El Rapto de Europa de Boucher ( Parte II-Última )

images[9]Madame Pompadour conoció a Luis XV en febrero del 1745, disfrazada de diosa en un baile de mascaras. Ella respondía al nombre de Jeanne Antoinette Poisson y había nacido en el mundo de las altas finanzas. Un recaudador millonario que trabajó con su padre procuró a la bella joven una educación impecable, con los mejores profesores de baile y canto.

Una belleza nada clásica, pero acorde con el gusto del siglo XVIII. Era esbelta y seductora, con los pechos pequeños y cabeza siempre adornada.

Cupido y los ángeles acompañan a Europa desde la antigüedad. Con el cuerpo desnudo, agitan el velo y la antorcha de boda, atributos imprescindibles de Europa desde Ovidio.

A pesar de ser seres infantiles aportan la nota sensual a la escena, junto con la lasciva lengua del toro.

El juego de seducir constituía la principal ocupación y pasatiempo, seguramente como reacción natural al mandato de Luis XIV, estricto y beato. En tiempos de Luis XIV, la mitología en el arte francés estaba al servicio de representaciones alegóricas del Rey Sol como Apolo.

La Mitología Galante eran cuadros con aventuras eróticas, que se pusieron de moda. Ofrecían encanto y sensualidad a la vista y permitían a los acaudalados clientes, contemplar en sus salones sus propias  aventuras reales o imaginarias.

Boucher brilló en este género y lo colmaron a encargos sobre todo después de que Madame Pompadour se convirtiera en amante real. Ésta como primera ministra de cultura de Francia tomó a Boucher como su ayudante. El pintor tuvo que dejarlo todo para decorar los palacios del rey y sobre todo los palacios de recreo de Madame Pompadour, entre ellos el Elíseo, la sede actual de la presidencia de la República. 

Boucher influyó en el gusto de Madame Pompadour. Ambos procedían de la burguesía, amaban el lujo y la pompa. Todo tenia que ser grandioso. Boucher eliminaba de sus obras todo lo que podía perjudicar la armonía, es decir, toda la mayor parte de la realidad de la época. Pintó pastoras engalanadas en vez de campesinos trabajando.

Sus putti, bien alimentados, felices y danzando, no tiene nada que ver con los bebés del siglo XVIII, envueltos en pañales y encogidos. Si no acababan en el orfanato se les enviaba al campo con una nodriza de pago y morían a montones como consecuencia de la falta de cuidados o de la mala alimentación.

Los tiempos se pusieron difíciles cuando en 1756 estalló la Guerra de los Siete Años. Las derrotas militares siguieron a las decisiones políticas equivocadas, en las que tomaba parte Madame Pompadour. Al cabo de seis años Luis XV ya había sustituido a la enfermiza amante por chicas más jóvenes, pero seguía escuchando sus consejos en cuestiones de gobierno con consecuencias fatales para Francia.

Madame Pompadour murió en 1764. El pueblo la odiaba y la consideradaza una sanguijuela.

Los malos tiempos condujeron a un cambio en la segunda mitad del siglo XVIII: valores como la virtud, la moral y la lealtad desplazaron a la frivolidad.

Un año después de que Boucher pintara su Rapto de Europa empezaron las excavaciones de Pompeya y aumentó el interés por la Antigüedad y por la utilización de la línea, clásica y simple. En su cuadro el único detalle parcialmente clásico son las sandalias griegas de la heroína. El resto tanto los velos como los ropajes de sus compañeras, pertenecen al vestuario operístico del siglo XVIII.

El clasicismo, un estilo de noble simplicidad y tranquila grandeza se impuso con pintores como Jacques-Louis David.

 

 

( VÍDEO DEL PINTOR BOUCHER )

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