Perfil de Marcelo Bielsa: analizamos al entrenador del Athletic

Ya es oficial: el entrenador Marcelo Bielsa y el Athletic de Bilbao han acordado la renovación del contrato que les une desde julio de 2011. La afición del Athletic Club ha esperado noticias en torno a este asunto durante una larga semana, desde que a medianoche del pasado 25 de mayo concluyera la final de Copa Athletic-Barcelona hasta que anteayer, 3 de junio, un escueto comunicado que el club incluyó en su página web (esta) despejase la incógnita. Con tal motivo, vamos a trazar en este blog del Athletic un perfil del entrenador del Athletic; queremos acercarnos al profesional y a la persona que ocupa el banquillo de San Mamés en la actualidad.

Marcelo Bielsa, en una posición muy característica, observa desde la banda el juego del Athletic. Foto: EFE.

Marcelo Bielsa, en una posición muy característica, observa desde la banda el juego del Athletic. Foto: EFE.

El profesional

Marcelo Alberto Bielsa nació en la localidad argentina de Rosario el 21 de julio de 1955. Como jugador, se formó en los equipos dependientes de Newell’s Old Boys, uno de los equipos de su ciudad, y alcanzó la primera plantilla en 1976, cuando debutó, con 20 años, en un partido que Newell’s disputó ante otro clásico argentino, el conjunto bonaerense de River Plate. En 1978, pasó a Instituto de Córdoba, club en el que jugó una temporada; al término de la misma, recaló en Argentino de Rosario, para la campaña 1979-80, que fue la última para él como jugador de élite. No tuvo una trayectoria especialmente destacada sobre el terreno de juego, en el que actuaba como defensa; eso sí, formó con la selección de Argentina que disputó el torneo Preolímpico de 1976, en Recife, y obtuvo la tercera posición en dicho campeonato.

La foto, obtenida de la web futbolpasion.cl, muestra a un Marcelo Bielsa feliz, en 1990, tras lograr un título con Newell's.

La foto, obtenida de la web futbolpasion.cl, muestra a un Marcelo Bielsa feliz, en 1990, tras lograr un título con Newell's.

Muy pronto, recién empezada la década de los ochenta del pasado siglo, comenzó su carrera como entrenador. En su andadura en los banquillos ha pasado por un buen número de clubes, varios países y dos selecciones nacionales, y ha logrado varios títulos de gran importancia. Ha dirigido al primer equipo de Newell’s Old Boys (al lograr el campeonato de Apertura argentino de 1990 lanzó su famoso grito “¡Newell’s, carajo!“, a pie de césped, para dar rienda suelta a su alegría), al Atlas de México, al América en ese mismo país, a Vélez Sarsfield, de nuevo en Argentina, al RCD Espanyol en su primera experiencia en Europa, a la selección de su país -la albiceleste, campeona mundial en 1978 y 1990-, a la selección de Chile, y por fin, desde julio de 2011, al Athletic. Ha obtenido, entre otros títulos, la medalla de oro olímpica, en los Juegos de Atenas 2004, con la selección de Argentina, tres campeonatos de su país, el subcampeonato en la Copa América de 2004 también con el combinado albiceleste, el subcampeonato de la Copa Libertadores –el equivalente a la Champions League en América- en 1992, con Newell’s, y, por supuesto, el subcampeonato de la Europa League 2012 y de la Copa del Rey 2012 con nuestro Athletic. Ha estado presente en dos Mundiales, en Corea y Japón 2002 y en Sudáfrica 2010, dirigiendo, respectivamente, a Argentina y a Chile.

La persona (la persona que entrena, no su vida privada)

Si bien resumir el palmarés como jugador y como entrenador de Marcelo Bielsa es una tarea más o menos sencilla, con el principal obstáculo de lo extenso que resulta, toda vez que ya atesora una amplia experiencia como profesional del fútbol, escribir sobre su persona no resulta tan fácil. Es curioso, porque después de una intensísima temporada completa al frente del Athletic, después de dirigir en más de 60 partidos oficiales a los leones, con decenas de ruedas de prensa, de reflexiones compartidas en los diferentes medios informativos y de reportajes especiales en Internet, prensa, radio y televisión, se puede asegurar que Bielsa sigue siendo casi un desconocido para la afición de San Mamés. Jamás aparece ante los periodistas en entrevistas exclusivas y da la impresión de ser muy poco amigo de mostrar en público su alegría por una victoria trascendente o su consternación por una derrota de importancia. Ejemplos de esto que acabamos de decir los hemos tenido en abundancia en los últimos meses.

El técnico rojiblanco cuida todos los detalles que puedan tener, a su entender, incidencia en un partido. Foto: EFE.

El técnico rojiblanco cuida todos los detalles que puedan tener, a su entender, incidencia en un partido. Foto: EFE.

Nos atrevemos con una lista de adjetivos que creemos que pueden definir a Marcelo Bielsa como persona-entrenador (no hablamos en absoluto de su vida privada, por supuesto): meticuloso, recto, ganador, ambicioso, trabajador, exigente, misterioso, sabio, respetuoso y discreto. No es exagerado decir que su labor ha convencido a la afición de San Mamés, que es tan incondicional como entendida y a la que no es tan fácil ganarse. El público rojiblanco ha podido ver a un Athletic que ha apostado por un fútbol más elaborado de lo que estamos acostumbrados a ver, con una intensidad en el juego y una fe en la victoria que están en la línea más brillante de lo que siempre ha sido el viejo león. Marcelo Bielsa ha sabido hablar en el campo, que es donde más y mejor hay que hacerlo.

Para muestra, un botón: las reacciones de la gente de la Peña del Athletic en Facebook cuando ayer por la mañana nos hicimos eco de la noticia de su renovación, nos parecen muy significativas. Seis de los ocho peñistas que se animaron a compartir su valoración, un 75%, mostraron su alegría por el hecho de que el técnico continúe en el club rojiblanco; nadie lo enjuició de manera negativa. Más de 100 peñistas le dieron al “Me gusta” de la noticia.

¿Será Marcelo Bielsa el entrenador que tome el relevo a Javi Clemente como campeón dirigiendo a los leones? Parece complicado que el año que viene haya más oportunidades que en este…pero con “el Loco”, nunca se puede descartar nada. ¡Ojalá sea así!

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