Sexismo en la ciencia: el caso de Jennifer y John

Los chicos reciben una mejor valoración que la que reciben las chicas cuando solicitan ser admitidos en departamentos universitarios de ciencias para ocupar puestos de lab manager.[1] Esa mejor valoración de los chicos es independiente de la cualificación real; su única razón de ser es que son chicos.

girls

Ese sesgo se ha puesto de relieve en un estudio en el que se ha pedido a profesores cualificados (professor) de departamentos de ciencias (física, química y biología) de seis universidades de investigación norteamericanas que valorasen la solicitud presentada por un estudiante (John) o una estudiante (Jennifer) ficticios, para ocupar en sus departamentos un puesto de lab manager. Una de las peculiaridades del estudio es que la documentación que evaluaban unos y otros era la misma, y solo difería en la casilla en que se hacía constar el nombre y en la que figura el sexo del solicitante.

Los investigadores escogieron tres zonas geográficas diferentes y dentro de cada zona, dos grandes universidades, una pública y otra privada. Los seis centros universitarios están muy bien valorados, y los departamentos a cuyos responsables se remitió la documentación de los solicitantes son considerados de muy alta productividad científica. En total, los catedráticos a quienes se envió una solicitud fueron 127: a 63 se les envió la de Jennifer y a 64 la de John. Cada professor valoró tres rasgos (en una escala de 1 a 7): competencia (competence), contratabilidad (hireability) y nivel de tutorización (mentoring) que le proporcionaría al estudiante; también manifestó qué remuneración creía que debiera asignarse al estudiante en función de sus méritos. Como es lógico, el sexo del professor también se registró como posible factor de valoración.

Género 1

A los datos obtenidos se les aplicó, en primer lugar, un análisis de la varianza de dos factores, sexo del estudiante y sexo del professor. En todos los casos, el único factor cuyo efecto sobre cada una de las variables medidas resultó significativo fue el sexo del estudiante. Jennifer fue significativamente (p<0,01) peor valorada que John en los tres rasgos, y también fue merecedora de una remuneración más baja. Los tests de efectos simples, pusieron de manifiesto que Jennifer era menos competente (p<0,001) y menos contratable (p<0,001) que John, y el professor medio estaba dispuesto a dedicarle menos esfuerzo de tutorización (p<0,001). Y en lo relativo al salario, estaba dispuesto a pagar 26.508 $ a Jennifer, cuando a John le habrían pagado 30.238 $. La diferencia es superior al 10% y es estadísticamente significativa (p<0,01). Como he señalado ya, el sexo de los profesores que evaluaron las solicitudes tampoco ejerció efectos significativos; esto es, Jennifer no fue mejor valorada por las profesoras que por los profesores. Y tampoco ejercieron ningún efecto, el rango académico, el campo científico o la edad de los evaluadores. Así pues, John fue mejor valorado con carácter general.

Los autores del estudio fueron un poco más allá, y mediante un análisis de mediación o de ruta (path analysis)[2], comprobaron que la mayor “contratabilidad” de John obedece, simplemente, a que es percibido como más competente que Jennifer. También realizaron un análisis que se denomina de moderación, para evaluar la incidencia de factores que atenúen o que amplifiquen el efecto demostrado. En este caso aplicaron a los evaluadores un “test de sexismo” (Modern sexism scale) para determinar si el grado de “negatividad no intencionada hacia las mujeres” (o sea, de minusvaloración inconsciente de las mujeres) incidía en la percepción de su competencia. Y en efecto, los professors con un sesgo sutil contra las mujeres más intenso fueron los que percibieron a Jennifer como menos competente y menos contratable; también eran los que menos tiempo le habrían dedicado a su tutorización. Sin embargo, no valoraron peor a John de ninguna de esas formas.

Genero 2

Los resultados de este estudio son muy interesantes por varias razones. Por un lado constatan la existencia de un sesgo antifemenino en la valoración de la competencia de jóvenes aspirantes a científicos profesionales. Por otra parte, esa percepción de menor competencia femenina es responsable de que las chicas tengan menos opciones de ser seleccionadas para puestos de formación en investigación científica. El sesgo tiene carácter general; afecta por igual a hombres y a mujeres, así como a académicos de diferentes edades, especialidades y rangos; por ello, se trata, seguramente, de un sesgo generado por estereotipos culturales muy extendidos, y no por una intención de perjudicar a las mujeres de manera consciente.

Ese sesgo puede tener efectos muy negativos en el desarrollo científico-profesional de las jóvenes estudiantes de ciencias, y afectar a las decisiones que tomen con respecto a sus carreras. No solamente es peor evaluada la competencia de las chicas, sino que, además, reciben menos apoyo y remuneración. Dado que en el desarrollo de los jóvenes científicos es muy importante la valoración de su entorno, un sesgo sistemático negativo en la valoración de las mujeres en los niveles iniciales de la carrera científica puede acabar desincentivando su continuidad en ella, máxime si se tiene en cuenta que otros factores sociolaborales pueden también actuar de forma negativa en la misma dirección.

Por último, fenómenos como este pueden anular completamente todos los esfuerzos que hacen las instituciones por estimular la participación de las mujeres en la empresa científica, lo que constituye un lastre absurdo para el propio desarrollo científico. Al fin y al cabo, actitudes como las que revela este estudio no solo provocan una injusticia a quienes las sufren sino que, además, privan a toda la comunidad científica del concurso de personas de gran valía, con lo que no solo pierden las afectadas directamente, sino que es el conjunto de la sociedad la que sale perdiendo.

Fuente: Corinne A. Moss-Racusin, John F. Dovidio, Victoria L. Brescoll, Mark J. Graham, y Jo Handelsman (2012): “Science faculty’s subtle gender biases favor male students” PNAS 109 (41): 16474-16479


[1] Ese puesto de lab manager, que en español podríamos denominar como “encargado de laboratorio”, es asimilable al de alumno interno (o, en su día, tesinando), y está remunerado, por lo que su condición, salvando las distancias, sería similar a la del alumno interno que disfruta de una beca de colaboración. Los puestos de lab manager los solicitan estudiantes sin graduar (undrgraduate students) que aspiran a tener una experiencia de laboratorio antes de iniciar su etapa de investigación doctoral. Se trata, por lo tanto, de una fase muy temprana en la formación del personal investigador.

[2] Tras combinar las variables de competencia (competence y mentoring) con el salario en una única variable compuesta de competencia

33 pensamientos sobre “Sexismo en la ciencia: el caso de Jennifer y John

  1. Pingback: Sexismo en la ciencia: el caso de Jennifer y John

  2. Alz

    Interesante artículo, da que pensar esas variaciones tan grandes. Una sugerencia: el último gráfico, el del salario, empobrece el artículo, puesto que a primera vista parece que el salario ofrecido a Jennifer parece que es una tercera parte menor, aunque se explica muy bien en el texto. Un saludo

  3. Pingback: La violencia contra las mujeres tiene múltiples formas. También se da en el mundo científico | Iagoba.com – Ignominia por fascículos

  4. Pingback: Sexismo en la ciencia: el caso de Jennifer y John | My Daily Feeds

  5. Amazings

    Y esto lo escribe quien, teniendo grandes responsabilidades en las dos últimas sesiones de Amazings en Bilbao, no ha contado ni con un 10% de ponentes mujeres. No tengo interés en que este comentario se publique. Simplemente, piénselo, profesor.

    1. Juan Ignacio Pérez Iglesias Autor

      Yo sí tengo interés en que se publique este comentario, del mismo modo que tengo interés en responderlo. Soy responsable de las decisiones que tomo; no de las que no tomo. Mis responsabilidades en Amazings Bilbao han sido exclusivamente organizativas. No he tenido ninguna en la selección de las charlas. Lo anterior, en todo caso, no debe entenderse como una crítica a quien ha hecho ese trabajo, porque me consta que quienes las han seleccionado han ofrecido a todos los colaboradores de Naukas.com la posibilidad de proponer intervenciones. Si no recuerdo mal, en ambas ediciones intervinieron TODAS las mujeres que propusieron alguna charla. No cabe decir lo mismo de las propuestas hechas por hombres. ¿Por qué hay tan pocas charlas propuestas por mujeres? Sobre todo, porque en Naukas.com hay pocas colaboradoras, y hay pocas colaboradoras porque en la blogosfera científica española, que es la cantera de Naukas.com, hay pocas mujeres. No está al alcance ni de Naukas.com, ni de la Cátedra de Cultura Científica conseguir que haya más mujeres que escriban blogs de ciencia.

  6. Manuel Cruz

    El que ha escrito este artículo dice que no hay diferencias entre profesoras y profesores, pero eso es mentira. Precisamente las profesoras ofrecían sueldos bastante más bajos a las chicas que lo que hacían sus compañeros, lo que lleva a pensar que contratar a una chica lleva aparejados ciertos inconvenientes que son independientes del currículum vitae de los candidatos, y que esos inconvenientes son más aparentes para las mujeres empresarias que para los hombres. En resumen, que la visión feminista está divorciada de la realidad.

    1. Juan Ignacio Pérez Iglesias Autor

      ES conveniente utilizar términos mesurados, prudentes, porque por el mismo precio se podía haber dicho que “eso no es correcto”, en vez de “eso es mentira”. Y es que, además, no es mentira ni tampoco incorrecto; no, al menos, desde un punto de vista estadístico. En un experimento como este las diferencias que son científicamente aceptables son las estadísticamente significativas. Dado que se basa en muestras y los resultados se someten a tratamiento estadístico, si las diferencias carecen de la debida significación, no se puede considerar que haya tales diferencias.

  7. Nestor

    Me voy a tomar un minuto para felicitarte ya que es la primera vez en muuuucho tiempo que veo un artículo que no sólo nos da las conclusiones, si no que detalla el proceso científico detrás de estas: variables a estudiar, diseño del estudios, tamaño y selección de muestra, herramientas estadísticas utilizadas… CHAPÓ!

  8. SerialSanz

    Mira que en el fondo uno sabe como son las cosas y aun asi no dejan de sorprenderle (mil perdones por las tildes, os prometo que me duele mas que a vosotros). Muy interesante. Me ha gustado especialmente la reflexion sobre si es o no un acto consciente. Quiero pensar que yo hubiera hecho lo correcto pero es imposible ponerse a prueba. A menos que inventen una pastillita magica: te dan un CV, calificas, pastillita que te hace olvidar, te dan el otro, calificas y comparas … seria genial, y seguramente decepcionante.

  9. macgyver

    Siempre aduciendo a un omnipresente sexismo como cuando explican por ejemplo que el 50% de los Directores Ejecutivos de las mayores corporaciones no sean mujeres. Lo que nunca es mencionado es que en el 90% de los encarcelamientos, los suicidios y los accidentes laborales los afectados son los hombres. Si estos son resultado de las acciones o elecciones de los hombres involucrados en estas circurnstaciones, entonces ¿no es esta la misma razón la determinante de la configuración del mercado laboral?

    Uno de los mitos más deshonestos es aquel que dice que las mujeres ganan solamente el 75% de lo que ganan los hombres por el mismo trabajo. Déjenme deshacerme de este mito en el proceso en el cual veremos por qué es rentable y atractivo expandir esta falsa creencia.

    Es verdad que las mujeres, en promedio, ganan al año menos que los hombres. También es cierto que las personas de 22 años ganan menos, en promedio, que los de 40. ¿Por qué el último no es un ejemplo de discriminación por edad mientras que el primero es aprovechado como un ejemplo de la discriminación de género?

    Si las mujeres en verdad ganaran menos por hacer exactamente el mismo trabajo de un hombre, cualquier Director Ejecutivo no sexista podría acabar con la competencia al contratar solamente mujeres, y así ahorrar 25% en salarios de empleados en relación con sus competidores. ¿Vamos a creer que todo Empresario y toda mesa ejecutiva de las más grandes empresas son tan sexistas como para sacrificar millones de euros en ganancias? Además, las mujeres empresarias podrían contratar a otras y superar a cualquier negocio dominado por hombres si tal brecha salarial existiese, pero no vemos que esto esté pasando en algún país del mundo. Las fuerzas del mercado corregirían tales equivocaciones en la compensación femenina, si realmente existieran.Pero no existen, y quienes afirman que sí, no solo están mostrando una completa ignorancia de la economía, sino que se alegran de enfurecer a mujeres igual de ignorantes sobre la economía sobre una injusticia que no existe. Me doy cuenta de que las mujeres que de hecho son o fueron Directoras de compañías que cotizan en la bolsa nunca afirman que hay una conspiración para pagarles menos a las mujeres en relación con su productividad.

    Estoy dispuesto a pasar leyes que aseguren que el 50% de las Directores Ejecutivos de todas las 500 mas grandes empresas sean mujeres, si también ordenáramos legalmente que el 50% de todos los encarcelamientos fueran de mujeres y si el 50% de los trabajos que implican trabajo con maquinaria pesada, bajo inclemencias meteorológicas, inhalando humos tóxicos o en seguridad pública y privada aprendiendo criminales peligrosos fueran lugares ocupados también por mujeres. Los justo es los justo. ¿Quién acepta?

  10. macgyver

    Sería el primero en alegrarme si el éxito económico de las mujeres se basara solamente en el puro mérito. Para muchas de ellas, es así. Sin embargo, mucho ha sido el resultado ni de las fuerzas del mercado ni de la meritocracia, sino del soborno y de una corrupción impulsada por ideología. Sin embargo, los grupos ‘feministas’ han promovido una fuerte tendencia para asegurar que los estímulos del gobierno se dirijan a acelerar el empleo de las mujeres a expensas de la asistencia para los hombres. Revela la típica ignorancia de la economía (evidenciada por, entre otros, el omnipresente mito de que las mujeres son subpagadas), al igual que la creencia de que los negocios existen para actuar como vehículos de la ingeniería social en lugar de producir ganancias.

    Por otro lado, de nuevo enfatizo que tener 10-30% de la fuerza de trabajo masculina estadounidense viviendo bajo una tasa marginal de impuesto, va a matar sus incentivos para inventar nuevas tecnologías o empezar nuevas empresas. Es insignificante debatir si los impuestos sobre la renta deberían ser del 35% o 39,6%, cuando una franja de la fuerza de trabajo paga 70% de su ingreso marginal.

    Voy aún más lejos. La vasta mayoría de los impuestos de seguridad social son pagados por hombres, pero son recaudados por mujeres (debido a que las mujeres viven en promedio 7 años más que los hombres). Eso no es problema de ningún modo, pero el hecho de que las mujeres consuman dos tercios de toda la atención médica, a pesar de que la mayoría de este gasto es pagado por hombres, es ciertamente un asunto digno de debate. Puede que sea ‘natural’ para las mujeres el requerir más atención médica, ya que son ellas las que dan a luz. Pero también era ‘natural’ para los hombres el financiar esto para sus esposas, no para la más amplia comunidad de mujeres. La profesión de la atención médica también emplea un inmenso número de mujeres, y no solo en roles de valor añadidos como la enfermería, sino incluso en posiciones administrativas y burocráticas.

    1. Andy

      Cuantas verdades. el hombre vive menos y se muere mas en el trabajo. Es una realidad, voy a jugar un poco a ser el empresario. es mas rentable el hombre, porque es menos problematico. juntad un grupo de mujeres y veras como nacen los conflictos rapidamente, ademas Jhon no queda embarazado (como empresario me seria un gasto mantenerla, aunque esta en todo su derecho la mujer ), ademas una mujer joven me generaria distraccion entre los otros trabajadores masculinos, esto bajaria su rendimiento, mas si jenniffer es una chica bonita (esta comprobado cientificamente que el hombre se vuelve torpe con la presencia de una mujer bella). Y si vamos a las horas extras, las mujeres en general, no suelen hacerlas, los hombres se comprometen mas con el trabajo (esto es una generalizacion pero es bastante realista)-
      En fin las mujeres son muy inteligentes, yo creo que tambien eligen otras maneras de ganarse la vida, que les benefice mas, sin tanto sacrificio como una carrera universitaria, y no de las sencillas. Mas por los artistico y por lo corporal, como puede ser el diseño de moda o ser modelo.

  11. Consuelo

    quiero entender que el curriculun de Jennifer fue enviado a las mismas universidades cambiando el nombre de Jennifer por el de Jhon y que sin embargo el mismo curriculun era mejor valorado al verlo con el nombre de Jhon ¡demoledor! e indignante

  12. Pingback: Sesgos y prejuicios | Tatxe

  13. Pingback: Why Aren

  14. Pingback: La Naturaleza Humana en 2012 | La Naturaleza Humana

  15. Pingback: Alert@ maguf@: La Cenicienta | Naukas

  16. Paco Duarte

    @Consuelo
    Fue enviado a las mismas universidades pero no fue evaluado por los mismos profesores, entiendo y no defiendo que el sujeto “jhon” sea más competente que la sujeto “jennifer”, sin embargo no considero que el estudio tenga la “fiabilidad” que se muestra, por muy objetiva que sea una persona, siempre tiene sus propios criterios de selección, y por tanto aunque se muestra claramente que se ha valorado mejor el curriculum de “jhon”, no termina de demostrar nada ya que obviamente los resultados no iban a ser iguales.

  17. Pingback: La cenicienta | Republika Ioar

  18. Elena

    En las variables de contratabilidad, nivel de tutorización y competencia el p-valor es menor de 0.1% y aún así se habla de diferencias significativas. Se trata de una errata? Porque de no ser así, sinceramente creo que el artículo es tramposo y las conclusiones estaban escritas antes de tomar la muestra. Nadie honesto trabaja con niveles de significación tan bajos.

    1. Juan Ignacio Pérez Iglesias

      En estadística, que p sea menor que 0’1 quiere decir que la probabilidad de que el efecto de las variables en cuestión sea distinto de 0 es de un 99%.

  19. Elena

    En todo caso sería 90% o 99.9% (dependiendo de si p < 0.1 está expresado en tanto por uno o en tanto por ciento). En cualquier caso, no queda claro que la hipótesis nula sea la igualdad en las valoraciones, de hecho lo lógico es pensar lo contrario, sobre todo al ver lo tendenciosa que es la gráfica de los salarios.

    1. Juan Ignacio Pérez Iglesias

      Tienes razón. Me he equivocado. Si p<0,1, entonces la probabilidad sería del 90%. De todas formas, ese valor de p, si no me equivoco, no aparece por ningún lado. Textualmente, se dice lo siguiente:

      "Jennifer fue significativamente (p<0,01) peor valorada que John en los tres rasgos, y también fue merecedora de una remuneración más baja. Los tests de efectos simples, pusieron de manifiesto que Jennifer era menos competente (p<0,001) y menos contratable (p<0,001) que John, y el professor medio estaba dispuesto a dedicarle menos esfuerzo de tutorización (p<0,001)."

      Por lo tanto, las probabilidades son de 99% (p<0,01) y 99,9% (p<0,001).
      Y en lo relativo al resto de tu comentario, tú misma.

  20. Pingback: Sesgos y prejuicios | Exelisis

  21. Pingback: Blogs de ciencia, estereotipos y feminismo | puratura

  22. Pingback: Blogs de ciencia, estereotipos y feminismo | Naukas

  23. Pingback: Feines atòpiques

  24. Teresa

    Agian beranduegi da, baina Zorionak holako ikerketak argitaratzeagatik eta eskerrik asko!.

    Aipatu nahi nuena da ikerketa antzeko bat, oso ospetsua dena zientzien irakaskuntzaren esparruan, 1984 eta 1987an egin zuela Erresuma Batuan Margaret Spear irakasleak, zientzien irakaskuntza esparruan.
    Kasu horretan irakasleek ebaluatu behar zutena zientzietako azterketa bat zen eta ebaluatu ondoren zientziak edo beste ikasketak egiteko orientazio aholku bat eman behar zioten ustezko neska edo mutil ikasleari.
    Ikerketa eta emaitzak honako artikulu horietan irakurri daitezke baina susmatuko dituzue zeintzuk izan ziren:
    Spear, M. (1984). Sex bias in science teachers’ rating of work and pupil characteristics. European Journal of Science Education, 6, 369-377.
    Spear, Margaret (1987). Science teacher´s perceptions of the appeal of science subjects to boys and girls. International Journal of Science Education, 9(3).

    1991/1993an Katalunyako zenbait ikastetxetan ikerketa bera erreplikatu zen eta ebaluazioarekiko emaitzek genero kutsu gutxiago erakutsi zuten, baina orientazioa egiterakoan hor zegoen berriro sexismoa.
    Mirandes, J. y Tarín, R. (1991). Diferents expectatives del professorat sobre les capacitats científiques del nois i de les noies. Material inédito. U.A.B.
    Mirandes, J., Sanmartí, N. y Tarín, R.M. (1993). Diferents expectatives del professorat i del propi alumnat sobre el seu futur profesional. Enseñanza de las Ciencias, Número extra (IV CONGRESO), 103-104.

    Azkenik, agerian jarri nahi nuena da arazoa ez datzala soilik emakumeek nahiz neska gazteek teknozientzia munduan sartu eta mantentzeko gainditu behar dituzten/ditugun mota askotako oztopoetan (eta bada noski), denboraren aldatzen ez den egoeran baizik. Eta, are gehiago, zientzietako munduan dauden pertsona batzuei (irakasle, ikerlari, kazetari,….) izugarri kostatzen zaie aitortzea/onarztea zientzia, teknologia eta horien irakaskuntzan, genero bazterkeri agerikoa zein ezkutua egon zela, badagoela eta ez baditugu neurri zehatzak eta ekintza positiboak ezartzen, zoritxarrez, egongo dela, hortxe dago gakoa, nire ustez. Arazoa ez delako denboraren poderioz berez konponduko den egoera, oraindik patriarkala den gizartean dagoen sexismoa -nahiz eta sexismo horren aurpegi zatarra “aldaketa kosmetikoekin makilatu” izana- indarrean dagoelako, baizik. Hau da, sexismo legala/formala gainditu eta ea baztertu egin da “herrialde industrializatu” askotan, baina iraunkor mantentzen da benetako sexismoa, mikromatxismoak, sexismo benebolente, ….horietako sexismo motak bilakatu den sexismoa, hain zuzen ere.

    Por cierto, Elena, aunque ya lo ha aclarado Juan Ignacio en comentarios anteriores, cuidado al leer los datos estadísticos de significatividad, pues no es lo mismo 0.1 o .1, o que lo obtenido en esa investigación: p< .001 o incluso p< .01, supongo que quien hace una investigación y la signficatividad de chi cuadrado o del parámetro que haya utilizado le diera o diese ese resultado, si es que es posible que se obtenga, se guardaría la investigación en el bolsillo. Lo cual no tiene que tener relación con que se hayan inventado los resultados, o que los tuvieran antes de hacer la investigación, como apuntas en tu comentario.
    Sin ánimo de ofender, a veces parece "que el bosque no nos deje ver la pradrera" y ese es el problema, que en lugar de leer la investigación para ver los resultados y preocuparse ante ellos (a quien le parezca preocupante, por supuesto), parece que hay un mayor interés en buscar fallos (reales o ficticios), errores estadísticos etc. en lugar de reconocer y aceptar sencillamente lo que se observó en la investigación. Hecho, que, por otro lado, muchas veces podemos observarlo en el entorno educativo sin investigaciones ni estadísticas, aunque considero muy necesario que se hagan estas investigaciones, para que determinada gente, que niega el problema o mira para otro lado, les otorgue el rango de validez que merecen.

  25. Pingback: El #MeToo de la Ciencia: más niñas astronautas y mujeres matemáticas

  26. Pingback: Marta Macho: “Mujeres con ciencia’ da visibilidad a todas las científicas que son desconocidas y deben ser modelos y referentes para todas” – carmensantana.es

Responder a Juan Ignacio Pérez Iglesias Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Confianza online