Cada vez más carnÃvoros
En el Mundo la gente come cada vez más productos de origen animal (carne, pescado y lácteos) y menos de origen vegetal (plantas, semillas y derivados), aunque como es lógico, no cambia la dieta en la misma dirección en todos los paÃses. El desarrollo económico que se está produciendo en las últimas décadas en China e India, principalmente, viene acompañado por un aumento en el consumo de productos de origen animal. Por el contrario, en algunos paÃses, principalmente nórdicos, se está reduciendo el consumo de esos productos por razones de salud e impulsado por iniciativas gubernamentales.
Como a cualquier otra especie, a la humana también se le puede asignar un nivel trófico. En los estudios de ecologÃa trófica suelen definirse niveles, y a esos niveles se les asignan las diferentes especies, dependiendo de la posición que ocupan en la cadena. AsÃ, a las plantas se les asigna un nivel trófico 1, porque al ser productores primarios, no consumen ningún otro organismo, sino que su producción de energÃa consiste en la transformación de la energÃa solar en biomasa propia. Los animales herbÃvoros, como el ganado vacuno, por ejemplo, ocupan el segundo nivel. A los animales que sólo consumieran carne de vacuno o carne de animales del mismo nivel se les asignarÃa el nivel 3. Por eso, si en una población humana consumen, a partes iguales, carne de vacuno y pan, por ejemplo, a esa población habrÃa que asignarle un nivel trófico 2,5. A los animales que se encuentran en la cúspide de la cadena trófica, como son las orcas o los osos polares, que consumen animales que, a su vez, consumen otros animales carnÃvoros, les corresponde el nivel 5, que es el más alto.
Una investigación reciente ha calculado el valor del nivel trófico humano (NTH) y cómo ha variado desde 1960 hasta 2009 en 176 paÃses (de los 196 que hay) para los que se dispone de información y que agrupan al 98% de la población mundial. Para ello han utilizado los datos acerca del consumo de alimentos en esos paÃses (datos proporcionados por la FAO), asignando los correspondientes niveles tróficos a cada alimento.
La mediana global mundial fue en 2009 de 2,21. Conviene recordar aquà que la mediana es un estadÃstico de posición: deja a la mitad de los valores por encima y a la mitad por debajo. El cálculo de esa mediana está hecho teniendo en cuenta la población de cada paÃs, por lo que en su valor pesan mucho los paÃses más poblados. Los dos valores extremos en 2009 fueron los de Burundi, con 2,04 (97% de la comida de origen vegetal) e Islandia, con 2,57 (50% de la comida de origen animal).
Aunque hay una gran diversidad, los autores de la investigación han conseguido –utilizando métodos estadÃsticos adecuados- agrupar los paÃses en cinco grandes grupos, en virtud de los valores absolutos del NTH asà como de su tendencia de variación durante medio siglo.
En el grupo 1 se encuentran la mayorÃa de los paÃses subsaharianos y del Sudeste asiático; en esos paÃses se mantiene bajo y estable el NTH. Son paÃses en los que la alimentación se basa, mayoritariamente, en productos de origen vegetal. El 2 agrupa a paÃses sudamericanos, africanos y asiáticos, incluyendo China e India. En esos paÃses los valores de NTH son bajos pero creciente. El grupo 3 incluye a paÃses de América Central, Brasil, Chile, algunos africanos, paÃses del Sur de Europa y Japón. En este grupo también crece el nivel trófico, pero el punto de partida era superior al del grupo 2. Tanto en el grupo 2 como en el 3 la tendencia creciente del NTH revela un aumento en la proporción relativa de productos de origen animal en la dieta. Al grupo 4 pertenecen América del Norte, Europa septentrional y oriental, Australia y Nueva Zelanda. En estos paÃses los valores de NTH eran altos y permanecieron estables hasta 1990, y a partir de ahà empezaron a descender, aunque muy levemente. El grupo 5 incluye a los paÃses con los niveles tróficos más altos, pero decrecientes; en él se incluyen Islandia, paÃses escandinavos, Mongolia y Mauritania. En estos paÃses se consume principalmente carne, pescado y productos lácteos, y muy pocos vegetales.
Como cabÃa esperar, el nivel trófico de las poblaciones humanas tiene mucho que ver con las caracterÃsticas socioeconómicas, ambientales, y culturales de los paÃses. En términos generales se observa que el NTH está relacionado de forma positiva con variables tales como esperanza de vida, producto interior bruto, emisiones de CO2 y grado de urbanización. Todos esos indicadores se han elevado a lo largo del último medio siglo, con la excepción de los paÃses del grupo 5, en los que el NTH ha disminuido, aunque los indicadores de desarrollo aumentan.
La elevación registrada en el NTH global es coherente con la transición nutricional que se viene produciendo en el Planeta -y que parece que proseguirá en la próximas décadas- hacia un mayor consumo de productos de origen animal. El fenómeno puede calificarse de convergencia nutricional, ya que cada vez se va pareciendo más la composición de la dieta en los diferente paÃses del Mundo. Y obedece a dos razones. Está, por un lado, el mayor crecimiento económico de los paÃses más poblados y, hasta hace pocos años, más pobres, junto con la preferencia de la gente por productos cárnicos. Y por el otro, están las recomendaciones y otras medidas que se están tomando en los paÃses ricos para limitar, por razones de salud, el consumo de esos alimentos.
Un elemento a considerar a la hora de valorar estas tendencias es el de las implicaciones ecológicas de los patrones de consumo descritos. La producción animal es un proceso de eficiencia energética relativamente baja. Aunque puede variar entre un 3% y un 20% dependiendo de diferentes circunstancias, se suele considerar que, en promedio, esa eficiencia viene a ser de un 10%. Eso quiere decir que solo un 10% de la energÃa consumida se convierte en energÃa propia. Por lo tanto, para producir 1 Kg de C, una especie en el nivel 5 hace uso de 10.000 Kg de C de biomasa vegetal, y una de nivel 3, hace uso de 100 kg de C. La especie humana utiliza, en la actualidad un 25% de la producción primaria del Planeta y es posible que esa utilización esté alcanzando su lÃmite máximo. Por esa razón, es posible que el aumento en la proporción de alimentos de origen animal se acabe encontrando con una limitación derivada de la dificultad o, incluso, imposibilidad de hacer uso de porcentaje creciente de la producción primaria neta de la Tierra. Esa es, no cabe duda, una de las grandes incógnitas de nuestro tiempo.
Información adicional: Quien esté interesado, dispone de información detallada para cada paÃs y más datos aquÃ.
Y en la siguiente figura se ofrece la variación del nivel trófico en España, tomada, precisamente, del documento referenciado:
Fuente: Sylvain Bonhommeau, Laurent Dubroca, Olivier Le Pape, Julien Barde, David M. Kaplan, Emmanuel Chassot y Anne-Elise Nieblas (2013): Eating up the world’s food web and the human trophic level PNAS 110 (51): 20617-20620
- La Naturaleza Humana en 2013
- Alimentación y fecundidad
Mediterranean Diet y NTH. La ecologÃa, como disciplina de la biologÃa, al servicio de la salud pública, por qué no?
Muy interesante conocer el NTH y saber, por paÃses o zonas geográficas el nivel trófico que ocupamos. La Dieta Mediterránea, teóricamente, es uno de los estándares de alimentación que aporta más salud al ser humano. Si relacionamos este hecho con el Ãndice de NTH, podrÃa ser también paradigma de la economÃa ecológica?