La diversidad lingüística depende (también) de factores geográficos

Jared Diamond es autor de algunos ensayos de gran interés, pero el que seguramente más influencia ha ejercido ha sido “Guns, germs and steel”. En él, Diamond defiende, entre otras, la idea de que el desarrollo de las naciones ha sido condicionado, en gran parte, por factores geográficos que influyeron en la posibilidad de extender la agricultura y en la transmisión cultural a largas distancias.

Una de las observaciones más sugestivas de Diamond se refiere a la diferencia geográfica que hay entre América y Eurasia. América se extiende de norte a sur y en esa extensión se suceden numerosas barreras orográficas y climáticas. Y esas barreras no solo dificultan los movimientos de las poblaciones humanas, sino que, sobre todo, pueden impedir que especies domesticadas o cultivadas en una zona puedan llevarse a otras y asentarse en ellas con éxito. En Eurasia, por el contrario, no hay las mismas barreras en el eje este-oeste. A lo largo de ese eje las semillas se han podido trasladar de un lugar a otro y cultivar en diferentes longitudes, y lo mismo se ha podido hacer con los animales domésticos y la tecnología. De ese modo, las gentes también se han movido con relativa facilidad, y cada vez que una civilización ha desarrollado alguna tecnología potente, quienes la utilizaban se encontraban en condiciones de dominar a otras poblaciones humanas. La teoría de los ejes no solamente tiene derivaciones de carácter económico y político. También las tiene de carácter cultural. De acuerdo con la teoría de Diamond, cuanto mayor es la la relación entre los dos ejes de un país, mayor diversidad lingüística cabría esperar en ese país, ya que conforme más se extiende en su eje norte-sur, mayores habrían sido las barreras que habrían obstaculizado la homogeneización cultural, pues las migraciones habrían sido de menor entidad. Dicho de otra forma, cuanto más extenso es un país en su eje este-oeste (por comparación con el eje norte-sur), con mayor facilidad se habrían extendido los pueblos de migradores y más fácilmente habrían extendido su lengua o habrían asimilado aquellos la de las poblaciones autóctonas.

Para contrastar la validez de la teoría de los ejes, un grupo de la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos) ha realizado un análisis de la mayoría de los países (147) de más de un millón de habitantes. Para cada uno de ellos ha determinado, por un lado, la relación entre la longitud media del eje norte-sur y la longitud media del eje este-oeste, y por el otro, la diversidad lingüística, como indicador de la diversidad cultural en general. En la diversidad lingüística se incluyen también las lenguas desaparecidas recientemente.  Además de la ratio entre las longitudes de los ejes, los investigadores incluyeron otras variables que podían ejercer algún efecto sobre la diversidad lingüística, y elaboraron con el conjunto de variables un modelo de regresión lineal múltiple. Tanto la ratio entre las dimensiones de los ejes, como otras variables ejercieron efectos significativos o muy significativos, dependiendo del modelo ensayado en cada caso. Las variables que resultaron significativas en todos los modelos que no incluyeron interacciones[1] fueron las siguientes: la ratio entre las dimensiones de los dos ejes, el número total de lenguas originarias en el país, la edad del estado y la distancia al ecuador. Cuanto mayor era el número de lenguas originarias, mayor resultó ser también la diversidad lingüística. Igualmente, los estados de más antigua constitución son los que más diversidad han perdido. Además, cuanto mayor es la proximidad al ecuador, mayor es la diversidad cultural y lingüística. Y por último, y como se había hipotetizado, los países cuyas dimensiones en la dirección este-oeste tienden a ser mayores hn experimentado una mayor pérdida de la diversidad lingüística, lo que supone una cierta verificación de la teoría de los ejes.

Diversidad lingüística en el mundo

Además de su interés per se, las conclusiones de este trabajo tienen otras implicaciones, ya que hay una serie de características de tipo socio-político y económico que están relacionadas con la diversidad cultural. En efecto, de acuerdo con estudios realizados en el campo de las ciencias sociales, la diversidad cultural está asociada con características tales como una peor provisión de bienes públicos, menores niveles de confianza interpersonal, mayor probabilidad de violencia local y tasas de crecimiento económico más bajas.

Mi impresión personal es que estos estudios tienen una componente especulativa muy fuerte y, seguramente, vendrán otros estudios que modificarán o matizarán estas conclusiones. Pero también me parece que resulta sugestivo y de un valor heurístico indudable considerar que la diversidad socio-cultural puede ser consecuencia de la incidencia de factores físicos, geográficos y ecológicos. Nos ayudará a entender mejor la historia de la humanidad y los factores que han condicionado su devenir.

Fuente: David D. Laitin, Joachim Moortgat, y Amanda Lea Robinson (2012): “Geographic axes and the persistence of cultural diversity” PNAS 109 (26): 10263-10268 (www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1205338109)


[1] Cuando un modelo incorpora interacciones entre variables independientes, su significado e interpretación se hace más compleja y, en general, más oscura.

Un pensamiento sobre “La diversidad lingüística depende (también) de factores geográficos

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