No me interesan ahora las características físicas de unas y otros o viceversa; a eso me he referido en alguna ocasión y volveré sobre ello en otras. Me interesan ahora los rasgos psicológicos, los rasgos de personalidad que hace que nos emparejemos con unas personas y no con otras.
En el número del 14 de febrero pasado, New Scientist publicó un artículo, -firmado por Graham Lawton pero lleno de referencias a opiniones de Helen Fisher-, en el que analiza este asunto. Según Helen Fisher (de Rutgers University, New Jersey), se pueden definir cuatro grandes tipos de temperamento, y cada uno de nosotros nos caracterizamos por una determinada proporción de cada uno de esos cuatro tipos, aunque predomine alguno de ellos. Cada temperamento estaría, según ella, caracterizado por una alta actividad relativa de uno o dos sistemas neuroquímicos cerebrales.
Los cuatro temperamentos son los siguientes:
Pues bien, tras encuestar a más de 28.000 usuarios de un portal de búsqueda de pareja para asignarlos a una de las cuatro categorías anteriores, Fisher y colaboradores concluyeron que explorador@s prefieren explorador@s, director@s prefieren director@s, y que constructor@s y negociador@s se prefieren mutuamente. No han comprobado hasta qué punto estas preferencias se mantienen en las relaciones a largo plazo, pero lo lógico es pensar que sí.
La verdad es que no tengo la menor idea de todo esto, pero me parece de lo más sugerente. Una vez más, ¡la química cerebral en acción!
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Qué interesante! :) Es la primera vez que leo una teoría de ese estilo y me ha parecido muy curiosa. Supongo que de ahí vendrá cuando decimos que tenemos "química" con alguien... o quizás eso haga referencia a las feromonas y demás...
Otra cosa es luego la cantidad de factores que influyen, pero de entrada mola el asunto! Sabes cómo hicieron para saber cada persona a qué grupo pertenecía? Mediante análisis o tests psicológicos quizás? Un saludo!!
Me parece una investigación verdaderamente pobre, más calificable como los eneatipos astrales y demás cosas "estadísticas". Por favor, un poquito más de seriedad con los temas que quieran estar en una categoría llamada "mente y cerebro".
Esto señores, no es nada más y nada menos que repetir algo que la psicología social ya en cierta manera nos explica con la ley de la semejanza, cuya parte de su contenido postula que nos sentimos atraídos por alguien en la medida que lo percibimos semejante a nosotros ( no ya para pareja, también sirve para amigos), de manera que nos inclinamos a relacionarnos más con gente que tiene unas variables de personalidad, actitudinales, cognitivas y comportamentales, en el conjunto de todas ellas, similar a nosotros. De hecho, varios estudios dentro de este paradigma lo constatan, incluso se hicieron algunos estudios que apuntan a que las parejas que permanecen estables mucho tiempo son, entre otros tantísimos factores, bien parecidas entre si en cuanto a actitudes frente a la vida, personalidad, y creencias y/o opiniones.
Creo que para establecer las asociaciones se basaron en un conjunto de indicadores que contenía una base de datos (enorme, por cierto) de uno de estos servicios de emparejamiento por internet. Lo de la neuroquímica se investigó aparte.
Saludos y bienvenida al blog.