Molineros del Paleolítico

En la localidad de Pavlov (Moravia) había una trampa de mamuts con restos de estos animales

Se piensa que en el Paleolítico los seres humanos se alimentaban fundamentalmente de animales y que, por lo tanto, su dieta estaba basada, sobre todo, en proteinas y grasas. Esa idea se basa, principalmente, en los indicios que encuentran quienes investigan estas cuestiones en los yacimientos en los que se hallan restos humanos o restos de actividad humana. Los criterios que se suelen utilizar a la hora de atribuir unos u otros modos de alimentación a nuestros antepasados son la química ósea, micromarcas dentales y restos zooarqueológicos y arqueobotánicos. Sin embargo, por razones de tipo técnico, no es fácil contar con restos arqueobotánicos del Paleolítico. Y quizás por esa razón se desconoce la contribución real de materiales de origen vegetal a la alimentación de los seres humanos en ese periodo.

Un estudio reciente da cuenta de la pesencia, en tres localidades europeas (Valle de Mugello, Italia; Uglyanka, Rusia; Pavlov, República Checa) con restos de actividad humana de hasta 30.000 años de antigüedad, de restos microscópicos de ciertas plantas, y sobre todo, de rizomas y raices de las mismas con alto contenido en almidón. Son plantas en las que esos órganos constituyen verdaderos depósitos de almacenamiento de reservas de almidón. Y los restos microscópicos encontrados son en realidad restos de la harina que resultó de la molienda de esos rizomas y raices. Porque esos restos de harina se han encontrado en la superficie de instrumentos para la molienda, como piedras molares y morteros.

La mayor parte de los restos de harinas encontrados corresponden a la raiz de espadañas y al rizoma de helechos. Y según los análisis realizados, su contenido en almidón y energético son similares al de las harinas procedentes de semillas. Por lo tanto, se trata de materiales relativamente ricos desde el punto de vista energético, aunque su utilización requiere de un complejo, y quizás costoso, proceso de preparación.

Typha latifolia, nobre científico de la espadaña, planta cuya raíz tiene alto contenido en almidón

El mero hallazgo de estos restos no informa de la importancia cuantitativa que tenía esta modalidad alimenticia. Quizás se trataba de recursos energéticos de emergencia, pero resulta significativo el hecho de que aparezcan asociados a instrumentos específicos de molienda, por lo que cabe suponer que su utilización en esas localidades era habitual y quizás se encontraba muy extendida en Europa en el periodo al que corresponden los hallazgos, el Paleolítico Medio-Superior.

Andando el tiempo, y si hallazgos similares se producen en otras localidades, quizás cambie la imagen que se tiene en la actualidad de la alimentación de los seres humanos que vivieron en Europa hace decenas de miles de años. En todo caso, no creo que los materiales vegetales llegasen a tener en ese periodo la importancia para la alimentación humana que llegaron a tener miles de años después, con el advenimiento del Neolítico y la invención de la agricultura.

Referencia: A. Revedina, B. Arangurenb, R. Becattinia, L. Longoc, E. Marconid, M. M. Lippie, N. Skakunf, A. Sinitsynf, E. Spiridonovag, J. Svobodah (2010): “Thirty thousand-year-old evidence of plant food processing” Proceedings od the National Academy of Sciences, 107 (44): 18815–18819.

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