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Frida Kahlo ( Capítulo 15 – Último Capítulo )

“Está anocheciendo en mi vida”. Estas son las dramáticas palabras que pronunció Frida Kahlo cuando se enteró que su pierna derecha sería amputada. Corría el año 1953. Fueron semanas de intenso dolor físico. Pero como todo en la vida, ese dolor acabaría pasando y una vez llegado el momento de abandonar el hospital, la pintora al principio se negaba a hacerlo. La vuelta a casa suponía tener que utilizar una pierna ortopédica. Hecho al cual ella se negaba rotundamente, fuera por estética o fuera por saber que ya jamás sería nada igual. Pasados tres meses de la vuelta a casa y tras haber aceptado que la pierna ortopédica le facilitaría su día a día, aprendió a recorrer distancias y lentamente su estado de ánimo comenzó a mejorar.

Frida llevaba casi un año sin pintar un solo cuadro, pero en la primavera del año 1954 ella misma se obligó a ir al estudio. Allí, atada a la silla de ruedas con una faja para sostener la espalda, trabajaba en el caballete por el tiempo que aguantara el dolor y luego seguía pintando en la cama. La pintura, su pintura, se convirtieron en un acto piadoso.

Frida sabía que se estaba muriendo. De hecho, en una de las últimas páginas de su diario dibujó esqueletos disfrazados. Para ella la muerte formaba parte de la vida, y había que enfrentarse a ella abiertamente.

También en dichas paginas dibujó figuras femeninas con alas, dibujos más caóticos que los que había realizado semanas antes. El último esbozo de hecho muestra a un ángel negro que se eleva hacia el cielo: sin duda, el ángel de la muerte.

Dibujos como éste último, más una serie de palabras caóticas, también sugieren que Frida se suicidó. No obstante, como causa de su muerte, la cual sucedió en martes, el 13 de julio del año 1954, se citó  una embolia pulmonar.

La noticia del murete de Frida se difundió como la pólvora. Frida estaba acostada en la cama de cuatro columnas y vestida con su falda negra de Tehuana y el huipil blanco de Yalalag. Sus amigas le trenzaron el pelo y lo decoraron con cintas y flores. La adornaron con aretes, collares de plata, coral y jade y le cruzaron los brazos sobre el cuerpo. En cada dedo llevaba un anillo. Una almohada blanca con encaje mejicano enmarcaba su rostro. Un solo pie, con las uñas pintadas de rojo sobresalía del dobladillo de la larga falda. La flanqueaban ramos de flores rojas. Muñecas chinas e ídolos precolombinos observaban la escena desde una repisa ubicada cerca de la cama.

A las seis y media de la tarde, se desvistió el cuerpo de Frida, la metieron en un ataúd y la llevaron  al Palacio de Bellas Artes.

A la una y cuarto, Rivera y varios familiares sacaron a Frida del ataúd, y la colocaron en una carretilla automática que la conduciría al horno crematorio. Rivera se mantuvo a su lado con las manos apretadas formando puños y  la cara y cuerpo decaídos por el dolor. Se inclinó para besarle la frente. Los amigos se acercaron para despedirse.

La gran Frida Kahlo se marchaba a un viaje del cual jamás volvería. Se había ido para no volver.

 

HASTA SIEMPRE FRIDUCHI

BIOFRAFÍA DE FRIDA KAHLO
 

( IKER LANDETA )

( ESPECTACULARÍSIMO VIDEO-TRIBUTO A UNA DE LAS MEJORES PINTORAS DE LA HISTORIA UNIVERSAL )

BIOGRAFÍA DE FRIDA KAHLO POR IKER LANDETA

Iker Landeta:

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