Cometas en el cielo

Cuarto y último informe de las inversiones realizadas para ayudar a las personas refugiadas en Grecia

Siguiendo con el ejercicio de trasparencia que inicié con motivo de la recaudación de dinero para ayudar a las personas refugiadas en Grecia, y tras 9 meses sin escribir, quería dejar constancia del uso que le he dado a los últimos euros disponibles.

 

Como comenté en el último post de 19 de febrero, el saldo en la cuenta ascendía en aquella fecha a 337,26 euros. Desde entonces los gastos realizados han sido los siguientes:

 

14 de marzo de 2017, 85,79 euros para la compra de dos maletas a través de Amazon para enviarle a Fatma y Ahmed para que pudieran guardar sus pertenencias ante su inminente salida de Grecia hacia algún destino de Europa que en aquel momento desconocían.

 

17 de abril de 2017, 295,93 euros para Zakia, su marido y sus cuatro hijos. 200 euros en metálico y el resto una compra en Lidl y otra en una carnicería árabe de la Roche-sur-Yon, localidad francesa en la que residen desde el pasado mes de marzo. Inés, Celia y yo aprovechamos nuestras vacaciones de semana santa para hacerles una visita. También pudimos ayudarles para agilizar los trámites burocráticos para que recibieran la ayuda que el Estado francés les proporciona. El proceso fue lento, muy lento. Cuando estuvimos allí, el gobierno francés les concedía un alojamiento, comida básica (cuando estuvimos allí pudimos comprobar cómo los paquetes de arroz contenían gusanos) y 75 euros al mes para los 4. La escolarización de los niños no se producía y vivían en una casa aislada a una hora a pie del centro comercial más cercano. Así estuvieron cuatro meses. Ahora ya disfrutan de una situación más desahogada (600 euros al mes para los cuatro) y los niños están escolarizados.

Con la familia de Zakia en la Roche-sur-Yon

3 de agosto de 2017, 1.000 coronas noruegas para Fatma y Ahmed (unos 100 euros) para completar la ayuda de 5.000 coronas mensuales que reciben del estado Noruego desde su llegada en el mes de junio a Hemsedal. Mi hija Celia y yo tuvimos la ocasión de compartir con ellos unos días del mes de agosto. El próximo 2 de diciembre, regreso a Hemsedal para visitar a Fatma y Ahmed. Como decía en mi anterior post, pensando especialmente en los críos, es importante visitarlos de vez en cuando para no alimentar posibles sensaciones de abandono y desamparo que su experiencia vital les puede estar generando. Ahmed además me ha robado un trozo de corazón por lo que además de confort material, siempre le daré mi afecto y, siempre que pueda, le iré a visitar allí donde se encuentre. Su situación y la de su madre fue uno de los casos médicos que se trasladó a las autoridades españolas para que lo considerasen y los trajesen a España cuando estaban en los campamentos en Grecia. Nunca hubo una respuesta. Ninguno de los 22 más 16 casos documentados por médicos españoles tuvo respuesta y hoy se encuentran en otros países de Europa.

En la foto, Celia y Ahmed jugando en la tirolina

A falta de que la Caja Laboral abone los importes de comisiones y gastos de mantenimiento de la cuenta, el próximo mes de diciembre procederé a cerrarla. Doy por terminada así la explicación del uso realizado del dinero recaudado.

 

A partir de ahora intentaré ayudar a las familias de las que os he hablado en este blog por mi cuenta. Siwar, de la familia Rasho, que ahora se encuentran al sur de Holanda, me dijo hace un par de meses que me quería devolver el dinero que le había prestado en dos ocasiones del dinero recaudado (200 + 250 euros). De momento le dije que hasta que no retomara sus estudios y tuviese una beca no me los devolviera. El hecho de que me lo planteara me reafirma en la convicción de haber estado ayudando a gente maravillosa. Siwar me devolverá ese dinero y con el mismo, entre él y yo lo destinaremos de nuevo a otra familia siria necesitada para que puedan rehacer sus vidas en Europa.

 

No quería cerrar este post sin dejar de daros las gracias a todos los que habéis contribuido generosamente para mejorar un poco la vida de las personas refugiadas que llegaron a Europa en febrero de 2016 y que se encontraron atrapadas en Grecia sin posibilidad de avanzar hacia los países en los que querían rehacer sus vidas, principalmente Alemania y Suecia. Además de las ayudas destinadas a proyectos para la mejora de las condiciones de vida de muchas personas, otras ayudas han ido a las cinco familias con las que mantengo relación y de las que os he ido hablando en este blog. Ponerle cara y ojos a este drama, conocer a familias maravillosas con sus historias, sus ideas, sus sueños, sus diferencias, sus discusiones ha sido una experiencia única y me siento un privilegiado por ello. Seguiré visitándoles y ayudándoles allí donde se encuentren en la medida de mis posibilidades. También espero que puedan venir a verme a Euskadi. Significará que han podido recuperar su libertad de movimientos y que habrán recuperado cierta normalidad y rehecho sus vidas. Solo espero acogerles con la hospitalidad con la que me trataron en Idomeni primero, en los campamentos militares de Grecia después y en las visitas que les voy haciendo por Europa. ¡Quién me iba a decir que acabaría conociendo rincones de Europa por el deseo de reencontrarme con gente de la que los europeos tenemos tanto que aprender! Abrir la mente y el corazón a estas personas ha sido una maravilla, solo puedo animar a la gente a que haga lo mismo. Ha sido y es muy enriquecedor.

Tercer informe de las inversiones realizadas para ayudar a las personas refugiadas en Grecia

Hace ya algo más de dos meses que fui por última vez a Grecia para visitar a las familias sirias que conocí en Idomeni en mayo de 2016. Fue la semana del 4 al 11 de diciembre. Hacía ya mucho frío aunque nada que ver con las gélidas temperaturas que han tenido que soportar durante el mes de enero. Quién no ha visto las imágenes de las tiendas de campaña de Acnur medio enterradas por la nieve. Claro que, muchas de esas tiendas no se ven dado que se encuentran instaladas dentro de pabellones industriales arruinados por la brutal crisis que atraviesa Grecia.

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Así que, con un poco de retraso, realizo a continuación el tercer informe para dar a conocer el uso de las donaciones. Unas donaciones que se han visto incrementadas entre noviembre y diciembre con cuatro nuevos ingresos en la cuenta que suman 500 euros. Muchas gracias de nuevo a quienes habéis contribuido con vuestra generosidad para cubrir algunas necesidades de las familias.

En este viaje se he destinado 387,97 euros distribuidos de la siguiente manera:

  • Familia de Siwar Rasho: 250 euros. En el segundo informe publicado en este mismo blog el pasado 24 de noviembre de 2016 ya anticipé y expliqué este desembolso. Simplemente quería ratificar que así se realizó.
  • Familia de Zakia: 100 euros. La familia de Zakia, marido y cuatro hijos me pidieron dinero para poder hacer compras
  • Adquisición de tres estufas y dos ladrones para poder enchufar las estufas en las tiendas. Las estufas fueron para la familia de Zakia, para Fatma y Ahmed, así como para una familia amiga de Fatma que me pidió que le hiciera ese favor. Total: 37,97 euros.

Con todo, el saldo de la cuenta a día de hoy asciende a 337,26 euros. Por supuesto, mis gastos de viaje, alojamiento y manutención, como en las ocasiones anteriores, han corrido a mi cuenta.

Adicionalmente, entregué en mano a las familias de Shirim, Fatma y Siwar ropa de mi familia para el invierno. 45 kilos de ropa y calzado en perfecto estado que nos hizo mucha ilusión que acabaran en muy buenas manos, especialmente visto el duro invierno que han tenido que soportar.

A parte de la cuestión económica y material, importante como ejercicio de transparencia, quería compartir con vosotros otros aspectos del viaje que ayudan a comprender la situación en la que se encuentran muchas familias atrapadas en Grecia. Son cinco las familias con las que mantengo una relación continua gracias a las redes sociales o whatsapp y a las que visito con la regularidad que mi economía y disponibilidad de días me lo permiten. Considero importante, sobretodo por los críos, acudir de vez en cuando para, de este modo, no alimentar posibles sensaciones de abandono y desamparo que su experiencia vital les puede estar generando.

Son cinco familias adorables, cinco familias maravillosas que he tenido la suerte de conocer y que me han dado verdaderas lecciones de generosidad, resiliencia, humildad, … No hay palabras para describirlo, compartir momentos con cada una de ellas es una experiencia inolvidable, llena de detalles, de momentos divertidos, tristes, muy tristes otros, pero todos entrañables. Y qué voy a decir de la hospitalidad, de las comidas o cenas preparadas con todo lujo de detalles. Comidas que parecen magia, dando color, sabor y calor de hogar a esas tiendas de campaña precarias encerradas en hangares y naves industriales. Es la familia de Fatma, recogido como caso vulnerable documentado por médicos y a la espera de poder recibir la atención que precisa por su bien y el de su hijo.

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Hay algunos recuerdos imborrables en los que se entremezclan alegría por los reencuentros con la tristeza de constatar que tras la última visita, el día a día de estas personas no ha mejorado sino empeorado. Y aun con todo, sobreviven las ganas de vivir, de reir, de buscar motivos para no caer en la desesperanza e incluso reírse de ella. Recuerdo en particular cuando, recién llegado a visitar a Ahmed y Fatma, me sorprendió que ella me invitara a entrar en su tienda ofreciéndome comida de su ración diaria. Nos sentamos y pregunté por las botellas de agua de litro y medio que en packs de seis unidades rodeaban su tienda por fuera y por dentro. Era una muralla para evitar que las ratas entraran en la tienda. Por las noches las podían escuchar pasearse por la nave industrial. El caso es que estábamos comiendo unas manzanas y de repente Ahmed nos muestra alarmado dos manzanas mordisqueadas de forma muy irregular. A la madre se le desencajó la cara y yo la verdad es que no sabía ni dónde ponerme. Hubo ciertamente un momento de pánico hasta que el propio crío empezó a reírse. Fue él quien las había mordisqueado. No paraba de reírse contagiándonos a su madre y a mí las carcajadas. Menudo bicho está hecho Ahmed con sus seis años. Ver que en aquella situación había espacio para las risas y para hacer bromas fue toda una lección.

Como la que me dio también Vector, hermano de Siwar, un adolescente de 17 años muy crítico con la situación que les toca vivir pero a la vez rebosante de vida y consciente de vivir “aquí y ahora†y hacer del campamento de Sinatex donde conviven familias sirias un lugar acogedor dentro de todas las limitaciones que parecen menos cuando ves actitudes como la de este joven que a sus 17 años ha vivido mucho más intensamente que nosotros a su edad. Una familia excepcional la de Siwar. Ojalá puedan recuperar pronto la normalidad

Luego también está el capítulo de los radiadores o de la entrega de las maletas con la ropa. Así como los refugiados pueden salir de los campamentos, no pueden recibir visitas, impidiendo de este modo que ellos no puedan demostrar uno de los rasgos culturales que les caracteriza, su hospitalidad. Así que toca colarse, pasando todo decidido como si uno fuese un refugiado más (ellos detestan que se les llame así por cierto, refugiados) o bien aprovechando los agujeros de la valla en los laterales del campamento para poder colarse e introducir por la noche las maletas o las estufas.

Así que fueron varios viajes los que tuve que hacer para meter las maletas en el campamento. De hecho, en una de las ocasiones, al regresar para el coche que había dejado lejos para que no lo vieran los militares que custodian el campamento, tuve que recorrer 100 metros perseguido por perros abandonados que no paraban de ladrar. Pasé un rato muy desagradable, de hecho, al sentarme en le coche aun notaba cómo me temblaban las piernas. No creo que se me olvide ese episodio.

Luego está el capítulo de las estufas y los ladrones. En el campamento se ven situaciones muy desiguales entre los refugiados. Los hay que tienen medios y contaban en su tienda con estufas, los más privilegiados. En cualquier caso, era imposible que todas las tiendas tuvieran un a estufa porque el campamento no contaba con la potencia eléctrica suficiente como para soportar tanto electrodoméstico, muestra más de la improvisación con la que la UE atiende esta crisis humanitaria. Así que, la mayoría no contaba con radiadores y éstos demás estaban prohibidos. De las cinco familias que visito regularmente, tres contaban con estufas y dos no. Así que se convertía en prioritario la compra de estufas. Tres días antes de llegar había nevado en el campamento de Derveni y por la noches la temperatura bajaba a los dos grados. En enero han llegado a estar en la zona de Tesalónica a 15 bajo cero. Así que, con mi mejor intención, me fui al Leroy Merlin para comprar estufas. Para no llamar la atención, quedé por la noche por el lado roto de la valla (esta vez no dejé el coche lejos) con el marido de Zakia. Le entregué su estufa y la de Fatma. A la mañana siguiente, Zakia estaba triste, se consideraba desafortunada porque su estufa no funcionaba. Había que devolverla e ir a comprar otra. Al ver Fatma que no funcionaba la de Zakia desconfió de la suya y también me pidió que la devolviera. Lo mejor fue que Zakia me pidió si en esta ocasión me podía llevar a hacer la compra a su hijo mayor de 15 años. No había salido del campamento aun y era una buena oportunidad para “ver mundoâ€. Eso fue lo mejor de la compra de las estufas, llevarme a su chaval al centro comercial donde estaba el Leroy Merlin para devolver las estufas y comprar otras. El chaval, tímido y educado disfrutó de la “excursión†y pudimos conversar en inglés buena parte del trayecto una vez vencida su timidez.

A los tres días, un autobús recogía a la familia de Zakia y a otras 10 familias de aquel campamento indecente con destino a un hotel en la montaña en dirección a Albania. Allí aguardan aun a su destino final, pudiera ser que Francia.

También fue una experiencia bonita sacar a Fatma y Ahmed del campamento para pasar un día en un parque infantil en lo alto de una colina donde acostumbraban pasear familias enteras de refugiados que vivían en otro campamento de refugiados cercano al parque. De hecho, conocí ese parque al visitar a la familia de Naskhr. Nada más llegar al parque con Nakrsh y su familia, sabía que era una excursión obligada para Ahmed, que tampoco había salido de Derveni desde que fue trasladado allí en mayo tras el desalojo de Idomeni. Así que allí fuimos al día siguiente. Llevé también a Elissar, que trabaja con voluntarios ayudando en labores de traducción y reparto de comidas, y su hija de dos años Lamar. Fue un día inolvidable para todos y yo me quedé muy sorprendido con Ahmed a quien tengo especial cariño desde que compartí con él el lodazal de Idomeni. El caso es que fue bonito ver cómo Ahmed cuidaba de Lamar a la vez que disfrutaba colgándose y deslizándose por todos los columpios del parque. Pero lo más sorprendente fue cuando hubo que regresar al campamento. Pensé que aquello iba a ser complicado. Sin embargo, me acerqué a él, le expliqué que había que irse y sin rechistar ni una sola vez, me cogió la mano y nos dirigimos al coche. A mí se me hizo un nudo en la garganta que se hizo aun más fuerte cuando en le campamento me volví a despedir de él dado que al día siguiente yo regresaba a Bilbao.

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Aquella noche regresé a ver a la familia de Siwar. Almas, su madre me había preparado una deliciosa cena de despedida. “Buja buja†me repetía (come come en kurdo) una comida siria espectacular con una compañía maravillosa. Ojalá algún día les pueda devolver su hospitalidad.

No creo que vuelva a Derveni en el futuro. Shirim viajó aquella semana que estuve en Grecia a Alemania con sus cuatro hijos. Se iba a reencontrar con su marido. Les acompañé al aeropuerto. Fue sin duda el momento más emotivo de mis viajes a Grecia. Hoy han rehecho su vida en Alemania. Se les ve felices en las fotos que me mandan y que comparten en su Facebook.

Zakia, salió en autobús de Derveni, fue una despedida muy triste porque dejaban a tras a muchas familias que se quedaban allí. No se me olvidará el desgarro de la hija mayor de zakia despidiéndose de las amigas que había hecho en Derveni. Inconsolables todas ellas, ellas desde el asiento del autobús, mirando por la ventana mientras sus amigas se abrazaban. Ojalá algún día se reencuentren y puedan recordar todo esto como una pesadilla que se llegó a su fin.

Fatma y Ahmed han sido los últimos en salir. Ahora están alojados en un hotel de Kilkis a la espera de que algún país de la UE les acoja. Ojalá vinieran a Euskadi. También lo desearía para Nakrsh y su familia, y la familia de Siwar. Pero Siwar sueña ahora con Canadá mientras su familia desea trasladarse a Alemania para reencontrarse con un hijo y hermano cuyas alas están hechas para volar. Ojalá la vida les ofrezca mejores cartas. Con que sean tan solo un poco mejores les irá bien porque la VIDA la llevan ellos consigo.

Segundo informe de las inversiones realizadas para ayudar a las personas refugiadas en Grecia

Siguiendo con el ejercicio de transparencia iniciado con el post del pasado 18 de julio, quería actualizar la información relacionada con las inversiones realizadas para apoyar a las personas refugiadas que malviven en Grecia. Tal y como exponía en aquel post, a fecha de 16 de julio de 2016, se habían ingresado en la cuenta habilitada para el viaje, 5.575 euros mediante un total de 54 donaciones. Y hasta la misma fecha, se había realizado una inversión que ascendía a 3.800 euros y que quedó explicada en dicho post.

Desde entonces, he seguido invirtiendo en varias iniciativas, y viajé a Grecia por segunda vez del 22 al 26 de agosto. Allí pude comprobar la situación de las personas e iniciativas apoyadas así como identificar nuevas actuaciones que he venido apoyando desde entonces. Así, desde el 17 de julio de 2016 hasta el 22 de noviembre de 2016 he invertido un total de 1.442,27 euros de ayuda que ha beneficiado directamente a personas refugiadas con unos costes indirectos de 10,5 euros en concepto de comisiones bancarias (retiradas en efectivo en Grecia y transferencias). Estas han sido las diferentes actuaciones:

1. 28/07. 500 euros para la compra de fruta y verdura destinada inicialmente al campamento de Alexil Derveni pero que al entrar Cáritas a gestionar dicho campo y quedar cubiertas las necesidades, dicha compra se distribuyó al campamento de Petra-Olimpo. Un campamento de yazidíes que en aquellas fechas conmemoraban la matanza de Sinjar del 3 de agosto de 2014 a manos del ISIS.

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2. 23/08. 300 euros para la familia de Nakrsh Mohammad. Nakrsh, como comenté en el primer informe recibió un préstamo de 200 euros en mayo. La situación familiar en Grecia se ha deteriorado por problemas de salud graves de su padre que le van a obligar a pasar por el quirófano por problemas en el corazón. El dinero en esta ocasión es para enviarlo a Alepo donde tíos y primos de Nakrsh sufren los frecuentes bombardeos a los que es sometida la ciudad. Este verano han perdido la vida dos primos suyos de muy corta edad. Os ahorraré las fotos que me pasó Nakrsh de sus familiares y que fueron tomadas incluso antes de que llegaran las ambulancias. Espeluznante, nunca he visto algo igual. El dinero ya ha llegado a través de un amigo libanés de la familia que viajó en septiembre a Alepo. Si la situación de los refugiados en Grecia es vergonzosa, la situación que vive la población civil en Alepo es terrible. Las fotos que le llegan a Nakrsh a su móvil y que luego me reenvía son imborrables de la mente.

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3. 25/08. 42,27 euros de compra de comida y productos de higiene en el Lidl de Katerini para tres familias sirias del campamento de Alexil Derveni.

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4. 05/09. 300 euros para desarrollar un servicio de lavandería en el campamento de Petra Olimpo que la ONG GBGE ha impulsado para generar una actividad supervisada por dicha ONG pero autogestionada por los refugiados. El dinero sirvió para contratar los servicios de un electricista para realizar la instalación eléctrica necesaria en el emplazamiento escogido dentro del campamento de refugiados.

lavadoras

5. 05/09. 100 euros para el traslado e instalación de dos hospitales de campaña en el campamento de Alexil Derveni a cargo de la ONG GBGE para que los dentistas de la ONG Acción Planetaria pudieran realizar su trabajo y atender a la población de dicho campamento (800 refugiados). Con ese dinero se pagó el gasóleo para el camión así como para alimentar los generadores necesarios para instalar los hospitales de campaña.

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6. 05/10. 200 euros para la ONG Zaporeak por la labor que están haciendo en la isla de Chios atendiendo cada día a más de 1.000 refugiados.

Con todo ello, el saldo en la cuenta a 22 de noviembre de 2016 asciende a 234,23 euros.

Los cinco días pasados en Grecia en agosto fueron muy intensos. Tuve ocasión de visitar tres campamentos de refugiados (Petra, Sinatex y Alexil Derveni), visitar pisos donde residen refugiados, edificios alquilados y reformados para acoger a familias afganas, nuevos proyectos pensados para que sean sostenibles y autogestionados por refugiados (lavandería, almacén,…), parques de Tesalónica donde malviven refugiados, donde las mafias captan a sus clientes para llegar a Alemania (1.800 euros en el mejor de los casos, con recargos de última hora de 200 euros) o quedan con ellos para emprender el viaje o abortarlo en último momento, haciendo más angustiosa y desesperante la espera, recién nacidos cuyas cunas están improvisadas con cajas de cartón recogidas del supermercado de enfrente… todo esto en territorio de la UE. Todo el sufrimiento que acumulan y que no hace sino acrecentarse en suelo europeo…

El próximo 4 de diciembre regreso a Grecia donde permaneceré hasta el día 11 de diciembre. La idea es la misma, visitar a las familias sirias de los campamentos de Sinatex y Alexil Derveni, hacer gestiones ante el ministerio de inmigración en Tesalónica y ayudar a Vicente, un corazón con piernas cuya generosidad es una lección de vida y que junto con otros voluntarios, está realizando una labor encomiable

En cuanto al saldo de la cuenta, éste irá destinado a la familia de Siwar Rasho. Mi querido Siwar, que la semana pasada me llamó desde Alemania para decirme que me devolvía el crédito de 200 euros que le concedí en mayo y que le iba a devolver a su padre los 250 euros que éste le dejó para llegar al Reino Unido. Ahora es su familia (padre, madre y tres hermanos), que permanece en Grecia, la que necesita ese dinero. Por este motivo, he acordado con Siwar que seré yo quien le devuelva a su padre los 250 euros de su parte y que él me los devolverá cuando culmine su sueño: alcanzar Canadá para estudiar allí informática. Sé que lo logrará por la fuerza y las ganas de comerse el mundo que tiene. Personalmente, me hubiese encantado que viniese a Euskadi, al fin y al cabo, los vascos fuimos los primeros en industrializar Canadá 😉

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Bromas aparte, os pido que no nos olvidemos de las personas refugiadas y de la situación tan precaria en la que viven en suelo europeo. Como ciudadanos europeos exijamos desde nuestras posibilidades que la UE respete los derechos humanos y el derecho de asilo de quienes huyen de crueles guerras y del terrorismo del ISIS. Darles la espalda como lo estamos haciendo es lo menos edificante que he vivido.

Open mind, open heart, open will and open the borders.

“Quiero perseguir mis sueños”

“Quiero perseguir mis sueñosâ€. Así de decidido se mostraba Siwar en la entrevista que le hacía Javier Sobremazas en Idomeni el pasado mes de mayo y que se puede ver en este video.

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Captura del video de Javier Sobremazas

Como indicaba en el post (informe) anterior, Siwar fue una de las personas a las que concedí un crédito de 200 euros para ayudarle en su viaje hasta Inglaterra, su destino elegido para iniciar su carrera universitaria de informática. Este viernes 22 de julio iba a asistir en Rennes al tercer juicio al que se enfrentaba Siwar desde que lo detuvieron en el puerto de Ouistreham (Normandía) el pasado 29 de junio, cuando intentaba introducirse en un ferry aprovechando los bajos de uno de los camiones que iba a embarcar. Existía la posibilidad de que fuese liberado en ese juicio con la obligación de abandonar el territorio francés en el plazo de 7 días. Esta posibilidad sólo cabría si Grecia no respondía afirmativamente a la petición de expulsión a ese país, realizada por la Prefectura del Departamento de Calvados (Normandía).

Atrás quedaba la orden de expulsión de dicha Prefectura en la que se argumentaba la posibilidad de Turquía como destino. Me llama la atención el esfuerzo que se realiza en dicha orden para explicar que Turquía era una opción de expulsión. Es el “considerando†más extenso de la orden y reza lo siguiente: “Considérant que même si Monsieur RASHO Siwar n’allègue pas être menacé mais “être confronté à un problème, car il n’a pas de famille en Turquie et que les kurdes ne sont pas les bienvenus en Turquieâ€, il n’en demeure pas moins qu’il n’indique autrement en quoi sa vie serait en danger et qu’il n’apporte aucun élément permettant de le prouver; qu’ainsi il ne peut pas être considéré comme un individu présentant des risques d’exposition à des peines ou traitements contraires à la convention européenne des droits de l’homme en cas de retour en Turquie ou dans un autre pays où il est effectivement réadmissibleâ€. En el considerando anterior, la Prefectura, quizás influenciada por alguna experiencia turística del firmante de la orden en el país otomano, se anima incluso a afirmar: “Considérant que Monsieur RASHO Siwar a séjourné en Turquie depuis environ 2 ans où il était employé dans un magasin de téléphonie, ce qui demontre bien le fait que l’intéressé était inséré dans la société et qu’il n’est plus susceptible d’y avoir une quelconque menaceâ€. Una prueba rotunda de lo placentera que puede resultar la vida de un kurdo en Turquía. Cuando la realidad puede ser muy distinta y otra hipótesis más plausible pudiera ser que ese es el tiempo que necesitó Siwar y su familia para ganar el dinero suficiente para pagar a las mafias que les trasladarían posteriormente de Turquía a Grecia en una zodiac. También hay que reconocerlo, la orden se esfuerza en señalar que la familia más cercana de Siwar se encuentra en Grecia. Una mención que no llega ni a ocupar dos líneas de la orden, frente a las seis líneas del primer considerando mencionado.

El caso es que la orden de la Prefectura provocó incluso que la Cimade, ONG que asiste a los “sin papeles†en los centros de retención administrativos (CRA), emitiera un comunicado de prensa el pasado 7 de julio denunciando el celo de la Prefectura de Calvados y exigiendo la puesta en libertad de Siwar. De hecho, en la orden figura la fecha de entrada de Siwar en la UE, 26 de febrero de 2016, fecha anterior al acuerdo UE-Turquía por el cuál, la UE subcontrata a Turquía su responsabilidad para con los refugiados. La cuestión de los refugiados no es “core business†de la UE por lo que el “outsourcing†permitirá que ésta siga ensimismada con su euro y su sistema financiero, su auténtico y genuino leitmotiv.

Pero todo esto ya es pasado. El lunes 18 de julio, sin disponer de momento de ninguna explicación ni documento oficial, Siwar fue trasladado a primera hora de la mañana del centro de retención administrativo de Rennes al aeropuerto de Roissy Charles De Gaulle para coger el vuelo regular de Air France de las 12:25 con destino a Atenas. Culminaba así un primer intento fallido para cumplir sus sueños, rodeado probablemente de turistas que emprendían sus vacaciones en Grecia. Así que, mientras yo llamaba a la cabina del pasillo donde estaba la habitación de Siwar, él viajaba en coche escoltado por la policía con destino el aeropuerto. Fue otro “sin papeles†quien me cogió en esta ocasión el teléfono y así supe que Siwar ya no estaba allí. A partir de ahí empezó un día de llamadas. Si con Siwar jugaban al juego de la Oca y le devolvían a la casilla de salida, conmigo jugaban al “flipper†mandándome de un número de teléfono a otro, de una sigla a otra, con gente más o menos empeñada a hacerme pasar una gincana interminable. Las noticias eran confusas y las dudas crecían a medida que avanzaba el día sobre la posibilidad de que, finalmente, Siwar hubiese cogido ese avión o no. Y es que, según me informaban, Siwar podía negarse a subir a bordo y en tal caso sería enviado al Centro de retención administrativa de Mesnil Amelot. Se abría así una nueva pista y un poco de esperanza. De hecho, a la policía del aeropuerto no le constaba que Siwar hubiese cogido ese vuelo lo que alimentaba esa esperanza de que siguiera en territorio francés. Así que las llamadas continuaron, en esta ocasión a los centros de retención o salas de espera del aeropuerto donde aguardara su realojamiento. Nada, todos los intentos fallidos. A las 21:00 acepté que ese día no daría con él.

Al día siguiente, tras una llamada a la Cimade que operaba en el CRA de Rennes en la que manifesté mi enfado por la situación de desinformación sobre el paradero de Siwar, conseguí su ayuda para localizarlo. Fueron ellos los que finalmente me llamaron para notificarme que la Prefectura de Calvados les había confirmado que Siwar cogió aquel vuelo. Nadie notificó a Siwar su derecho a negarse a subir en ese vuelo.

Así que una vez comprobado que Siwar ya no estaba en Francia, había que empezar a indagar qué iba ser de él en Grecia. Gracias de nuevo a Vicente, di con una abogado griega que me explicó el protocolo griego para estas situaciones. Siwar estaría en dependencias policiales y posteriormente enviado a un centro de detención, abriéndose de nuevo la posibilidad de ser deportado a Turquía. Jugar al juego de la oca con el futuro de las personas está mal, pero ya no hay calificativo para cuando se contempla que regrese a una casilla inicial que ni siquiera se encuentra en el tablero de juego (dado que entró en la UE antes del mencionado acuerdo con Turquía). Así que con la ayuda de la abogado griega, empezaba la labor de localizar a Siwar en Grecia.

Afortunadamente, los protocolos no siempre se cumplen y en esta ocasión, por suerte para Siwar, la policía griega le envió al campamento militar de Sinatex, cerca de Tesalónica, donde se encuentran sus padres y sus hermanos. Lo supe por el propio Siwar, que me escribió al Messenger del Facebook para dar señales de vida. Sentí que estaba bien, feliz de reencontrarse con los suyos y con fuerzas para intentarlo una vez más. Fue cuando le pregunté por qué había cogido el avión cuando pude comprobar que nadie le había explicado que podía negarse a volar. De haberlo sabido, probablemente aun estaría en Francia. Aunque ahora lo mejor es que Siwar está con sus padres y hermanos, recibiendo su cariño y cogiendo fuerzas para seguir persiguiendo sus sueños.

Por mi parte, tras el desasosiego que me acompañaba desde el lunes, llegó la calma y la paz de saber que Siwar estaba en las mejores manos posibles. Como padre que soy, eran muchas las veces que pensaba en los suyos, especialmente en su madre, que tuve la suerte de conocer en Idomeni. Pero tampoco pude evitar una sonrisa (creo que fue carcajada) cuando le leí a Siwar que lo volvería a intentar en breve. Sólo le pude responder que extrajera conclusiones del primer intento y que contara con mi apoyo para volver a la carga. Las cometas están hechas para volar.

Ahora toca retomar el teléfono para aclarar lo ocurrido en Francia, una expulsión que puede haber sido irregular. Y no lo quiero dejar ahí. De hecho no lo voy a dejar ahí. Así que, tras contactar con la abogado con la que había acordado la defensa de Siwar en el juicio del 22 de julio para informarle de que no había juicio dadas las nuevas circunstancias, hemos reenfocado su trabajo para conocer los detalles de la expulsión. En el caso de que encontremos indicios de delito, valoraremos la posibilidad de presentar las denuncias pertinentes para, llegado el caso, resarcir a Siwar, o al menos, para que la próxima vez, quienes hubieran prevaricado se lo piensen dos veces antes de incurrir de nuevo en el mismo delito.

La mediocridad de un burócrata no puede acabar con los sueños, el talento y la energía de un valiente.

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Fotos de Siwar en Idomeni realizadas por Mireia Puntí

Nota: Quiero agradecer aquí a las personas con las que he estado en contacto en Francia a lo largo de estas semanas con el propósito de ayudar a Siwar. Son Aliya, Lyse y Adrien de la Cimade en Rennes así como las abogados Me Baudet y Me Niguès, también de la misma ciudad. Su ayuda ha sido, y espero que siga siendo, muy valiosa.

Informe provisional de las inversiones realizadas para ayudar a las personas refugiadas en Grecia

Aviso a navegantes, esto más que un post es un informe 🙂

El caso es que, con algo de retraso inicio el Blog “Cometas en el cieloâ€. Un nombre inspirado por los cometas que sobrevolaban el Campamento de Idomeni, tantas veces azotado por un viento endiablado y aliado de Macedonia, que parecía querer empujar a las personas refugiadas lejos de la frontera. Algo que terminó ocurriendo con el desalojo impuesto por la policía griega el 24 de mayo de 2016, en el ecuador de mi estancia en Grecia.

Cometas en el cielo es también el título de una fabulosa novela escrita por Khaled Hosseini. Novela que he leído a mi regreso de los campos de refugiados y que me ha trasladado una y otra vez a esa realidad que he conocido y de la que no me puedo ni quiero desprender. Las relaciones entabladas con personas refugiadas, voluntarios o policías son los hilos de la cometa que me conectan con ellos.

Por este motivo, este blog no llega tarde. Y es que si bien es cierto que hace un mes y medio que regresé de allí, el viaje a la realidad de las personas refugiadas continúa de una forma u otra. Incluso cuento con regresar en algún momento del mes de agosto y reencontrarme con muchas de esas personas.

Como primer post, creo necesario un ejercicio de transparencia para dar a conocer el destino de las donaciones recibidas durante estos meses. Un ejercicio que no sirve para reflejar y resumir lo que han sido las dos semanas en Grecia. Por eso mismo, a este post le seguirán otros en los que poder transmitir, sensaciones, experiencias, aprendizajes, frustraciones, … De hecho, este blog lo entiendo como un ejercicio para recoger mis “memorias†de esta experiencia y para extraer lecciones que sirvan tanto para futuras experiencias de voluntariado como para la vida en general. Y es que, si yo he contribuido en algo a mejorar la vida de las personas voluntarias, la experiencia como tal me ha dado infinitamente más de lo que yo haya podido dar. Un balance más que positivo que las cuestiones meramente monetarias no permitirán vislumbrar. Pero, insisto, dejaré para futuros posts los aspectos más personales y me centraré ahora en resaltar el empleo del dinero recibido hasta la fecha.

Cuando mi compañera de trabajo y amiga Susana Sánchez Gil y yo decidimos viajar a Idomeni para aportar nuestro granito de arena en mejorar las condiciones de vida de las personas refugiadas, decidimos abrir una cuenta bancaria con la que recaudar dinero para destinarlo con este fin. Tal y como lo anunciamos en el blog que abrimos inicialmente, el dinero recaudado serviría para realizar in situ y de forma discrecional las compras de materiales y bienes de primera necesidad que consideráramos necesarias para las personas refugiadas. El dinero recaudado no serviría en ningún caso para nuestros gastos personales de viaje, alojamiento y manutención que asumíamos nosotros mismos. Finalmente, Susana no pudo venir a Grecia pero el proyecto siguió adelante.

A fecha de 16 de julio de 2016, se ha ingresado en la cuenta habilitada para el viaje 5.575 euros mediante 54 donaciones. Y hasta la misma fecha, se ha realizado una inversión que asciende a 3.800 euros y que ha ocasionado gastos de transferencias que ascienden a 39 euros. El saldo de la cuenta queda así en la fecha indicada en 1.736 euros.

Las modalidades de inversión han sido 5:

  • Crédito. El crédito ha sido empleado para ayudar a personas refugiadas jóvenes para arrancar sus proyectos vitales y retomar aquellos sueños truncados por la guerra y el terrorismo en sus países de origen. Proyectos relacionados con seguir con sus estudios o buscar sus primeras experiencias profesionales. Su valor va más allá de la ayuda específica a los beneficiarios del crédito. Se trataba de conceder créditos iniciales modestos, complementarios a recursos propios que no estimularan la contratación de mafias que les ayudaran a escapar de Grecia. Créditos de 200 euros con un interés del 10%, es decir, 20 euros, con el compromiso moral de ser devuelto en el caso de que tuvieran éxito en su proyecto personal. Una devolución sin fecha de vencimiento. Una devolución que implicaba mi compromiso de reinvertir íntegramente, tanto capital como interés, en otra persona refugiada. Con este enfoque, se perseguía empoderar a aquellas personas refugiadas que lograran sus objetivos para que se implicaran directamente en la ayuda a otros refugiados, generando así círculos virtuosos que retroalimentaran la ayuda a las personas refugiadas. Los créditos concedidos se han materializado con la entrega del dinero y la firma del correspondiente contrato especificando en tres cláusulas los compromisos de cada parte, dejando claro que el compromiso del receptor era un compromiso moral sujeto siempre en cualquier caso al éxito del objetivo que perseguía. Esta concesión inicial se podía ver complementada en el futuro si hubiese necesidades de financiación adicionales que reforzaran las garantías de éxito del proyecto financiado. Bajo esta modalidad se han invertido 400 euros concediendo dos créditos:

 

  • Siwar Rasho. Lo conocí a través de Javier Sobremazas, autor de varios vídeos sobre Idomeni por encargo de la Asociación de Voluntarios de Galdakao GBGE. Este video recoge la entrevista que le hizo Javier. A Siwar le concedí un crédito de 200 euros para salir de Idomeni y alcanzar el Reino Unido para empezar a estudiar Informática en la Universidad. Siwar. Tras atravesar Italia y Francia, fue detenido por la policía gala cuando intentaba tomar un barco para llegar al Reino Unido. Hoy se encuentra en el Centro de Retención de Rennes, en Bretaña a donde fue trasladado desde Normandía. Tras dos juicios, en la actualidad, y tras descartar el segundo juez la posibilidad de que fuese expulsado a Turquía tal y como proponía el primer juez , se encuentra a la espera de que el Gobierno griego acepte su acogida (de acuerdo con el convenio de Dublín). Si el Gobierno griego no responde en un plazo “razonableâ€, la Prefectura deberá dejar en libertad a Siwar con la obligación de que abandone el país en un plazo de 7-9 días. El próximo 22 de julio, Siwar se enfrenta a un tercer juicio en el que el juez ordenará su expulsión a Grecia si este país contesta afirmativamente a la Prefectura, su permanencia otros 20 días en el Centro de retención o su puesta en libertad. El 21 de julio viajaré a Rennes para asistir al juicio tras contactar previamente con su abogado de oficio (especializado en derecho administrativo) y contratar si fuese preciso un abogado especializado en derechos humanos. Su familia, que se encuentra en el campamento de Sinatex, sigue con preocupación su situación.

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Fotos: Siwar firmando la concesión del crédito y Siwar con sus padres y hermano pequeño.

  • Mohammad Nakrsh. Lo conocí la noche que acompañé a Maica Torres a distribuir comida para bebés una noche. La noche era un buen momento para evitar precisamente las aglomeraciones y los tumultos. La gente descansaba ya en sus tiendas y los niños dormían. La discreción era necesaria para hacer bien el trabajo. Hicimos dos salidas con bolsas cargadas de comida para bebés de 4 meses, seis meses y 12 meses. En la primera salida nos acercamos a la antigua estación de trenes donde acampaban familias sirias de origen kurdo. De hecho, era la misma zona en la que vivía Siwar con sus padres y sus dos hermanos. Fue en la segunda salida, en la zona de las vías del tren cubiertas de tiendas de campaña donde conocimos a Nakrsh. Como acostumbraba a hacer Maica, nos apoyamos en alguna persona de la zona donde queríamos distribuir para que esa persona nos ayudara a identificar las familias que tuvieran bebés. Nakrsh, ingeniero aeronáutico con su flamante carrera recién acabada, se desvivió por encontrar las familias aun no siendo la suya una beneficiaria de la comida que llevábamos. Allí anduvimos con él sorteando las vías, los cambios de aguja, entrando en algunos vagones que servían de casa, tiendas de campaña, etc. No descansamos hasta entregar la última ración de comida que llevábamos en las bolsas. Tuvo tiempo para presentarnos a su familia y charlar un rato con ellos. Recuerdo a su padre, sus ojos, como los de muchos refugiados, transmitían bondad, paz y dignidad. Al día siguiente fui a buscar a Nakrsh, charlé con él, tenía ilusión por regularizar su situación y trabajar. Quería trabajar en Airbus. Me ofrecí a ayudarle y quedamos para el día siguiente. Sin embargo, el día siguiente se produjo el desalojo y no pudimos vernos. Dos días más tarde conseguí dar con él a través de su móvil y cerramos el acuerdo, 200 euros en las mismas condiciones que a Siwar. Hoy siguen en el campamento de Oraiokastro a donde fue trasladado y su situación personal se ha deteriorado mucho. Su padre está ingresado tras sufrir un ataque al corazón. Su madre está en el hospital con él mientras Nakrsh se ocupa de sus hermanos. Mientras, las noticias que le llegan de su ciudad, Alepo, no son mejores. Su tío y un primo suyo acaban de fallecer en uno de los bombardeos que sigue sufriendo la ciudad cotidianamente.

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Foto: Nakrsh (en el medio) tras firmar el crédito

  • Donación. Cuando el beneficiario de ayuda era una persona con una situación humanitaria de extrema vulnerabilidad, se ha optado por realizar donaciones de dinero sin compromiso alguno por parte del receptor de la donación por devolver ese dinero. Se ha actuado más por caridad.
    • Natasha. Mujer transexual paquistaní. La conocí en el campamento de Idomeni. Recuerdo el cariño con el que Gema Carrasco trataba este caso. De hecho, las podéis ver a ella y a Natasha en el mismo video en el que aparece Siwar. Su caso de extrema vulnerabilidad ha sido uno de los 22 casos trasladados al Ministerio de Asuntos Exteriores por la plataforma HELPESHELP para solicitar su traslado a España. Pero al drama de Natasha se ha sumado ahora las dificultades que hemos conocido que atraviesa su madre que hipotecó la casa para poder sacar a su hija de Paquistán. Una deuda de 2.000 euros le puede dejar a ella y su familia (que desconocía esta operación para salvar a Natasha) sin hogar. Aquí tenéis la web que hemos utilizado para hacer una donación de 500 euros por si alguno se anima a hacer una aportación adicional.
  • Remuneración. Cuando la persona refugiada ha realizado un trabajo que ha supuesto un valor excepcional para el desempeño de la labor de las ONG sobre el terreno. Una labor que realizaban de forma altruista, por querer ayudar a otras personas refugiadas. Un caso paradigmático es el de las personas que han realizado labores de interpretación o traducción con los equipo médicos que atendían a las refugiados en Idomeni. Una labor muy reconocida y apreciada que a mi modo de ver merecía una retribución económica.
    • Nushin Hussein. Ingeniero petrolífero de profesión, realizó labores de traductor e intérprete para ayudar a los equipos de médicos y enfermeros que trabajan en el hospital de campaña de Bomberos en acción. Su labor era fundamental para atender a las familias que se acercaban para ser atendidos. Lo hacía de forma altruista sin pedir nada a cambio. Siento pena por no haber disfrutado más tiempo de su compañía porque es una persona excepcional. Era tal su paz interior que te contagiaba con poco que estuvieras a su lado. Era capaz de transmitir esa paz aun sufriendo una situación personal desgarradora. Su hermano pequeño, de 20 años, y del que se hizo cargo desde que era un niño tras el fallecimiento de su padre, estaba en Alemania sólo e ingresado en le hospital con un cáncer. El resto de la familia se encontraba en Idomeni. Esta situación familiar agudizaba la ansiedad por alcanzar Alemania y estaban dispuestos a todo para ello. Finalmente están todos en Alemania junto con el hermano pequeño. Sonia Simon, los visitó recientemente y pudo comprobar la situación delicada en la que se encuentra el hermano pequeño de Nushin. Los 400 euros que le dimos por su trabajo como traductor (nunca los pidió, se los dimos nosotros como reconocimiento a la gran labor que hizo) habrán sido nuestro granito de arena para un reagrupamiento familiar que ojalá dé energías al hermano pequeño para seguir luchando por su vida.
  • Apadrinamiento. Esta modalidad se ha empleado en el caso de familias vulnerables, mujeres con hijos a su cargo y cuyos maridos han fallecido en la guerra o se encuentran refugiados en otros países. Mujeres con dificultades para atender a sus hijos por diversos motivos.
    • Fatma Seedo (45 años) y su hijo Ahmed (6 años). Apadrinamiento de 100 euros al mes (hasta la fecha 300 euros destinados). Un caso que también se ha documentado y entregado a HELPESHELP para solicitar su traslado a España por la vulnerabilidad de esta familia. Una vulnerabilidad confirmada y certificada por los médicos que la han visitado a petición propia y de Vicente Carro, conocedor también de la situación de esta familia. Este apadrinamiento seguirá para garantizar la escolarización de Ahmed y su manutención con posterioridad a su paso por los campamentos de Grecia.
    • Shirim y sus cuatro hijos (Melinda, Stephanie, Omar y Chimen). Esta mujer se encuentra sola con sus cuatro hijos en el campamento de Alexil Derveni (el mismo en el que viven Fatma y Ahmed). Su marido se encuentra en un campo de refugiados en Austria. Hasta la fecha, han recibido 200 euros. No está prevista más ayuda económica aunque seguiré de cerca su evolución por si fuese preciso intervenir de nuevo.

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Foto: Shirim, Melinda, Stephanie, Omar y Chimen en su tienda de campaña en Idomeni (No hay foto de Fatma con Ahmed por respeto a su voluntad de no aparecer en fotos).

  • Subvención. A diferencia de las modalidades anteriores, cuya característica común era que el dinero era destinado directamente para una persona refugiada, la modalidad de subvención se destinaba a una ONG que tuviera un proyecto concreto que beneficiaria directamente a las personas refugiadas. La creación de un colegio, un centro cultural, un hospital de campaña, etc. Un destino finalista y una subvención concedida con su contrato correspondiente y que compromete a la ONG a la ejecución de la iniciativa por la que recibe el dinero y que tiene la obligación de documentar y justificar. Esta modalidad cobró especial importancia tras el desalojo de Idomeni y la necesidad de mejorar las condiciones de vida de las personas refugiadas en los campamentos militares donde los servicios de apoyo a las personas refugiadas eran limitados o inexistentes.
    • El desalojo de Idomeni y el posterior traslado de las personas refugiadas a campamentos custodiados por militares griegos me obligó a replantear las modalidades de intervención. El trato personal que permitía el campamento de Idomeni con las personas refugiadas ya no era posible. De hecho, se hacía muy difícil entrar en los campamentos militares sin un permiso, lo que dificultaba mucho la relación directa con los refugiados. Además, se daba la circunstancia de que, con los campamentos recién creados, las ONG no operaban en ellos. Tan sólo dos campamentos contaban con la presencia de ONG. Uno era el campamento de Petra Olimpo, a las faldas del monte Olimpo. Un campamento en el que casi exclusivamente viven refugiados yazidíes procedentes de Irak. La ONG CYCI (Christian Yazidies Children of Iraq) está presente allí. El segundo campamento era el de Oraiokastro, a las afueras de Tesalónica en el que trabaja la ONG Team Humanity liderada por Salam Aldeen, que había trabajado previamente en Lesbos y en Idomeni. Las urgencias de este campamento eran notorias. Tuve ocasión de visitar el campamento con Salam y conocer su proyecto para montar un colegio y una zona de juego para que los niños contaran con un espacio de juego reservado para ellos y poder sacarles así del entorno habitual en el que se encontraban y en el que convivían con demasiada frecuencia con tensión, crispación y en ocasiones hasta violencia. Esta iniciativa ha contado con una subvención de 2.000 euros concedida previa firma de un contrato de ejecución con un plazo seis meses. Tras mes y medio, el proyecto avanza con lentitud. Se han adquirido 2 toboganes (uno grande y otro pequeño) 3 columpios y un kiosko por valor de 1.000 euros. De momento no se han podido instalar porque el responsable militar no ha dado su autorización. Esta iniciativa está encontrando más escollos de los esperados por lo que mi contacto con Salam es casi diario en estos momentos con el propósito de resolverlos y garantizar el cumplimiento del contrato.

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Foto: Salam Aldeen tras firmar la concesión de la subvención para el colegio y el recreo para los niños en Oraiokastro.

Esto es lo que ha dado hasta la fecha el relato más económico y contractual de mi experiencia como voluntario en Grecia. Con el ánimo de ofrecer transparencia absoluta, seguiré informando de estas cuestiones hasta invertir la totalidad de las donaciones realizadas. Y en la medida de nuestras posibilidades, seguiremos dando nuestro apoyo y cariño a estas personas refugiadas que es lo menos que podemos hacer. Así que este próximo jueves, rumbo a Rennes para dar un abrazo a Siwar y acompañarle en el juicio. Me tocará hacer un poco de “padre†y sugerirle otros destinos alternativos a Reino Unido en el caso de que le den la libertad. Si pudiera me llevaba al flamante Ministro de asuntos exteriores Boris Johnson para convencerle 😉

Y por supuesto, no quiero terminar este “post” sin antes daros las gracias a los 54 donantes en el nombre de Susana y en el mío por la confianza que habéis depositado en nosotros.Queda aun trabajo por hacer así que seguiremos aportando nuestro granito de arena para mejorar las condiciones de vida de las personas refugiadas. Como he dicho antes, Susana no pudo venir finalmente pero ella e Igor Campillo me dieron un apoyo permanente desde Euskadi para hacer mejor este trabajo y aportar una visión externa siempre sensata que las urgencias y el caos en el terreno a veces te impedían mantener.

También quiero aprovechar la ocasión para dar las gracias a los voluntarios con los que más cerca e intensamente he trabajado. Personas todas ellas con un gran corazón y con las que he aprendido mucho, con las que he reído, discutido, llorado… Eskerrik asko Vicente, Ãlvaro, Gema, Sonia, Maica, Pablo, María, Raquel y Patri. Ojalá algún día pudiéramos reencontrarnos y celebrar el regreso a sus hogares o las nuevas vidas de nuestros queridos “refus”.

 

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