Defender la plaza de Europa League, objetivo del Athletic en la Liga

La derrota ante el Villarreal le ha dejado claro al Athletic Club que su objetivo de cara al final de temporada será el de defender la plaza de Liga Europa en la que se encuentra desde hace diez jornadas, toda vez que la Liga de Campeones se le ha quedado casi imposible después de desaprovechar ante el equipo amarillo su probablemente última oportunidad de acercarse a ella.

Con la cuarta plaza al doble de distancia, 12 puntos, del que esperaba venciendo al equipo castellonense, que le hubiese dejado a 6, el Athletic ha dado por finiquitado un sueño que -todo indica- no va a poder hacer real por segunda temporada consecutiva.

Ya el año pasado le sucedió algo parecido incluso teniéndolo más cerca, aunque con más equipos en la misma pelea que si esta vez hubiese sido capaz de dar un paso al frente cuando había alejado a 7 y 8 puntos a sus rivales por la Liga Europa.

Pero de nuevo vuelve a verse en las mismas, fundamentalmente por su incapacidad ante los primeros de la tabla, frente a los cuales, a falta de que el Madrid visite La Catedral dentro de tres semanas, no ha sumado ni un punto en siete partidos.

Y no es no contase de nuevo con opciones de terminar con tan negativa dinámica, ya que ni el Villarreal fue tan superior ni el 0-1 explicó con claridad lo sucedido sobre el terreno de juego.

Sí es cierto que, como en anteriores ocasiones, las sensaciones advertían que el enorme esfuerzo que ponía sobre el campo no eran suficiente ante un rival con tanta calidad con el balón en su poder.

Vamos, que a la mínima el Villarreal, como antes Barça, Madrid y Valencia, iban a decantar las cosas para sus intereses. Y en su primera llegada de fuste, Marco Ruben certificó los presagios.

Lo que sí se puede decir es que el Athletic perdió con lo que tiene y por lo que Caparrós apuesta: entrega, insistencia, poderío aéreo y estrategia.

A las dos primeras, los de Juan Carlos Garrido opusieron bajo ritmo y posesión, y a las dos últimas las neutralizaron de una manera sorprendente para un equipo armado como el amarillo. Quizás echó el Athletic de menos a Gaizka Toquero para un abordaje aún más físico, pero con él también ha pasado lo mismo otras veces.

Es probable que lo que le ha dado a Caparrós para ir saliendo del pozo y, poco a poco, ir mirando cada vez más hacia arriba no le dé aún para medirse a los mejores, que además este año son muy buenos.

La duda es si le servirá para mantener lo conseguido, para liderar la clase media. Es decir, para seguir en el puesto de Liga Europa que mantiene y que el año pasado perdió por un mal final.

La respuesta a esa cuestión delimitará el éxito o el fracaso de un equipo que, en la tesitura en la que está, ya no podrá terminar la temporada con medias tintas.

Meterse en competición europea, tras de seis años sin hacerlo vía Liga, es obvio que sería una gran clasificación final para el equipo rojiblanco.

Pero perder una nueva oportunidad después de verse con mucha ventaja, con un plantel que da hasta tres jugadores para una selección del nivel de la española y habiendo el premio hasta para el séptimo, cuestionaría en Bilbao incluso la idoneidad de Caparrós como técnico para años venideros. Asunto en todo caso recurrente, acerado más o menos en función del momento, en la capital vizcaína.

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