Evolución y diferenciación lingüística

En la biología evolutiva hay dos grandes corrientes de pensamiento, gradualismo y saltacionismo. Los gradualistas sostienen que la evolución de las especies ocurre de forma gradual, mientras los saltacionistas defienden la idea de que los cambios son abruptos, y que antes y después de los mismos, prácticamente no se produce cambio alguno durante largos periodos de tiempo.

En relación con la evolución de las lenguas se han planteado incógnitas similares. El año pasado, un equipo dirigido por el británico Mark Pagel publicó en la revista Science los resultados de un estudio en el que analizaron la evolución de las lenguas indoeuropeas (en Europa), de las bantúes (en África) y de las austronesias (en el Pacífico). Encontraron que la variación más fuerte ocurre en el momento en que se produce la divergencia entre variedades para surgir nuevas lenguas. Así, han deducido que un tercio de la variación del vocabulario en las lenguas bantúes se ha producido en los periodos de diferenciación, y que esas proporciones han sido de un quinto en las lenguas indoeuropeas y de un décimo en las austronesias.

La hipótesis que se ha propuesto para este fenómeno es que la diferenciación que da lugar a la aparición de nuevas lenguas es un fenómeno de evolución cultural que tiene una cierta componente activa y que obedece al interés de las correspondientes comunidades por diferenciarse entre sí. A eso se debería que en los momentos iniciales de la diferenciación el proceso sea especialmente acusado, haciéndose más gradual posteriormente.

A mí me han interesado las diferencias registradas entre las familias. Yo diría que las distintas proporciones de diferenciación en las bifurcaciones propias cada familia de lenguas abonan la idea de la componente activa en el proceso de generación lingüística. Allí donde la separación entre comunidades vino muy determinada por barreras físicas (todo un amplio mar separando diferentes archipiélagos), no se necesitaba acentuar las diferencias y así, el proceso de diferenciación ha sido mucho más pasivo. Esto es, el mismo aislamiento de las comunidades actuaría diferenciando pasivamente a unas lenguas de otras. Se deduce, pues, que las comunidades bantúes experimentaban, por comparación, una mucho mayor necesidad de diferenciación cultural, por lo que la diferenciación de esas lenguas ha sido más activa que las de las otras familias.

Si esta hipótesis es correcta, parece claro que las lenguas, en todo el mundo, son algo más que herramientas de comunicación, para lo bueno y para lo malo.

3 pensamientos sobre “Evolución y diferenciación lingüística

  1. José Luis Ferreira

    Vemos a las autoridades croatas exagerando sus diferencias lingüísticas frente a los serbios, al igual que las valencianas exageran las del valenciano frente al catalán. Cuesta pensar que este proceso se haya llevado a cabo premeditadamente en el pasado. En cualquier caso, es una hipótesis susceptible de ser estudiada.

    Ya que lo he mencionado: con tanta crítica a las políticas lingüísticas no he oído decir que la política lingüística más disparatada es, precisamente la del PP en la Comunidad Valenciana, pretendiendo separar las variedades catalana y valenciana como lenguas distintas. Eso sí es fundamentalismo.

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