Canciones, lenguas y genes: trazando la historia de los grupos humanos

Taiwán (fotografía de la NASA; fuente: Wikipedia)

Taiwán (fotografía de la NASA; fuente: Wikipedia)

Las canciones populares son verdaderos registros del pasado de las poblaciones humanas. Sus diferencias reflejan las distintas trayectorias que han seguido aquéllas a lo largo del tiempo. Y junto con la lengua y otros elementos culturales, aportan un complemento importantísimo a los estudios genéticos como herramienta para conocer nuestro pasado.
Conforme los seres humanos se han ido dispersando por el planeta, no sólo se han ido diferenciando sus genomas, también se han diversificado sus lenguas y otros rasgos culturales. De hecho, es posible, y no demasiado difícil, establecer correspondencias entre grupos genéticos y familias o variedades lingüísticas. No obstante, en numerosas ocasiones los grupos humanos han perdido la que era su lengua para adquirir otra diferente, normalmente por razones políticas, comerciales, militares o, quizás, de otra naturaleza. Por esa y, probablemente, por otras razones no contempladas aquí, la correspondencia original entre grupos genéticos y grupos lingüísticos se difumina, dificultándose de esa forma el análisis conjunto de esos rasgos de cara, por ejemplo, a caracterizar la historia y relaciones entre unos grupos humanos y otros.

Fotografía: Nature

Fotografía: Nature

Recientemente, se ha empezado considerar la posibilidad de que, aparte de la lengua, la música tradicional haya podido también diferenciarse entre grupos conforme éstos se han desgajado unos de otros y se han diversificado genéticamente también. Hace unos años (noviembre de 2007), el genetista de poblaciones Floyd Reed presentó, en la reunión anual de la American Anthropological Association, un estudio realizado con 39 culturas africanas que mostraba que existía una estrecha conexión entre su genética y las canciones que cantaban. Esos resultados venían a apoyar la idea de que la música puede ayudar a identificar las profundas relaciones biológicas entre diferentes poblaciones humanas. Al parecer, la música es mucho más resistente al cambio que otros muchos rasgos culturales; puede serlo más incluso que la lengua.
El procedimiento utilizado para caracterizar las canciones que sirvieron de base al estudio de Floyd fue desarrollado por los musicólogos y etnógrafos Alan Lomax y Victor Grauer. Lomax, muy conocido por haber dado a conocer a Woodie Guthrie y Lead Belly al gran público, creó un archivo de unas 5.500 canciones tomadas de 857 culturas. El sistema diseñado por los dos etnomusicólogos, denominado “Cantométrica”, clasifica las canciones basándose en una escala móvil de 37 rasgos, relacionados con ciertas características de la melodía. Lo que hizo Floyd fue desarrollar un método que permitía determinar la distancia entre pares de culturas musicales, y comprobó que, efectivamente, existía una correlación significativa entre las distancias musicales y las distancias genéticas. Observó que los pueblos que se agrupaban musicalmente, tendían a compartir marcadores genéticos. El método empleado suscitó alguna reserva, ya que la cuantificación de los rasgos utilizados en la clasificación es subjetiva, y eso limita su aplicabilidad universal. No obstante, sus defensores señalan que los resultados avalan su validez.

Poblaciones indígenas de Taiwán cuyas canciones y genoma mitocondrial se ha estudiado en este trabajo

Poblaciones indígenas de Taiwán cuyas canciones y genoma mitocondrial se ha estudiado en este trabajo

Se acaban de publicar los resultados de una investigación realizada en Taiwán con nueve poblaciones indígenas, cuya genética era conocida, y de la que se contaba con abundantes registros de canciones populares de géneros diversos, principalmente de carácter ritual. Los autores de la investigación han trabajado con una muestra de 220 canciones. Han codificado las canciones combinando Cantométrica (para reflejar estilo vocal, ornamentación y dinámica) al que he aludido antes, y un método desarrollado por ellos mismos, CantoCore (para reflejar ritmo, tono, texto, textura y forma). En total han trabajado con 41 caracteres (15 de Cantométrica y 26 de CantoCore) que han servido para codificar los rasgos de cada canción. Los datos genéticos son de ADN mitocondrial, el que se transmite por vía matrilineal. Y a continuación han calculado la distancia, dos a dos, entre las nueve poblaciones, tanto para los datos genéticos como para los musicales. También han estimado las distancias entre las lenguas, a partir de cognados lexicales del vocabulario básico de las distintas culturas. Dado que el estudio se ha realizado con nueve poblaciones, hay 36 pares, por lo que hay 36 distancias para cada aspecto estudiado (genética, lengua y canciones). El análisis posterior ha sido, en lo esencial, análisis de varianza, para valorar la variabilidad en y entre culturas, y de correlaciones entre las distancias estimadas a partir de cada uno de los tres rasgos, para estimar el grado de correspondencia entre rasgos genético y culturales.

Saisiyat

Saisiyat

La correlación entre distancias musicales y distancias genéticas fue estadísticamente significativa (r = 0,417; p = 0,015), y la correlación se mantuvo significativa (r = 0,385; p = 0,032) incluso después de que se tuviese en cuenta la distancia geográfica entre las poblaciones. También hay correlación significativa entre distancias genéticas y lingüísticas (r = 0,492; p = 0,006), pero en este caso, sin embargo, la significación desapareció (r = 0,321; p = 0,071) al introducir las distancias geográficas en el análisis. Por esa razón, los investigadores sostienen que las distancias entre las canciones están más firmemente relacionadas con las distancias genéticas que éstas con las lingüísticas. Sugieren, por ello, que se ha producido una coevolución de la música y del genoma mitocondrial de los taiwaneses mediante una ramificación a partir de un ancestro común, y que las diferencias, genéticas y musicales no serían un mero resultado de una separación geográfica relativamente reciente de esas poblaciones.

Amis

Amis

En realidad, los valores de correlación obtenidos son muy similares y eso indica, a mi entender, que tanto las distancias lingüísticas como la distancias musicales reflejan, en una medida similar, el grado de diferenciación de los grupos humanos. Es muy interesante, sin embargo, que las distancias musicales y las lingüísticas no estén correlacionadas significativamente (r = 0,411; p = 0,085), lo que indica que la diferenciación de uno y otro elemento cultural no ha seguido el mismo proceso. Así pues, música, por un lado, y lengua, por el otro, retienen aspectos diferentes de la historia de los grupos humanos analizados.
De todos los elementos contemplados en el estudio, el que más me ha llamado la atención es el de la magnitud relativa de las diferencias entre unos elementos y otros. Porque resulta que, utilizando la misma metodología para analizar distancias, las existentes entre las canciones populares y las lenguas son mayores que las distancias genéticas. En todos los casos -lengua, canciones populares y genoma- la variación dentro de cada población es mayor que la variación entre poblaciones, pero en términos relativos, hay más variación entre poblaciones en canciones populares y lengua que en los genoma mitocondriales. Dicho de otra forma: lo grupos humanos se diferencian en mayor medida en los rasgos culturales que en los rasgos genéticos. Y de aquí se extrae una interesante consecuencia: los grupos humanos se constituyen y diferencian unos de otros sobre la base de elementos culturales, no a partir de aislamiento reproductivo. O lo que es lo mismo, a los efectos de la configuración de los pueblos, la cultura es lo que nos hace miembros de uno u otro grupo, no los genes que codifican las proteínas que dan forma y función a nuestro organismo.

Fuente: S Brown S, P E Savage, AM-S Ko, M Stoneking, Y-C Ko, J-H Loo, J A Trejaut (2014): Correlations in the population structure of music, genes and language. Proc. R. Soc. B 281: 20132072.

 

3 pensamientos sobre “Canciones, lenguas y genes: trazando la historia de los grupos humanos

  1. Eduardo

    “En todos los casos -lengua, canciones populares y genoma- la variación dentro de cada población es mayor que la variación entre poblaciones”

    Esto es extraño, aunque me temo de qué “variación” está hablando, Edwards demostró que es posible clasificar a los individuos dentro de una población si se tiene en cuenta la frecuencia de los alelos en distintos loci, no en uno sólo, como presumió Lewontin, por lo que la afirmación de que hay más variedad dentro de grupos que entre grupos en general es una falacia estadística. Ver también Tal (2013). En el sentido de Lewontin también hay más “variación” genética entre los pastores alemanes, que entre los pastores alemanes y los Chihuahua. Por tanto hablar de que las diferncias genéticas entre poblaciones son menores que dentro de una población es una ilusión estadística, repetida porque suena bien. De acuerdo con nuestros parámetros “culturales” la cultura es más importante que la sangre. Yo creo que es una herencia del cristianismo, una secularización de la idea de “gracia”, convertida ahora en cultura,

    Que haya más diferencias culturales que genéticas es algo relativamente trivial, me parece, dado que el ritmo de diferenciación cultural en general es más alto. Es relativamente trivial decir que un afroamericano y un americano anglosajón en los EE.UU se definen como estadounidenses. Ahora bien, la conclusión ideológica que yo extraería de este artículo es muy diferente: lo que muestra al fin y al cabo es que la genética importa mucho más de lo que presumen los modelos basados exclusivamente en el cambio cultural (que son los mayoritarios). Es un trabajo claramente favorable a la tesis de la biodiversidad humana.

    Edwards, A. W. F. (2003). “Human genetic diversity: Lewontin’s fallacy”. BioEssays 25 (8): 798–801. doi:10.1002/bies.10315. PMID 12879450

    Tai, O, (2012). Two complementary perspectives on inter-individual genetic distance. Biosystems. Volume 111, Issue 1, January 2013, Pages 18–36

  2. IMANOL

    El lenguaje esta cambiando continuamente, no solo por razones geográficas, políticas, militares o comerciales, sino por que es algo muy dinámico que evoluciona en paralelo con el pensamiento de cada comunidad. Solo tenemos que echar un poco la vista atrás para observar importantes diferencias en nuestro modo de expresarnos hace 40 o 50 años con el actual; esta diferencia es mayor cuanto más tiempo transcurre. Por otro lado la falta de comunicación, o la escasa comunicación y entre unas comunidades y otras, hizo que aunque tuviesen un mismo origen, sus lenguajes evolucionasen de distinta manera llegando con el tiempo a ser totalmente distintos.

    En cuanto a las canciones, cada comunidad formada a partir de una original se llevó consigo las mismas canciones tradicionales. Una canción siempre se toca del mismo modo y se canta con las mismas palabras a pesar del paso del tiempo. En casi todas las culturas existen canciones de origen desconocido en el tiempo que se siguen tocando y cantando del mismo modo, o a lo sumo con leves diferencias, desde que se tiene conocimiento de ellas. Lo mismo que sucedería con determinadas danzas y leyendas, por lo que es lógico pensar que a través de las canciones tradicionales se puede seguir el rastro de la procedencia de una comunidad, lo mismo que sucedería haciendo seguimiento de sus coincidencias genéticas.

    Por último en cuanto a coincidencias genéticas es claro que entre todos los seres humanos compartimos muchas más similitudes de las que podríamos extraer del folclore o del lenguaje, por lo que podríamos llegar a la conclusión de que la cultura es la que crea mayores diferencias entre unas comunidades y otras que la genética.

    Ahora bien, en los últimos tiempos las nuevas tecnologías están limando las diferencias culturales. La comunicación global esta haciendo que tengamos un mayor conocimiento de otras culturas e incluso que asimilemos partes de ellas; expresiones, danzas, ritmos, leyendas…(Ahora en Euskadi se celebra haloween, trae regalos Papa Noel, y la trikitixa mezcla sus ritmos con los de tribus de todo el mundo, por ejemplo.)

    Esto no ha hecho más que empezar. No es descabellado pensar que con el tiempo nos dirigimos hacia una unificación cultural. En cualquier caso nos encontramos en un punto de inflexión. Lo que las barreras geológicas, políticas y religiosas han hecho a favor de la diferenciación entre comunidades desde los orígenes de la humanidad, está invirtiendo su sentido debido a las comunicaciones globales que tienden a uniformizar la cultura, y también a unos desplazamientos humanos cada vez más rápidos, fáciles y numerosos (no voy ha entrar en los motivos por los que se producen) que fomentan el intercambio cultural entre distintas comunidades y también el mestizaje.

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