Consejos sobre consumo, hábitos y criterios de consumo, ayuda para el consumidor. Información sobre los derechos y obligaciones de los consumidores en general
Si la comida basura (me refiero a la fast food y a la comida procesada de los supermercados), es cada vez más sabrosa (la industria alimentaria sabe lo que se hace), más accesible (nos tienta sin desmayo, está por todos lados; cuesta evitarla), más barata (las hamburguesas y pizzas deben ser lo único que no encarece) y más publicitada (vean la tele)
Si las frutas y verduras frescas, paradigma de la alimentación saludable, son cada vez cada vez más insÃpidas y menos apetecibles, como revelaba ayer mismo un informe de OCU, con cata masiva de frutas y verduras de decenas de puntos de venta de cuatro grandes ciudades (ninguna vasca, error mayúsculo.)
Si cada dÃa que pasa tenemos menos dinero disponible para hacer frente a la faena diaria del sobrevivir, y está más que demostrado que la cesta de la compra con los alimentos que componen la dieta saludable y equilibrada (y que todos identificamos perfectamente; no hay excusa, amigos) sale bastante más cara que la comida sabrosota, rica en grasas, sal, azúcares, aditivos espesantes, saborizantes, aromatizantes….
¿Cómo demonios vamos a alimentarnos bien y mantener un buen estado de salud, si ese propósito tan loable lo tiene todo, pero absolutamente todo, en contra?
Somos humanos, por Dios. ¡Pero si incluso el 90%, por lo menos, de los comestibles menos aconsejables para el consumo cotidiano (ponga ud. el que quiera de sus preferidos) son los que mejor nos saben y más satisfacen a nuestro paladar, y por ende, los que más contruibuyen a generar esas micro-felicidades que hacen más viables las largas horas que trae consigo cada dÃa!
Lo prometido es deuda, y sin ceder a la tentación de arremeter contra cierta clase polÃtica que nos ha caÃdo en desgracia, que no en suerte, y contra el modus operandi de los mercados financieros (¡cómo hemos podido llegar a esto!: más de cinco millones de parados, el IBEX-35 en 6.400 –las mayores empresas españolas, y los ahorros de millones de ciudadanos, valen la mitad que hace solo unos años- y la prima de riesgo por encima de 500 puntos básicos –o lo que es lo mismo, un Estado casi en quiebra y un paÃs del que nadie se fÃa), hablemos de los alimentos funcionales.
Constituyen una de las mayores novedades de la industria alimentaria estos últimos años. Y no me refiero tanto a los ya veteranos productos light (bajos en grasa, en calorÃas, en sal…, según el alimento de que se trate) como a lo que ya se comienzan a denominar medicalimentos, que –según predican sus fabricantes- han sido creados de tal forma que contribuyen a mejorar nuestra salud de un modo distinto y superior al que cabe esperar de un mero alimento.
La respuesta es que, de entrada y en general, no compensa, porque no es necesario y porque podemos confundir los conceptos. En primer lugar, porque esas primorosas y saludables funciones las encontramos en alimentos naturales, asequibles y nada difÃciles de conseguir en nuestros mercados, tiendas y supermercados. Las contadas personas que sufren alergias a ciertos alimentos (al pescado, a ciertas frutas, a la leche, a los frutos secos) deberÃan, en este caso, buscar otros productos que contuvieran estas sustancias saludables (Omega-3, fibra, vitamina C, esteroles vegertales, calcio, etc) y que no les causen alergia , ya que en casi todos los casos es posible.
Y, segunda razón, porque el consumo -incluso frecuente- de estos alimentos funcionales tampoco es tan efectivo ni decisivo; que apenas afecta a la salud, vamos.
De todos modos, algunos de estos alimentos que hacen alegaciones nutricionales sà cumplen, al menos en parte, con lo que prometen. La mejor muestra de este reducido grupo la componen dos conocidas bebidas lácteas y una grasa untable a las que se han añadido esteroles vegetales y cuya publicidad se basa en que “Ayudan a reducir el colesterol”. Puede admitirse que cumplen su función, si bien estarÃan dirigidos únicamente a quienes necesitan reducir su colesterol malo. Además, los esteroles vegetales pueden incorporarse a la dieta de modo más sencillo y económico, pues se encuentran de forma natural en muchas frutas y verduras, frutos secos y semillas, en leguminosas y en los aceites.
Seguiremos con el tema, pero ya tenemos materia para hablar, si os parece; quedo a la espera de vuestros comentarios. ¿Os convencen los alimentos con alegaciones nutricionales? ¿ConfÃáis en ellos? ¿Los compráis?
¿Y la canción de hoy?
Ideal para bailar, os traigo hoy pop de ensueño. Sin alharacas de producción ni sobrearreglos innecesarios, y con la dosis exacta de naturalidad, rareza, repetición y ruido, con una sabia mezcla de ritmo y encanto. En cuanto a la originalidad y el talento, se le da por supuesto a Here We Go Magic, la estupenda banda radicada en Brooklyn cuyo factotum es el otrora cantautor Luke Temple. Acaban de sacar nuevo disco, pero esta canción, Fangela, venÃa en el primer álbum de Here We Go Magic, un gozoso descubrimiento que hicimos en 2009.
Niños inseguros en sus sillas de retención del automóvil. Una de cada cuatro sillitas de retención infantil para vehÃculos (27%) suspende en seguridad, protección de los niños y manejo, según un informe en el que ha participado el RACE, que informa de que durante 2010 fallecieron 53 niños como consecuencia de un accidente de tráfico, de los que casi el 70% eran ocupantes de un turismo o una furgoneta; de ellos, “la mitad no llevaba un sistema de retención adaptado a su talla y pesoâ€. De los 33 modelos de sillitas analizados, 16 sistemas resultaron ‘satisfactorios’ y ninguno alcanzó la calificación de ‘muy satisfactorio’. Cinco de ellos se revelaron ‘muy insatisfactorios’, al presentar “importantes deficiencias” de seguridad y dos sillitas de retención se hicieron acreedoras a un ‘insatisfactorio’.
Tirar de fondo de armario, medida anti-crisis. Gastamos un 40% menos en ropa que hace cinco años, y un 5% menos que el año anterior. Cada hogar español gastó una media de 1.130 euros en ropa, complementos y artÃculos textiles para el hogar en 2011, lo que supone un descenso del 5% respecto al año anterior (1.190 euros) y del 40% en los cinco últimos años (1.881 euros en 2006), según informe encargado por la patronal Acotex. Ligada a esta noticia, hemos podido leer otra, que comparte sentido: el gasto de una boda en España disminuye en 2012 por quinto año consecutivo, con una media de 13.190 euros por boda, un 8% menos que en 2011, según un estudio de FUCI para una boda con unos cien comensales.
Ciudadanos engañados, en plena crisis, por entidades financieras de las que eran clientes. Adicae ha denunciado que las cajas de ahorros han utilizado a sus clientes para “tapar agujeros” mediante la colocación de acciones y participaciones preferentes. La asociación de consumidores especializada en temas financieros aseguró que Bankia, Caixabank y Banca CÃvica “han encerrado los ahorros de toda la vida de miles de familias con el único objetivo de reforzar su capitalâ€. El presidente de Adicae, Manuel Pardos, calificó de “engaño masivo” la colocación de acciones de los grupos de cajas fusionadas para convertirse en bancos, porque se centró en clientes y depositantes especializados, desconocedores de este tipo de mercados y a los que se convenció recurriendo a “información tendenciosa y engañosa y con polÃticas comerciales muy agresivasâ€. Estimó que unos dos millones de familias tienen su dinero atrapado en las acciones de estos tres grupos, que han perdido buena parte de su valor bursátil desde que empezaron a cotizar.
No creo que sea casualidad que Ainara hubiera efectuado la semana anterior una transferencia desde la web de este mismo banco a una amiga para pagar un viaje que proyectan hacer juntas este verano.
¿Nos vamos haciendo cargo de cómo pudo ser el ataque a la web del banco, y de su temible vulnerabilidad? Sigamos con el relato.
1) la rapidez (tardaron solo cinco horas) con que que el servicio antifraude del banco detectó la comisión del delito financiero y la comunicó al cliente
1) La vulnerabilidad de la web del banco, uno de los mayores del paÃs y del mundo, por cierto. La facilidad con que hackearon durante unos minutos su página web; y que, además, pudieran hacerse con la segunda clave secreta de la cliente, que habÃa utilizado esa clave ¡una semana antes! para ordenar una trasnferencia
Los 6.000 euros que volaron de la cuenta corriente de Ainara volverán a su sitio, estoy seguro, pero ello no va impedir que nos quede a ambos un regusto amargo tras valorar lo ocurrido desde el jueves. El comportamiento del banco en lo que a atención al cliente y protección de sus intereses y derechos respecta, ha sido insatisfactorio. El banco deberÃa haber asumido desde un principio que el origen del problema estuvo en la inseguridad de su web y, partiendo de ahÃ, tranquilizar a su cliente y garantizarle desde el minuto uno que iba a recuperar su dinero. Y no tenerle cuatro dÃas con la duda de si podÃa perderlo.
Este de Ainara es solo uno de los cientos de casos de estafas en la web registradas en los archivos policiales. Y no nos equivoqueños: se trata de una treintañera inteligente y despierta, lo que nos habla de que todos (y no sólo los mayores, los niños, los poco iniciados en la Red o el personal extremadamente ingenuo, que de todo hay) tenemos que permanecer alerta; cualquiera de nosotros puede ser vÃctima de un timo en Internet.
1) Nuestras contraseñas y claves secretas para operar en la web de bancos y cajas son un tesoro, deben ser aleatorias y no obvias (nombres de familiares, fechas señaladas…) ni lógicas; nadie ha de conocerlas y no debemos dejarlas al alcance de nadie (¡si hay quien las lleva en la cartera, y quien las tiene en la oficina a la vista de todo el mundo!)
4) El protocolo de acceso a nuestras cuentas es siempre el mismo y no es por casualidad: esta rutina es una medida de seguridad. Recelemos de cualquier mensaje que sugiera una modificación en este acceso. La web del banco (por mucho que comprobemos que seguimos en ella, por ejemplo mirando la url) puede haber sido hackeada, y de ser asÃ, dejarÃa de ser segura.
7) Usemos filtros de seguridad especÃficos para evitar que los phisher puedan usar programas que se instalan en nuestros ordenadores para espiar y posteriormente registrar los datos y claves que manejamos en nuestras operaciones bancarias o de compra.
8) Otro plus de seguridad es usar, si lo tenemos, el DNI electrónico para acceder a la web de nuestro banco o caja.
9) Mantengamos siempre actualizados el sistema operativo de nuestro ordenador, el navegador y los programas antivirus: Y contemos con un cortafuegos que logre aislar nuestro PC de ataques.
No es la primera vez que en este blog ensalzo el trabajo de Eroski Consumer y de OCU, dos proyectos muy útiles para el conjunto de los consumidores, y no solo para sus usuarios más habituales. Uno, el primero, va dirigido al conjunto de la sociedad, mientras que el otro (OCU) se destina preferentemente a sus socios, aunque buena parte de sus iniciativas e informaciones llegan a todo el mundo.
Quiero hoy trasladar un reconocimiento muy sentido tanto a uno como a otro proyecto y a quienes los hacen posible.
Lo dicho, las entidades y publicaciones que informan sobre los temas de la vida cotidiana, y muy en concreto las que lo hacen con el rigor, el compromiso y la imparcialidad de Eroski Consumer y OCU merecen el reconocimiento de sus beneficiarios, que no somos otros que los consumidores en general. Vayan estas sentidas lÃneas de aplauso para ellos.
(perplejos y decepcionados por el papelón protagonizado estas últimas semanas por Banco de España, Gobierno actual, oposición cuando fue gobierno y, por supuesto, los responsables directos de la entidad, seguimos asistiendo al culebrón Bankia. Y nos preguntamos cómo se ha dejado agravar la enfermedad -me temo que no solo ha sido la contaminación del ladrillo- hasta el punto de llegar a la tesitura de operación a vida o muerte que supone la intervención por el Estado; y cómo puede justificarse que se haya hecho tan tarde, con ese coste tan desmesurado para el erario público, con esa imagen tan lamentable trasmitida a los mercados y al mundo en general en este dramático momento de la economÃa española y con tantos ciudadanos inocentes perjudicados; y es que no puedo dejar de pensar en los miles de accionistas que acudieron confiados a la salida a Bolsa de la nueva empresa hace aún pocos meses. ¿Se exigirán responsabilidades a los dirigentes -económicos y polÃticos- que han consentido la quiebra de una entidad que integraba, entre otras, a dos cajas de ahorros cruciales en el sistema financiero patrio como Caja Madrid y Bancaja? Todos echan balones fuera, el fracaso no tiene padres. Y mira que serÃa edificante que cada uno se hiciera cargo de su parte de responsabilidad en el desastre: aportarÃa un mÃnimo de esa confianza que está en niveles subterráneos desde hace demasiado tiempo. Y sin confianza no hay economÃa que crezca, ni tasa de desempleo que se reduzca).
(he aquÃ, ¡albricias! -como se decÃa antes en los comics- una noticia positiva-: dos constructores han sido condenados por un Juzgado de lo Mercantil de Bilbao a indemnizar con 2,98 millones de euros a los propietarios de un edificio de viviendas de Barakaldo -un rascacielos de 22 plantas levantado hace siete años- por las graves deficiencias de que adolecen sus pisos. Los constructores denunciados por los vecinos propietarios deberán responder con su propio patrimonio, toda vez que la sociedad que construyó las viviendas está en concurso de acreedores y que el juez ha considerado que los constructores son responsables directos de la insolvencia de la empresa. Los vecinos han necesitado 5 años y acudir a varios juzgados para resolver la batalla legal, pero no han conseguido una indemnización suficiente para solucionar los problemas de sus pisos, que un perito tasó en 4,68 millones de euros).
CientÃfica y socialmente hay consenso. La obesidad y las enfermedades cardiovasculares (más en concreto, su mayor prevalencia) están directamente asociadas a las dietas demasiado calóricas, grasientas, saladas y azucaradas. Exactamente, y uno a uno, los atributos que definen la comida basura.
Tenemos encima de la mesa de debate social una interesante iniciativa, ya aplicada en algunos paÃses y propuesta por cierto partido republicano catalán: gravar con impuestos especiales la comida basura, al modo en que se hace con el tabaco o las bebidas alcohólicas, y destinar ese dinero a la educación nutricional de la población y a fomentar el consumo de alimentos saludables. Tras reflexionar sobre la conveniencia de este impuesto especÃfico para la comida basura durante unos dÃas, se me ocurre esto:
Argumentos a favor de subir los impuestos a la comida basura:
– Es un modo de conseguir que las multinacionales de comida rápida paguen y se hagan responsables de las repercusiones que sus productos y campañas publicitarias logran: el empeoramiento de los hábitos alimentarios, y por ende, de la salud de la población.
– Si la comida basura sube de precio, es más que probable que se reduzca su consumo. El encarecimiento del tabaco se ha demostrado una eficaz medida para que se fume menos.
– Si la comida basura aumenta los gastos sanitarios al favorecer la obesidad y las enfermedades a ella asociadas, es justo y razonable que aporte al sistema parte de esos gastos extra que genera
– El dinero que suponen esos impuestos especiales se puede destinar a campañas de educación nutricional, y a subvencionar alimentos saludables. Una compensación justa, vamos.
– Los poderes públicos defienden y se comprometen con la salud de la gente, por lo que fomentan la dieta saludable, y penalizan la dieta -y el consumo de productos- que conduce a la enfermedad.
– Es un modo de alertar a la población de que el consumo frecuente de comida basura conduce a la obesidad y a las enfermedades cardiovasculares
– Subir los impuestos a la comida rápida e informar más sobre su contenido en calorÃas ayudar a limitar su consumo; es la conclusión de un estudio reciente de la Universidad de Maastricht.
– Subirá el precio de una comida popular y económica, y en tiempo de crisis, con muchas familias sin apenas recursos ni siquiera para la alimentación, eso es un error y una injusticia. Lo insano es el consumo excesivo, pagarÃan todos por la desmesura de unos pocos. Además, los de fast food son los restaurantes más baratos. ¿A dónde iremos, si se encarecen significativamente los menús de estos locales, cuando no tenemos dinero y necesitamos o nos apetece comer fuera de casa?
– Puede propiciar que la industria reduzca la calidad de sus materias primas y/o de otros elementos de la cadena de producción (servicio, seguridad alimentaria, condiciones de trabajo de los empleados, responsabilidad social)
– Es un exceso intervencionista del Estado, y una manera disimulada de subir los impuestos. Total, para que nada cambie…
– Es injusto con la industria alimentaria de comida rápida y procesada, que paga sus impuestos y, además, está sujeta a limitaciones especÃficas en materia de promoción, información, composición de los platos, etc.
– Los ciudadanos son suficientemente maduros como para tomar las decisiones que más les convienen. Más aún, en un tema como el de la alimentación, en el que la información es abundante y está disponible (ese Internet) para quien desee hacerse con ella.
– La industria alimentaria tiene que cumplir la ley y ofrecer estándares satisfactorios y conforme a norma de calidad de producto y servicio, y de seguridad alimentaria. Y con eso debe ser suficiente; el resto es cosa del mercado libre y de la soberana decisión del consumidor.
Hoy hace dos años el IBEX estaba en 9.859 puntos, el lunes abrirá en 6.876 puntos; es decir, un 30% menos; eso es, euro arriba o abajo, lo que han perdido los ahorradores (hay unos 9 millones de personas en nuestro paÃs que tienen inversiones en Bolsa, no es una elitista minorÃa,), y lo que han empobrecido las empresas cotizadas en este periodo. Una barbaridad, se mire por donde se mire.
Hay pocas noticias económicas pasables pero, tras denodada búsqueda, algunas aparecen: habrá aún más vuelos baratos y más destinos desde Loiu, entre ellos Madrid, Barcelona y Sevilla; se abaratan las hipotecas y el alquiler de vivienda; comienzan a institucionalizarse los convenios de mediación para evitar desahucios; empresas de todo tipo exploran el territorio low cost para cobrar solo lo esencial de productos y servicios. No es gran cosa, pero si lo sumamos a los efectos beneficiosos de la crisis, algo tenemos para encarar el fin de semana con un poco de optimismo; sin dinero ni ganas de gastarlo, pero al menos más animados. ¿Y con la lección bien aprendida? Pues quizá no, pero lamentablemente tendremos tiempo para aplicarnos.