Algo de parentesco es mejor que nada

Las más de ciento sesenta mil parejas registradas en Islandia entre 1800 y 1965 figuran en una base de datos genealógica. Y gracias a ella, se pueden hacer estudios demográficos que de otra forma no serían posibles.  El pequeño tamaño del país lo permite. Por otro lado, debido a su carácter insular y su lejanía, su población no ha recibido aportes significativos desde el exterior, lo que hace de ella una población relativamente homogénea desde el punto de vista cultural. Además, no hay diferencias socioeconómicas importantes, por lo que determinados fenómenos no se ven afectados por ese factor.

Las parejas humanas con alto grado de cosanguinidad corren un alto riesgo de que sus hijos porten los alelos recesivos deletéreos de los dos progenitores, con lo que esa cosanguinidad pueda dar lugar a un menor número de descendientes. Esa menor descendencia se debería a mayores tasas de aborto espontáneo, de mortalidad infantil, o menor fertilidad de la descendencia. Sin embargo, en otras especies animales, las uniones entre individuos muy alejados genéticamente suelen generar poca descendencia, lo que se atribuye a la ruptura de complejos de genes coadaptados.

En la población islandesa no hay diferencias importantes en el tamaño de la familia, en el uso de anticonceptivos, ni en las prácticas de emparejamiento (matrimonio). Además, la base de datos citada permite explorar las relaciones familiares y las variables demográficas hasta de diez generaciones consecutivas. Así, se ha podido comprobar que el grado de parentesco de las parejas ha disminuido sensiblemente durente esos 165 años. Las parejas han pasado de estar formadas por personas que eran primos en tercer o cuarto grado (en promedio) a ser primos en quinto grado. En términos numéricos, el parentesco ha pasado de 0’005 a 0’0005 (diez veces inferior) entre los periodos de 1.800-1.825 y de 1.950-1.965. Este fenómeno es consecuencia de la transición demográfica que ha provocado el gran aumento de población asociado al desarrollo urbano que ha experimentado el país durante los dos siglos anteriores.

Y junto con ese descenso en el grado de parentesco, también ha disminuido la descendencia. Es más, hay una relación clarísima entre el grado de parentesco de la pareja y el número de hijos con descendencia. Cuando el grado de parentesco es alto (igual o más próximo que el correspondiente a primos segundos), el número de descendientes es bajo, debido, seguramente, a los efectos de la cosanguinidad, ya que los hijos de esas parejas, -aunque no son pocos-, tienen una vida muy corta y muy poca descendencia. Los parejas formadas por primos terceros y primos cuartos son los que más hijos tienen y esos hijos también tienen descendencia; como consecuencia de ello, esas parejas son las que más nietos tienen. Y a partir de ahí, conforme el grado de parentesco disminuye, va siendo menor el número de hijos y de nietos.

Antes, en las sociedades rurales, con grados de parentesco relativamente altos, la fertilidad era alta. Los matrimonios entre primos carnales estaban limitados y no solían producirse emparejamientos con personas muy distantes. La formación de áreas urbanas muy densamente pobladas ha cambiado esa situación. Al emparejarse personas de procedencia muy lejana, son muy abundantes los casos en los que se pueden deshacer complejos de genes que se han transmitido conjuntamente y están coadaptados. Podría decirse que en las grandes urbes donde vive gente que ha llegado de muy diversas procedencias, se producen muchas situaciones de “incompatibilidad” entre el pool genético de los dos consortes. No sé cuán intenso es el fenómeno, pero aparentemente es susceptible de provocar un nítido descenso en la tasa de crecimiento de la población, efecto que reforzaría el que parecen ejercer los factores de naturaleza socioeconómica que muy probablemente están en la base del declive demográfico de algunas sociedades occidentales contemporáneas.

Fuente: Agnar Helgason, Snæbjörn Pálsson,  Daníel F. Guðbjartsson, Þórður Kristjánsson, y Kári Stefánsson (2008): An Association Between the Kinship and Fertility of Human Couples. Science 319: 813-816

Addenda: En un trabajo diferente se ha estudiado el número de hijos que han tenido las mujeres danesas nacidas en 1954. Y se ha visto que el número máximo lo han tenido las casadas con esposos nacidos a 50 km del lugar de nacimiento de ellas, y que conforme aumentaba o disminuía esa distancia, el número de hijos también disminuía. El efecto es muy claro y confirma, mediante otro procedimiento (distancia física en vez de grado de parentesco) el mismo fenómeno observado en Islandia.

Fuente: Rodrigo Labouriau y António Amorim (2008): Comment on “An Association Between the Kinship and Fertility of Human Couples” Science 322: 1634b

11 pensamientos sobre “Algo de parentesco es mejor que nada

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  4. Jaime

    Esto no tiene ningún fondo científico. Que estadística es significante?. La relación entre consanguinidad y número de descendencia se puede a otros factores mas banales. Por favor, este tipo de artículos pseudocientíficos deberían de ahorrárselos. La prueba directa es algo que explique que con cierta combinaciión de genes los procesos metabólicos de creación de espermatozoides o movilidad son afectados. Pero simple estadísticas de emparejamiento e hijos es basura que apunta a muchas causas y no irremediablemente a la consanguinidad

    1. Juan Ignacio Pérez Iglesias Autor

      ¡Qué osadía! Hay que ser osado para descalificar de ese modo un trabajo científico. Y llamar basura a un trabajo que ha sido publicado en una de las mejores revistas científicas del mundo es, además, maleducado.
      Pero vayamos al grano y olvidemos criterios de autoridad. El artículo es excelente. Utiliza la estadística para poner de manifiesto un fenómeno real. Metodológicamente es impecable, aunque yo no he precisado algún extremo que podría generar dudas. Me refiero al hecho de que la relación entre descendencia y parentesco se establece para cada generación, descartando el efecto que pudiera tener la transición demográfica en la natalidad. Los autores apuntan una hipótesis que puede explicar el fenómeno, hipótesis que se basa en estudios con otras especies. Ya habrá quien analice experimentalmente los aspectos relativos a las causas profundas del fenómeno. Es la ciencia, señor Jaime. Así se hace.

  5. résped

    Interesantísimo. He llegado a través de Amazings y me ha parecido muy interesante este resumen. Contestando a Jaime, tal vez se olvide que los blogs de difusión científica hacen llegar artículos más densos al público en general y que sus calificaciones carecen de sentido alguno si no ha leído el artículo original… tal vez esté usando un lenguaje demasiado complejo.

    Juan Ignacio, enhorabuena por la entrada y no le des demasiada importancia a las críticas infundadas.

    1. Juan Ignacio Pérez Iglesias Autor

      Gracias résped, por tu comentario. Las críticas, fundadas o infundadas siempre serán bienvenidas. El problema son las formas. Detesto la práctica tan habitual en internet de recurrir a la descalificación, el insulto o el tono desabrido de algunos que se valen del anonimato. Eso es lo que me molesta. En este caso, me ha molestado el uso del término “basura”. He estado a punto de no aceptar el comentario.
      Saludos.

  6. larry

    Fascinante. Considerando que existen mas de 300 genes involucrados en fertilidad masculina y otro tanto en femenina, lo que propone el Sr Jaime es por el momento, inviable. Sin embargo, no hay una necesidad crucial de analisis genetico moleculares puesto que la hipotesis es solida; explica bien el fenomeno.

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  8. León Riente

    Es muy interesante este estudio. En la genética se involucran en muchas ocasiones y en exceso cuestiones ideológicas que desvirtuan el esfuerzo científico. La corrección política imperante ha decidido que la endogamia es mala y la exogamia lo mejor del mundo. Este estudio demuestra que esto no es así y que cierta endogamia es adaptativa mientras que la exogamia elevada no lo es. Saludos.

  9. Triskel

    En sólo 6 comentarios ya ha llegado un “arqueovanguardista ario” para hacer ver que el mestizaje es muy malo. Puede que un cierto grado de endogamia produzca uniones más fértiles, pero la ventaja principal de la exogamia es la variabilidad genética, que es la base del éxito evolutivo.

    Igual la endogamia nos da muchos niños rubitos pero si un día la radiación solar aumenta de forma significativa muchos ser verán afectados, por ejemplo, por cáncer de piel. En cambio si tenemos unos más rubitos y otros más morenitos nos garantizamos la viabilidad de la especie ante posibles cambios en el ambiente. Y sí, esto es una simplificación.

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