Tras el rastro

El eterno debate entre campanilla tradicional y otros dispositivos más modernos ha vivido otro capítulo más en Navarra.

Tras un debate en la Comisión Asesora de Caza se han acordado dos medidas en la Comunidad Foral de cara a la próxima temporada becadera. Por un lado, la obligatoriedad de que todos los perros de becada lleven campanilla tradicional, a fin de prevenir accidentes con otros usuarios del monte.

Además, se informará a los/as becaderos/as de que en un futuro se establecerán reglamentariamente limitaciones al uso de GPS u otros dispositivos de geolocalización de los perros.

Son innumerables las publicaciones que han tratado las ventajas y desventajas de los nuevos dispositivos y la campanilla tradicional, y los han puesto en una balanza.

En Navarra, parece que la Administración va tomar cartas en el asunto y va regular su uso en un futuro. Aunque por el momento solo se trata de una mera declaración de intenciones, y nada más.

El uso del GPS en los perros otorga mayor seguridad al cazador a la hora de localizar a los canes en el bosque, por lo que la tranquilidad es mayor, no nos va ocurrir eso de preguntarnos de repente ¿Dónde está mi perro? Pero al mismo tiempo, otorga mayor ventaja al cazador y desventaja a la presa, por lo que, quizá, a la sorda le resulte más difícil escapar que con el campano.

En muchas ocasiones, esos largos minutos que necesitamos para encontrar al perro equipado solo con la campanilla son aprovechados por la dama del bosque para poner pies en polvorosa.

Además, los dispositivos electrónicos premian a los perros de gran recorrido o gran búsqueda y penalizan a los canes que cazan más corto. Para gustos los colores, pero quizá una regulación sea necesaria, siempre que no sea solo para sacarnos los cuartos.