De cómo sobrevivir a la sociedad de consumo y a los mitos románticos

En los últimos 10 años los divorcios han aumentado más de un 200 por cien, según datos del Instituto Nacional de Estadística. ¿Es que los finales felices para siempre son un cuento??

El tipo de sociedad en la que vivimos no favorece la vida en pareja a largo plazo, según dicen algunos psicólogos. La sociedad de consumo siempre quiere más y nos condena a la insatisfacción, y eso de “si algo no me sirve me compro otro” se aplica lo mismo al móvil que al compañero sentimental. ¿Se ha convertido el amor en puro consumismo? ¿ Acabaremos cambiando de pareja para que haga juego con los complementos?.

Los psicólogos señalan que hay además otra cuestión a tener en cuenta. Se vende la idea de que  merecemos ser felices para siempre, que el amor perfecto e infinito se puede alcanzar. Las películas y la literatura romántica comercian con esa imagen idealizada en la que se saltan la rutina por razones evidentes…las salidas al super o a comprar zapatos para los niños no venden. A ver quién idealiza eso.

¿Y A qué conduce la idealización? Según los psicólogos a la frustración que supone no cumplir las expectativas, al sentimiento de que una relación fracasa porque no entra en los parámetros románticos al uso.

Un estudio realizado en Estados Unidos dice que el 80% de las personas divorciadas cree que su matrimonio terminó porque la pareja se fue distanciando, o porque no se sentían amadas o tenidas en cuenta. Lo que podría parecer un clásico de las rupturas, la infidelidad, se menciona en menor medida: sólo lo hacen dos de cada diez  parejas.

Aquí hacemos un inciso porque, como hay investigaciones para todo, buscamos alguna sobre el adulterio y resulta que existe hasta un ranking de profesiones según la tendencia a poner los cuernos. A la cabeza están los médicos y, vaya por Dios, los profesionales de la comunicación.  La literatura científica que acompaña esta investigación puede resumirse en una frase: el roce hace el cariño… y por lo visto hay profesiones que favorecen ese sentido del compañerismo.

Pero no nos desviemos. En resumen, los expertos parecen coincidir en que el mito del amor romántico y las tendencias de la sociedad de consumo dificultan la estabilidad de la pareja a largo plazo.  A la vista de algunos estudios publicados vamos a ver qué se puede hacer para encontrar la receta de la estabilidad amorosa.

Por el momento tenemos que evitar mitos románticos  y pensar que nuestra media naranja  es una persona humana que no tiene por qué ser el prototipo de chico o chica de calendario. Bien.

Otro estudio dice que las emociones pueden ser tan contagiosas como una gripe. Basta una breve interacción con alguien para que nos inocule el virus de la tristeza o nos contamine con los microbios de la ira. Al contrario,  estar con alguien de buen humor nos ayuda a sentirnos mejor.

Así que….huir de los mitos románticos, que nos dé igual que nuestra pareja no se parezca al estereotipo de moda y evitar contagiar y contagiarnos el mal humor.

Siguiente estudio: científicos americanos y holandeses han descubierto que un nivel reducido de glucosa en sangre puede provocar más discusiones de pareja y enfrentamientos.  Por lo visto  “el autocontrol requiere de energía en forma de glucosa en sangre y cuando el azúcar baja se pierden la paciencia, los nervios y los papeles. En este experimento les dieron a los voluntarios muñecos de vudú que representaban a sus parejas para medir su grado de irritación contra ellos y ellas. Los que tenían bajo el azúcar empalaron sus muñecos con especial saña.

Esto es interesante: para llevarnos bien necesitamos que el cerebro ande bien de combustible, o sea, antes de tener una conversación difícil con la pareja, asegúrate de no tener hambre.

Entonces tenemos: no volver a ver una peli romántica, asumir que la pareja engorda, o pierde pelo, o le salen cosas donde no debieran estar, sonreir mucho para contagiar el buen humor y tener siempre reservas de donuts a mano cuando se avecina una bronca.

Y todavía podemos afinar más.

En Missouri han comprobado que las personas que usan Facebook en exceso son
mucho más propensos a experimentar conflictos de pareja.  En Oxford que los besos sirven para para mantener la relación y alargar su duración. Y un psiquiatra neoyorkino ha analizado la forma en la que duermen las parejas para ver la relación que hay entre pose durmiente y fortaleza de la relación.

Dormir separados por menos de dos centímetros y medio es felicidad garantizada
Las parejas que se quedan dormidas tocándose tienden a ser más felices si están cara a cara que si lo hacen en la posición de «la cucharita», mirando los dos en la misma dirección o en direcciones opuestas. Entre aquellos que no se tocan son más felices las parejas que miran en la misma dirección. A más de medio metro, desastre garantizado.

En resumen, receta para una pareja estable:

Salir huyendo ante cualquier indicio de peli romántica o novela rosa, borrar el perfil de facebook,  al ir a la cama mirar con buenos ojos, de frente y a menos de dos centímetros y medio a la pareja, todo esto contagiando fe y alegría. Y si se avecina borrasca, besos y donuts.

Ciencia difusa es una sección dentro del programa Graffiti en la que damos la vuelta a las noticias científicas. Se puede escuchar aquí.

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