Tras el rastro

Iratxe Cicarretr, una veterinaria navarra en “un mundo de hombres”: La cetrería

Campeonato de cetrería XVI Trofeo de Reyes de Altanería (Troreal). Foto: EFE

Campeonato de cetrería XVI Trofeo de Reyes de Altanería (Troreal). Foto: EFE

Los mejores halcones planearon el pasado fin de semana sobre el campo de vuelo de la localidad segoviana de Cantalejo para disputar el XVI Trofeo de Reyes de Altanería (Troreal), considerado el título de cetrería de mayor prestigio en el Estado español.

La cita reúne cada dos años a los mejores halcones peregrinos e híbridos del Estado en un torneo considerado “la prueba reina de la cetrería” por su vistosidad y proyección internacional. Atrae a público de otros países como Inglaterra y Holanda.

El perfil de participantes es eminentemente masculino; la única mujer que participó de los 25 cetreros seleccionados es Iratxe Cicarretr, una veterinaria de Navarra que practica la cetrería desde hace cinco años motivada por su pasión por las aves rapaces.

Iratxe reconoce que el de la cetrería “aún es un mundo de hombres” porque la mayoría de entrenadores vienen del mundo de la caza, pero declara haber percibido un avance en los últimos años.

La mayoría de ellas comienzan en la disciplina por ser “mujeres de cetreros”, pero no es su caso: “Yo me voy al campo sola porque a mi pareja no le gusta”, explica la entrenadora, a quien le gustaría que hubiera más participación femenina porque, en su opinión, las mujeres establecen una relación particular con el halcón.

La forma en que una mujer “hace al pájaro”, con “más dulzura y paciencia”, se percibirá después en el comportamiento del animal, que acostumbrará a “protestar menos”, según apunta la veterinaria.

Campeonato de cetrería XVI Trofeo de Reyes de Altanería (Troreal). Foto: EFE

Campeonato de cetrería XVI Trofeo de Reyes de Altanería (Troreal). Foto: EFE

El granadino Gonzalo Cano, el segoviano Juan Carlos Gómez y el cántabro Mario Hierro se proclamaron campeones del XVI Trofeo de Reyes de Altanería (Troreal).

Los participantes, en esta edición procedentes Andalucía, Castilla y León, Valencia, Cataluña, Euskadi, Galicia y Navarra, accedieron por turnos al campo de vuelo para soltar a sus aves.

A los pocos minutos del suelte, se libera un pichón y cada cetrero llama a su halcón con señales para que se coloque cerca de su vertical, lo más alto posible (entre 200 y 300 metros), variables que se premian en la puntuación.

Una vez localizada la presa, el halcón debe quebrar su vuelo y dirigirse en picado hacia ella a una velocidad que puede alcanzar los 300 kilómetros por hora.

Un azor en vuelo durante el Campeonato de cetrería XVI Trofeo de Reyes de Altanería (Troreal). Foto: EFE

Un azor en vuelo durante el Campeonato de cetrería XVI Trofeo de Reyes de Altanería (Troreal). Foto: EFE

Uno de los 25 participantes del torneo, Roberto Fagundez, explica que, desde que se adquiere el animal salvaje, hay que hacer un “amansamiento” para acostumbrarle a la presencia humana, para lo que en muchas ocasiones se le pone la televisión.

Pasados unos 15 días, se trabaja su vínculo con el dueño a través de un único secreto: la comida. Esta también será la clave para entrenarle a ganar altura mediante señuelos colocados con globos y, desde hace unos años, drones.

Que el halcón salga de la zona habilitada, se pose en algún lugar o  tenga que ser requerido con un señuelo son algunas de las acciones que se penalizan en el torneo.

También se llevó a cabo en el mismo espacio una competición a nivel autonómico de otras especies como harris o azores a bajo vuelo.

 

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