Obra maestra portuguesa

El portugués José Carlos Fernandes nos brinda un trabajo de altísimo nivel con esta “Agencia de Viajes Lemming”,(Astiberri) en la que su protagonista busca destinos insospechados a lo largo del mundo que le muestran la propia condición humana.

Lugares que parecen muy distantes o salidos de una imaginación desorbitada pero que en realidad se encuentran mucho más cerca de lo que imaginamos. Vaya por delante que es un trabajo excepcional, con un sentido del humor afiladísimo y que yo, personalmente, hacía mucho tiempo que no me reía tanto con un comic. Fernandes sabe enganchar con el lector, y en su primera página, en cuatro viñetas, ya nos habla de julio, cuando tras once meses de aburrirse mortalmente en casa y en el trabajo los urbanitas sienten una irreprimible necesidad de cambio y van a aburrirse mortalmente a otros lugares.

A partir de ahí, y con un dibujo soberbio y un tono que raya a veces lo surrealista (a mi en bastantes momentos me ha recordado al famoso personaje de Jerónimo Puchero, creado por el francés Francois Boucq), nos sumerge en un periplo por un mundo imaginario por los lugares más insospechados salidos de la portentosa imaginación del creador. Diremos que los protagonistas son un cliente y un gestor de una agencia de viajes que plantea al mencionado cliente, el señor Zolot  (archivista de la secretaría de Estado de Procastrinación) una amplia oferta por lugares que van desde una ciudad con una ruta de urinarios públicos hasta otra en la que se encuentra el museo de la reforma administrativa, pasando por la posibilidad de realizar turismo nuclear en una ciudad arrasada por un accidente en una central, (fíjate que tema más actual).

Portada de Agencia de viajes Lemming

Portada de Agencia de viajes Lemming

Esto es sólo un pequeñísimo aperitivo de todos los inimaginables lugares que uno puede recorrer si contrata su viaje en la agencia Lemman. Pero en realidad, todo eso, que nos puede parecer tan disparatado, no es sino un reflejo de la sociedad urbana actual, plagada de lugares que luchan por salir del anonimato de Google haciendo lo imposible por disponer de la oferta turística más estrambótica con tal de figurar en alguna guía, dejándose llevar muy a menudo por la megalomanía más disparatada.

Pero Fernandes critica también con fina ironía la otra parte, la del urbanita yuppi que se desvive por encontrar el destino más exótico en el que pasar sus vacaciones, con tal de tener algo interesante que contar a sus amigos al regreso de éstas.

Como digo, a mi, es un comic que me ha producido mucha risa, y muy sana, porque no creo que al final todo el que lo lea se puede ver reflejado en alguna de las situaciones que se dan, aunque éstas estén exageradas, porque todos tenemos algún rincón oscuro de nuestros viajes, esos rincones que no fueron tan idílicos y no contamos a nadie. Todo ello, además, perfectamente enlazado mediante ingeniosos diálogos, de esos que tanto se agradecen y tanto escasean últimamente, entre el director de la agencia y el Sr. Zoloft.

Agencia de viajes Lemming tiene mucho de “Los pioneros de la aventura humana” de Boucq, tiene mucho de lo mejor de la “Qotidianía Delirante”, de Miguelanxo Prado y sus diálogos a mi me recuerdan a Groucho Marx, o esa excepcional película que es “Amanece que no es poco” de José Luis Cuerda. Pero al final me he quedado con la impresión de que no es un viaje por lugares extraños del planeta sino un viaje al interior de cada uno y a las contradicciones y lo más absurdo del ser humano.

Sólo me queda añadir que no sé si llegará a la categoría de obra maestra del género, pero sí que puedo decir que es una genialidad que perdurará en el tiempo

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