Imbéciles inteligentes

¿Existen los imbéciles inteligentes? Bruce G. Charlton, catedrático de Medicina Teórica de la Universidad de Buckingham (Reino Unido) y editor jefe (Editor in Chief) de la revista Medical Hypothesis, piensa que, efectivamente, existen los imbéciles inteligentes.

Vayamos por partes. Charlton basa su propuesta en una idea de Satoshi Kanazawa, quien piensa que existe una suerte de divergencia entre la utilidad de dos modalidades o tipos de inteligencia. Esa divergencia se manifestaría en el hecho de que mientras la inteligencia general es útil a la hora de enfrentarse a problemas que constituyen una novedad evolutiva, puede que no fuera de ninguna ayuda para resolver los problemas que eran habituales en el Paleolítico, cuando los seres humanos eran cazadores-recolectores. Las ciencias y las matemáticas son ejemplos típicos de actividades de resolución de problemas muy recientes en nuestra historia, y son actividades en cuyo desempeño las personas con alta inteligencia general suelen obtener resultados mejores.

Sin embargo, hay muchas tareas que nuestros antepasados han debido afrontar o realizar en repetidas ocasiones durante generaciones y para lidiar con las cuales, la selección natural ha proporcionado mecanismos espontáneos, casi automáticos. Dada nuestra condición de primates sociales, muchas de esas tareas corresponden a problemas sociales que tienen que ver con la comprensión, predicción y manipulación de los comportamientos de otros seres humanos. La capacidad para desenvolverse de forma adecuada con esas situaciones es a lo que se denomina “sentido común”.

La idea de Kanazawa es que hay un contraste entre dos capacidades; una de ellas es la de resolver problemas sociales que determinaron la adecuación (fitness) de nuestros antepasados, y la otra es la de resolver problemas que constituyen una novedad evolutiva y que pueden tener un fuerte impacto en el funcionamiento individual en las sociedades modernas. Según esta hipótesis, el tener un alto cociente de inteligencia (IQ) capacita para entender y resolver nuevos problemas pero no supondría que la persona en cuestión se desenvuelva mejor en situaciones sociales ni que tenga más sentido común.

Por otro lado, según Bruce Charlton, un alto IQ no solo indica alta inteligencia general, sino que también es característica de un tipo de personalidad, abierta a la novedad y caracterizada por un tendencia a prescindir del sentido común a la hora de abordar la resolución de problemas. El problema es que ese sentido común consiste en un conjunto de estrategias que constituyen un “sistema experto” a la hora de afrontar interacciones sociales, mientras que la inteligencia general, basada en el razonamiento abstracto y sistemático, constituye un sistema “no experto”. No está claro si la sustitución de un modo de afrontar situaciones sociales por el otro se debe a que existe entre ambos modos lo que en inglés se denomina un “trade off” (1) o si, por el contrario, es la consecuencia de la tendencia de las personas con alto IQ a recurrir sistemáticamente al razonamiento abstracto, prescindiendo así del sentido común.

A partir de las premisas anteriores, Charlton sostiene que el estereotipo del científico obtuso o abstraído, excéntrico y lacónico, que es, por otro lado, brillante en su trabajo a la vez que fatuo e incompetente en los asuntos cotidianos, podría ser la consecuencia de una tendencia psicológica a utilizar la inteligencia general en situaciones inadecuadas. Y esta sería, por lo tanto, la razón por la que al referirse a ese tipo de personas las denomina “imbéciles inteligentes” (clever sillies); son muy inteligentes en su ámbito profesional de competencia, pero absolutamente tontos para lididar con las cosas más normales de la vida.

(1) El término “trade off” no es fácil de traducir, aunque su significado suele estar muy claro. En Economía se considera equivalente a “coste de oportunidad”. En Biología, un trade off consiste en la existencia de una disyuntiva, normalmente con consecuencias en términos adaptativos, entre dos opciones. Una posible disyuntiva, en biología reproductiva por ejemplo, sería entre producir pocos ganetos de gran tamaño o muchos de pequeño tamaño. También se considera un trade off la disyuntiva entre dedicar la energía adquirida a la línea germinal (reproducción) o dedicarla a la línea somática (crecimiento); dado que toda la energía adquirida no puede destinarse simultáneamente a ambos fines, la que va en una dirección no va en la otra. En ambos casos, -tamaño y número de gametos, o líneas somática y germinal-, que en una especie se prime una opción u otra depende, según la teoría, de las circunstancias ambientales propias de la especie o la población en cuestión.

Nota: la próxima entrada continúa con esta historia.

Fuente: Bruce G. Charlton (2009): “Clever sillies: Why high IQ people tend to be deficient in common sense” Medical Hypothesis 73: 867-870

Un punto de vista diferente sobre este mismo fenómeno puede encontrarse en esta referencia: Michael A. Woodley (2010): “Are high-IQ individuals deficient in common sense? A critical ezamination of the “clever sillies” hypothesis” Intelligence 38: 471-480.

Un pensamiento sobre “Imbéciles inteligentes

  1. Jpagliacci

    Muy interesante. En la carrera de matemáticas me he encontrado a algunos especímenes de es tipo, muy inteligentes capaces de resolver los problemas más rebuscados, pero totalmente negados en el aspecto social.

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