de un tema con alguien que no quiere escucharlo, y mucho menos hablar nada al respecto,

qué difícil es explicar el arco iris a un ciego, conversar con una persona sorda, razonar con un loco, o tratar con una persona cualquier tema cuando se ha instalado en la negación.

de las 3 variantes que siguen, ¿cuál te gusta más hoy?

¿cómo se lo digo?

¿cómo se lo escucho?, porque escuchar es amar

¿cómo se lo callo y me lo evito, si no me va a servir para ná de ná?

7 emociones es un modelo de responsabilidad emocional creative commons inspirado en la teoría U de Otto Scharmer y en la teoría del color de Goethe que compartimos desde este enlace.

 

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