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Eliminar el miedo oratorio

Eliminar el miedo oratorio

Al miedo oratorio se lo define como una inhibición para hablar en público. Es importante mencionar que ningún orador es elocuente desde el principio. Los más grandes oradores se reconocen tímidos o temerosos antes de iniciar un discurso.

Al enfrentar a un auditorio se siente esa rara tensión nerviosa, la que no debería desalentar. Es muy normal que una persona ante una situación nueva y difícil sienta malestar en el estómago, o que sus manos transpiren, o que sus rodillas tiemblen. Estas señales identifican a una persona responsable y que respeta a su auditorio.

Algunas personas superan inmediatamente esta sensación y se introducen ágilmente en su discurso. Otras, en cambio, no logran dominar la situación, manifiestan signos externos de su inestabilidad emocional y muchas veces ni siquiera pueden comenzar a hablar.

Este problema tan generalizado es perfectamente superable, practicando con entusiasmo y decisión los siguientes procedimientos:

1)  Solución a nivel mental:

a) Obtenga confianza en Usted mismo. William James dijo que la voluntad puede transformar al sentimiento mediante la acción. Aclaremos esto con un ejemplo: si una persona se siente triste, puede comenzar a reír si se lo propone.  Al cabo de un tiempo y siguiendo el esquema de James, esa persona cambiará su estado de ánimo: pasará de la tristeza a la alegría.

Recordemos que la mente tiene una capacidad autosugestiva, transforma en acto todo lo que acepta. Pero hay que tener cuidado en la forma en que se le presenta el material. Imagine que Ud. debe atravesar caminando una tabla de 100 metros de largo y 10 centímetros de ancho. Su mente obedecerá sin esfuerzo a su voluntad. Pero ahora imagine que la tabla se encuentra ubicada entre dos edificios a 100 metros de altura. La imagen de la altura induce a pensar en el obstáculo, es decir, en la posibilidad de la caída.

Habitualmente el obstáculo aparece como una atracción fatal para la mente, y por lo tanto, es fundamental aprender a visualizar para entregarle imágenes multisensoriales que apoyen el proceso de autosugestión.

El conocimiento de esta situación, que juega como un poder oculto de la mente, puede usarse para el logro de una mayor confianza. Si se proyecta esta capacidad al campo de la Oratoria, lo que se debe hacer es imitar al nadador que aprendió a nadar en el agua: ¡VENCER LAS INHIBICIONES ORATORIAS HABLANDO!

La experimentación es sencilla. Si habla en los lugares que hasta hoy le causan inhibición, al cabo de un tiempo esa actitud se tornará natural.

Como señalamos en la introducción de la clase 1, el ser humano está condenado desde su infancia a un rol de espectador porque tiene kilómetros de lectura o de recepción pasiva y solamente algunos metros de práctica en la exposición. Esa falta de uso de la expresión es la que genera el temor a hablar en público. Lo que no se usa se pierde y además, como decía Thomas Edison, el genio es un 10% de inspiración y un 90% de transpiración.

El miedo oratorio no solamente es perjudicial para las conferencias. Muchas veces, es el factor que provoca el error o la parálisis en un examen y genera el fracaso aunque se conozca el tema en profundidad. La información está  “en la punta de la lengua” pero, sin embargo, no se puede recuperar.

b) Autosugestión. Este punto está muy relacionado con el anterior en cuanto al logro de una mayor confianza. Muchos problemas no son reales, sino creados por uno mismo.

La autosugestión propone seguir el camino inverso: ¡Vencer y eliminar ese problema! ¿Cómo lograrlo? Muy sencillo: todas las noches y en cualquier momento del día, debemos cerrar los ojos e imaginar la persona que desearíamos ser. La visualización creativa debe ser tan real y potente como sea posible, es decir, imaginar el ideal.

Además, traducir esa imagen en una frase en tiempo presente que refleje el logro como si ya se hubiese consumado, como por ejemplo: “ahora soy el que siempre quise ser”. Nunca deben utilizarse frases con términos negativos como: “¡pronto voy a dejar de ser tímido!”. En la formulación de la frase, no debe aparecer el problema.

c) Actitud mental. La mayoría de los oradores aumentan su miedo pensando en sus posibles errores: ¿Me equivocaré?, ¿Se reirán de mí?, etc. Es importante: 1) Ocupar la mente en otra actividad. 2) Considerar el suceso en forma diferente 3) Descubrir y alterar la idea perturbadora. 4) Oponer la tendencia contraria. En

el módulo práctico, le sugerimos ejercicios que ayudan a combatir el miedo oratorio.

2)  Solución a nivel físico:

El miedo oratorio provoca una paralización a nivel físico. Esa tensión muscular debe ser relajada. Para conseguirlo se aconseja respirar diafragmáticamente en forma honda y profunda antes de comenzar a hablar, acomodar los papeles, limpiar el pizarrón, etc.

Esta suave actividad física permite lograr un mayor control corporal.

3) Solución a nivel elaborativo:

Una de las mejores garantías para derrotar al temor oratorio es la correcta preparación del tema: investigar, buscar material, elaborar un plan, memorizar el discurso, someterlo al juicio de otros y repetirlo muchas veces, averiguar cuáles son las características del auditorio (su nivel intelectual, preferencias, etc.).

4) Actitudes mentales de sostén:

Ud. puede sentirse valiente por el hecho de enfrentar al auditorio; otro, en su lugar, hubiera huido. Para reforzar esta convicción, es útil alentar las siguientes actitudes mentales de sostén:

¨ Sentir que puede prescindir del público, que lo único que tiene razón de ser es el discurso y que Ud. lo domina perfectamente.

¨ Asumir qué es lo peor que podría ocurrir. Luego, sólo restará mejorarlo.

¨ Convencerse de que hablar en público es lo mismo que hablar en privado.

¨ Proponerse llevar adelante todos estos procedimientos con decisión y tenacidad.

¡Cuidado! ¡Tus movimientos te delatan!

 

El lenguaje corporal, que no es más que todo lo que tú trasmites por medio de movimientos o gestos, delata completamente tus sentimientos o percepción acerca de la persona con la que estás interactuando. 

Cuando conversas con una o varias personas, reflejas y envías miles de señales y mensajes a través de tu comportamiento.

Así que presta atención y sácale provecho a los siguientes datos, porque tanto en tu vida laboral como en la personal, te serán de gran provecho.

       
          ACTO                                                                       LO QUE REFLEJA 

Acariciarse la quijada                                                        Toma de decisiones

Entrelazar los dedos                                                          Autoridad

Dar un tirón al oído                                                             Inseguridad

Mirar hacia abajo                                                                No creer en lo que se escucha

Frotarse las manos                                                             Impaciencia

Apretarse la nariz                                                               Evaluación negativa

Golpear ligeramente los dedos                                           Impaciencia

Sentarse con las manos agarrando                                   Seguridad en sí mismo y
la cabeza por detrás                                                           superioridad

Inclinar la cabeza                                                                Interés

Palma de la mano abierta                                                    Sinceridad y franqueza 

Caminar erguido                                                                  Confianza y seguridad 

Pararse con las manos en las caderas                              Buena disposición

Jugar con el cabello                                                            Falta de confianza en sí mismo 

Comerse las uñas                                                               Inseguridad o nervios

La cabeza descansando sobre las manos                        Aburrimiento

Unir los tobillos                                                                    Aprensión

Manos agarradas hacia la espalda                                     Furia, ira, frustración y aprensión

Cruzar las piernas, balanceando el pie                              Aburrimiento

Brazos cruzados al pecho                                                 Actitud a la defensiva

Caminar con los hombros encorvados                              Abatimiento

Manos en las mejillas                                                         Evaluación

Frotarse un ojo                                                                   Dudas

Tocarse ligeramente la nariz                                              Mentir, dudar o rechazar algo

        
ALGUNOS TRUCOS

Usa tus ojos para hablar
Los ojos son las ventanas del alma. La persona que mira limpiamente a los ojos de Otros es una persona segura, amistosa, madura y sincera. Sus ojos y su mirada pueden decir tanto porque expresan prácticamente todas las emociones: alegría, tristeza, inquietud, tensión, preocupación, estimación o respeto. Por sus ojos muchas veces se puede saber lo que está pensando. Por eso, constituyen una ayuda Poderosa en la conversación.

   
El uso adecuado de las manos
Tus manos se pueden aprovechar muy bien para complementar tus palabras y dar mayor fuerza a tu conversación. No las utilices inútilmente y mucho menos para hacer cualquier cosa que distraiga a la otra persona. Tampoco las uses violentamente, palmoteando o pasándoselas casi en el rostro a la otra persona.

  
Cuidado con lo que tocas
Hay muchas personas que siempre están dando palmadas en la espalda o tocando a los otros en los brazos, como para llamar su atención. Es bueno demostrar cariño, pero también hay que guardar el debido respeto a los demás. Muéstralo no tocando a la otra persona innecesariamente. Hay quien se siente muy molesto si le tocan, ten cuidado. Pero tampoco hables o escuches con las manos metidas dentro de los bolsillos porque eso denota indiferencia y mala educación.

       
Gestos que denotan impaciencia o aburrimiento
La actitud física demuestra lo que el alma está sintiendo. Si alguien finge interés en una conversación, la otra persona se dará cuenta muy fácilmente por sus gestos y ademanes. Moverse nerviosamente o levantarse, cruzar y descruzar las piernas, moverse en el asiento o mirar constantemente el reloj demuestra aburrimiento y es una gran falta de respeto. Si tienes que mirar la hora, hazlo en el reloj de otro.

       
Aprender a sentarse
Aprende a sentarte tranquilo y comportarte cuando se escucha. Reparte equitativamente el peso de tu cuerpo para no cansarte mientas estás sentado conversando. Si te sientas en el borde de la silla, es indicativo que deseas irte tan pronto como sea posible. Si cambias constantemente de posición, estás expresando a gritos que estás aburrido. Si mueves incesantemente los pies durante la conversación, tu interlocutor pensará que estás molesto, inseguro, irritado, nervioso, cansado o aburrido. Sitúate en una posición cómoda y descansada que te permita respirar mejor y manejar mejor tu voz.

      
Control de la mirada
Cuando estés hablando con alguien, no estés mirando a todos lados: a la ventana, al techo, al suelo o limpiando sus uñas. Tampoco mires morbosa y curiosamente los zapatos, pantalones, camisa o peinado del que habla. Mantén el contacto ocular, pero sin fijar en exceso la mirada: eso lo hacen los locos. De todas formas, si  quieres fijar la mirada durante mucho tiempo en alguien sin cansarte psicológicamente, mira su entrecejo. Para el otro/a no hay diferencia.

        
Control de las expresiones del rostro
¡Sonríe! Intercalar sonrisas cálidas y francas en la conversación transmite confianza, alegría y buena disposición. Sin embargo, no exageres. Sonreír demasiado frecuentemente puede convertir el gesto en una especie de mueca y dar la impresión de que es algo hueco, vacío y fingido. Apretar exageradamente los labios puede delatar que tienes dudas o desconfianza acerca de lo que el otro está diciendo o sugerir que no estás expresando realmente lo que piensas o sientes.

        
Conclusiones

Todo lo que aquí has leído, es una muy pequeña parte sobre el tema del lenguaje corporal o tambien llamano “no verbal”. Espero que te haya sembrado inquietudes. Desde luego, puedes empezar a practicar a partir de ahora.

       

Mayor información: ingresa a www.ilvem.es o contacta con nosotros en euskadi@ilvem.com