Comienza con mucho mimo la restauración de la estatua de Don Diego
Los transeúntes que estos días pasean por la Gran Vía de Bilbao han comprobado que la estatua de Don Diego López de Haro está escondida tras un andamio. El monumento del fundador de la Villa se va a someter en las próximas semanas a su primera restauración para atajar los estragos del paso del tiempo.
Lleva más de un siglo contemplando y vigilando la ciudad que él mismo fundó. Bien desde su ubicación primera en la Plaza Nueva; durante las casi dos décadas que pasó en Santos Juanes o en su emplazamiento actual en la plaza circular.
Los años no pasan en balde y las inclemencias meteorológicas, la polución y los excrementos de las aves han hecho mella en la peana de mármol y sus bajo relieves y sobre todo en la escultura de bronce, de 1889, obra del valenciano Mariano Benlliure.
José Luis Sabas, Concejal Delegado del Área de Obras y Servicios, señala que ahí se centrarán los trabajos del equipo de expertos: la limpieza de la peana de mármol y sobre todo corregir las fisuras de la estatua de Don Diego y sacarle la pátina original. No es un trabajo complicado, dice, pero sí meticuloso que exige mucho mimo.
Se han aprovechado las obras de remodelación de la Plaza Circular para restaurar in situ la estatua, que se espera esté lista en 6 u 8 semanas. Su entorno, que llegó a albergar hasta 14 líneas de autobús, y que se queda sólo con dos, estará listo en verano. El fundador de la Villa, estará mejor iluminado y rodeado de una zona ajardinada y de aceras más amplias. 🙂
Crónica de Sonia Charcán de Radio Euskadi.