En la senda de los perdedores

La Editorial La Cúpula, ha reeditado una de las grandes obras de Jason Lutes, “Juegos de manos”, que en realidad es su primera novela gráfica y una buena manera de acercarnos a la obra de este gran creador. Es una encrucijada, un cruce de caminos que no llevan a ninguna parte y que un momento se juntas para no llegar tampo demasiado lejos. Ernie Weiss es un ilusionista agobiado por la pérdida de un ser querido, en este caso su hermano. También Esther, su ex novia, anda sumida en un vacío existencial causado por una doble pérdida. Al Flosso es un mago jubilado que pierde la memoria a pasos agigantados. A Claire y a su padre, Nathan Lender, un timador venido a menos y filósofo callejero, las cosas tampoco les van precisamente bien. Lutes nos presenta a este repóker de fracasados cuyas vidas deambulan sin rumbo y se entrecruzan en su peor momento.

Son magos, ilusionistas, que afrontan la realidad de vivir en un mundo que, como dice uno de los protagonistas “ya no es un mundo de magos, a no ser que seas David Coperfiel y sepas hacer desaparecer la Torre Eiffel”. Esta definición es, a mi me lo parece, una buena metáfora de la vida real, que últimamente parece estar hecha sólo para los grandes triunfadores, para los capaces de conseguir los grandes retos, dejando a un lado a los que no consiguen superar todas las metas y triunfar en todo lo que se proponen. Como he dicho, “Juegos de manos” gira en torno a la magia y el ilusionismo pero, curiosamente, está cargada de realismo. Es también puro realismo y quizás en esa manera de conjugar magia y realidad, radica la grandeza de esta novela gráfica.

Son gente sin futuro, sin porvenir, gente que lo ha perdido todo y a la que ya no le queda nada más que sus juegos de manos. Es gente atormentada con su pasado, con corazones destrozados, que no ha sabido sobreponerse a su desgracia y que a duras penas puede vivir con ese dolor encima. Como ejemplo, tenemos un mago melancólico atormentado por la muerte de su hermano, un escapista al que le falló su último gran truco aunque existe la duda de si realmente fue un accidente o un suicido camuflado como tal, para no cuasar daño en su seres cercanos, y es que, como dijo Mankel en “La quinta mujer”, “… todos los suicidios son, en el fondo, inexplicables para aquellos que deberían haber visto lo que estaba sucediendo”. Otro de los perdedores que aparecen aquí es otro mago al que su mujer le abandonó, y su hija, una pareja que malvive intentando dar timos de poca monta con su habilidad para manejar las cartas y los billetes…

Portada de Juego de Manos de Lutes

Portada de "Juego de Manos" de Lutes

Son algunos ejemplos de ese mundo entrelazado de perdedores entrelazados que Lutes nos describe genialmente en esta novela gráfica. Un Lutes que, por ejemplo, ya se acercó al mundo de la magia y el ilusionismo posteriormente con otro gran trabajo como Houdini, el rey de las esposas, que realizó junto a Nick Bertozzi, y en la que consiguen comprimir buena parte de la vida de Harry Houdini en la ejecución de uno de sus trucos, el salto desde un puente de Boston en el que se libró e unas esposas después de arrojarse al río. Este trabajo está editado por Astiberri, al igual que “Berlín”, un ambicioso proyecto que constará, cuando esté terminado, de tres volúmenes con un total de 576 páginas. La obra es un fresco histórico, minuciosamente documentado, del Berlín anterior a la Segunda Guerra Mundial. Por el momento ya se han publicado dos volúmenes, correspondientes a los 16 primeros capítulos de los 24 que compondrán la obra completa, titulados “Ciudad de Piedras” y “Ciudad de humo”

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