“El Columpio” de Fragonard

300px-Fragonard,_The_Swing[1]La obra que presentamos hoy fue pintada por Fragonard durante los primeros años de su carrera, justo después de convertirse en miembro de la Académie, en la época en que su obra estaba ganado renombre en el Salón de Paris. Un cortesano se acercó a él discretamente para encargarle una obra. El joven quería un retrato de sí mismo con su amante.

El cortesano sería representado en el retrato como el amante secreto de la joven, oculto tras unos matorrales mientras un obispo empujaba el columpio de la doncella. Fragonard intentó evitar por todos los medios el elemento anticlerical: temía que pudiera hacer peligrar su carrera, por lo que convenció a su mecenas para que dejase sustituir al obispo por el marido de la joven adúltera.

A primera vista, este encuentro amoroso parece estar teniendo lugar en el claro de un bosque. Sin embargo, las herramientas de jardinería, las estatuas y los detalles arquitectónicos que aparecen detrás de la mujer ponen de manifiesto que se trata de un suntuoso jardín privado.

El exuberante entorno recuerda a los jardines de la Villa d´Este, en Tivoli, Italia, donde el artista pasó el verano de 1760. Este tipo de imágenes eróticas estaban pensadas para ser expuestas en lugares privados.

Entre los puntos destacados de la obra debemos hacer mención a los siguientes:

– Estatua de Cupido: a Fragonard le gustaba añadir estatuas a sus pinturas; además, las disponía de forma que participaban en la acción. El Cupido hace las funciones de cómplice silencioso, con un dedo frente a los labios para resaltar el carácter secreto del encuentro de los amantes.

– Zapato de mujer: los artistas rococó se deleitaban con el erotismo. El zapato rosa que aparece suspendido en el aire es el principal exponente de la atmosfera del flirteo.

– Mujer columpiándose: la pintura de jóvenes mujeres subidas a columpios eran bastante populares en el rococó. El columpio representa la inconstancia y es un vehículo ideal para retratar la infidelidad marital. El marido aparenta controlar el columpio.

– Perro pequeño: casi escondido a los pies de la pintura puede verse a un animado perrito. Su presencia resulta irónica porque los perros solían incluirse en los retratos de pareja como símbolo de fidelidad marital. El perro salta y ladra como si quisiera denunciar la relación ilícita, pero pasa inadvertido.

 

( VÍDEO DE FRAGONARD )

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