Así pues, ¿somos los varones más optimistas?

Yo diría que esto es lo que se deduce a la luz de lo tratado en las dos entradas en las que me he referido a la serotonina. En la tercera de la serie dedicada a las diferencias entre hombres y mujeres decía que las mujeres tienen más receptores postsinápticos de serotonina pero menos transportadores del neurotransmisor. Por eso reciclan la serotonina utilizada a menor velocidad y ello limita su disponibilidad en la neurona presináptica. Y parece ser que eso está en la base de la mayor predisposición femenina a la depresión.

En la entrada de ayer decía que quienes, por razones genéticas, tienen transportadores de serotonina más activos reciclan el neurotransmisor más rápidamente, por lo que las neuronas presinápticas disponen de más serotonina. Y parece ser que quienes tienen esos transportadores tan activos se suelen fijar en los aspectos favorables de las cosas. Por eso son más optimistas y tienen menos propensión a padecer depresión.

Combinando la información de ambas entradas yo deduzco que, efectivamente, los hombres debemos de ser más optimistas que las mujeres. Y además, esa es la impresión que tengo cuando trato a unas y a otros. Por supuesto que hay excepciones, pero en general las mujeres tienden a tener un punto de vista más negativo, a ver las cosas más oscuras.

Aunque en alguna entrada próxima me propongo tratar acerca de la propensión al riesgo de hombres y mujeres, adelanto aquí que creo que el mayor o menor pesimismo/optimismo de unas y de otros está relacionado con la propensión/aversión al riesgo, y que esas diferencias tienen valor adaptativo y reflejan los diferentes roles que correspondieron a hombres y mujeres durante las decenas de miles de años que necesitó la especie para configurarse tal y como ha sido hasta hace, al menos, 10.000 años.

2 pensamientos sobre “Así pues, ¿somos los varones más optimistas?

  1. José Luis Ferreira

    Entonces, a la pregunta sobre si se es más sano porque se es más optimista o se es más optimista porque se es más sano, parece que lo segundo está más cerca de la realidad. Con todo, y dado lo presuntamente maleable del cerebro humano, ¿puede alguien aprender (o ejercitarse) a ser optimista? estoy pensando en trucos, terapias psicológicas, rodearse de gente optimista (o de gente mucho más pesimista, ¿quién sabe?),… Si esto fuera posible, ¿se lograría cambiar la química, como quien logra correr más con entrenamiento?

  2. Juan Ignacio Pérez Iglesias

    Yo diría que ocurren ambas cosas a la vez, o que ambas cosas son consecuencia de lo mismo. Esto es, el disponer de unos u otros, o más o menos, transportadores de serotonina determina ambas cosas, ser más optimista y ser más sano. No obstante, no estaría tan seguro al referirme a las caracterísiticas del cerebro femenino, porque esas características no pueden ser consideradas insanas si tienen valor adaptativo.
    En relación con la posibilidad de modificar las características de las sinapsis serotoninérgicas, no tengo ni idea. Debiera ser algo que modificara la concentración de transportadores de serotonina y no sé si eso sería inducible mediante algún tipo de estrategia no farmacológica. Preguntaremos a mi amigo Joan Sallés (es neurofarmacólogo) a ver qué nos dice.

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