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Conjunción Venus, Júpiter con la Luna

En algunas ocasiones, para algunas personas afortunadas, diríase que solo si los hados son propicios, se produce una alineación de intereses entre su trabajo y sus aficiones. Tal es el caso de muchos astrónomos profesionales que comenzaron su andadura en el mundo de la afición a la astronomía. También es el caso de astrónomos que con el paso del tiempo se aficionan a la fotografía. En mi caso la astronomía me llevo a la fotografía pero conozco a gente que ha experimentado el periplo contrario: Ser grandes aficionados a la astronomía y empezar a interesarse por la fotografía del cielo nocturno y la astronomía. No es de extrañar que ambas aficiones estén tan relacionadas pues ambas consisten en capturar la luz y plasmarla en ciencia o arte. Efectivamente el cielo nocturno nos ofrece espectáculos diversos a lo largo del año que excitan nuestra curiosidad científica y la creatividad artística. Estos días se ha producido una hermosa conjunción planetaria entre Júpiter y Venus. Ambos son planetas tan brillantes que cuando se encuentran cerca entre sí en el cielo nocturno resulta difícil no mirarlos detenidamente. Aunque esta conjunción se ha prolongado durante todo el mes de marzo estas última semana ha habido un detalle extra agradable pues la presencia cercana de la Luna ha dotado a ambos planetas de una espectacularidad única mostrando tres de los objetos más brillantes del cielo nocturno visibles en un solo golpe de vista.

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Conjunción solar y luz cenicienta de la Luna junto con la cúpula del telescopio docente de la Escuela de Ingeniería de la UPV/EHU en Bilbao.

Las imágenes superiores muestran la conjunción planetaria observada desde la terraza de la Escuela de Ingeniería de Bilbao que alberga un observatorio astronómico dedicado a la docencia de la astronomía. Durante la conjunción alumnos de la Facultad de Ciencias de la UPV/EHU observaban en detalle la Luna, Venus y Marte con uno de sus telescopios. En las fotografías mostradas arriba se observa también un fenómeno curioso asociado a la Luna. Cuando nuestro satélite está creciente o menguante, si se observa con detalle, se puede ver la zona nocturna de la Luna débilmente iluminada por el reflejo de la luz solar en nuestro propio planeta. Este tipo de luz lunar se conoce como luz cenicienta y puede ser capturada por cámaras convencionales. Las fotografías aquí mostradas fueron capturadas utilizando una reflex digital de bajo coste y un trípode.
 

Naturalmente al ser este un blog en el que normalmente hablo de ciencia no puedo resistirme a incluir un diagrama que muestra como la conjunción está causada por un efecto de perspectiva en el que Venus (muy cercano a nosotros estos días) se visualiza cerca de Júpiter (muy lejano, acercándose al otro lado del Sol en su órbita). El siguiente diagrama muestra la posición relativa de los planetas interiores y Júpiter el día 27 de marzo de 2012.

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El Sistema Solar visto en perspectiva. Las alineaciones planetarias corresponden a momentos en los que las posiciones de los diferentes planetas están cerca de una misma línea recta.

Hay que destacar las enormes posibilidades que estos fenómenos astronómicos dan a los aficionados a la fotografía. Diferentes fotógrafos de todo el mundo han plasmado esta alineación planetaria con el gusto y el mimo que tienen los artistas. De las numerosas galerías que se encuentran disponibles en internet me permitiré recomendar tan solo dos: la galería fotográfica sobre la conjunción de mi buen amigo Javier Alonso, que hace algunos años introdujo en mí el virus de la afición a la fotografía y muestra la conjunción en bellos paisajes de la costa vasca y una galería general más internacional en el foro Starship Asterisk. Para muestra una de las fantásticas fotografías de Javier.

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La conjunción fotografiada desde la costa vasca por Javier Alonso Torre.

 
Enlaces:
La naturaleza habla – Blog fotográfico de Javier Alonso Torre.
Starship Asterisk Gallery: Moon-Jupiter-Venus Conjunction

 
 

El cazador de invierno y las siete hermanas

Desde tiempos antiguos las diferentes culturas han trazado líneas imaginarias en el cielo para reconocer las estrellas nocturnas. Estas líneas delimitan constelaciones cuya visibilidad depende en gran medida de la estación del año en la que nos encontremos. En invierno el cielo nocturno nos otorga noches de observación que comienzan a horas tempranas. Si el tiempo nos acompaña esta estación nos ofrece algunas de las constelaciones más hermosas del año. Entre ellas está la constelación de Orión, quizás la más conocida. Sus brillantes estrellas la identifican de manera clara incluso en una gran ciudad formando una figura que los antiguos griegos atribuyeron a uno de los héroes más antiguos: Orión, un héroe, gigante o Titán, cazador de bestias cuya mitología dispone de numerosas versiones contradictorias.

 

La constelación de Orión

Constelación de Orión

La constelación de Orión. La imagen de la derecha corresponde a la obra Uranographia (1690) de Johannes Hevelius. La orientación es la que se tendría a través de un telescopio.

En Orión destacan por su brillo la supergigante roja Betelgeuse (el hombro del gigante) y la gigante azul Rigel (el pie del gigante) en el extremo opuesto. Betelgeuse es tan grande que su radio es unas 1200 veces superior al de nuestro Sol; Rigel es una gigante azul más cercana y con un tamaño de unas 70 veces el tamaño de nuestro Sol. Las otras estrellas destacadas que forman la constelación y son fácilmente reconocibles son: Bellatrix (en el otro hombro del gigante) y Saiph (en su pierna contraria) en las dos esquinas restantes delimitando la figura de Orión. En el centro, alineadas de manera casi perfecta hay tres estrellas brillantes azuladas: Alnitak, Alnilam, y Mintaka (también llamadas como las tres Marías). Un poco más abajo aparece una nebulosidad visible a simple vista en lo que se conoce como la espada. Esta nebulosidad rojiza observada al telescopio constituye la Gran Nebulosa de Orión observable con nitidez simplemente equipándose de unos prismáticos.

 

La nebulosa de Orión

La Nebulosa de Orión es la región de formación estelar más conocida de nuestra galaxia. En ella nacen estrellas masivas situadas a una distancia de tan solo 1300 años luz siendo la región de formación estelar más cercana al sistema solar. El contenido de gas, polvo y la densidad de estrellas jóvenes puede examinarse en observaciones en diferentes longitudes de onda. En ella se han encontrado estrellas rodeadas de discos de material en los que surgirán planetas en pocos millones de años e incluso planetas aislados flotando libremente en el espacio.

M42: La nebulosa de Orión

La nebulosa de Orión. La imagen de la izquierda muestra la visión de Orión a través de un telescopio de tamaño medio. La imagen central es una reducción de una observación efectuada con el Telescopio espacial Hubble. Ampliando porciones de esta imagen pueden verse discos protoplanetarios orbitando algunas de las estrellas de la nebulosa todavía en periodo de formación. El material nebuloso del disco experimenta la radiación de estrellas cercanas ya formadas que deforman el disco a través de su intensa radiación.

Además de la región central dominada por el brillo de cuatro estrellas cercanas denominadas “el Trapezio de Orión” podemos encontrar en esta extensa nebulosa otras estructuras singulares como la nebulosa cabeza de caballo que, formada por grandes masas de polvo, oculta las estrellas posteriores silueteando la figura de un caballo.

 

Las siete hermanas

Un poco por encima del gigante Orión, tras atravesar la constelación del Toro, sobreposando la brillante Aldebarán, aparece un grupo de estrellas azuladas cercanas conocido como las Pléyades o las siete hermanas. Se trata de una agrupación de unas 500 estrellas de las que las siete más brillantes pueden observarse a simple vista dependiendo de las condiciones atmosféricas (un lugar privilegiado y ausencia de Luna). Las más brillantes son Alcyone, Atlas, Electra, Maia, Merope, Taygeta y Pleione. Estas estrellas son estrellas azules jovenes que tan solo tienen unos 100 millones de años de edad y están situadas a 450 años luz de la Tierra. Observadas utilizando un telescopio potente se puede observar que están rodeadas de material que se torna azulado al reflejar la luz de estas estrellas y que dota a este grupo de estrellas de una cierta nebulosidad. Esta solo puede verse a través de un telescopio pero las Pléyades constituyen un hermoso espectáculo nocturno.

Las Pleiades, también conocidas como las siete hermanas

Las Pleiades, también conocidas como las siete hermanas. Este grupo de estrellas atraviesa una región rica en polvo en la galaxia. La luz azulada de las estrellas reflejada en el polvo interestelar que las rodea da la luminosidad característica de este grupo de estrellas.

 

Localizando al cazador y las Pléyades

Ambos conjuntos, la constelación de Orión junto con su nebulosa y las Pléyades son fáciles de observar. La siguiente imagen puede ayudar a los que estén interesados en localizarlas en el cielo nocturno. Orión es fácil de localizar y está situada a una altura agradable sobre el horizonte durante toda la noche en los meses de enero y febrero. Las Pléyades a un ángulo superior se localizan con facilidad trazando la línea imaginaria entre las dos gigantes rojas Betelgeuse y Aldebarán.

Mapa de algunas de las constelaciones de Invierno. Obtenido con Stellarium.

 

Enlaces:

– Blog del navegante: Orión, Tauro y Pléyades
– Adentrándonos en Orión: Vídeo en Youtube