¿Es la banca de todos? ¿Y qué enseñan en las escuelas de negocios y las universidades?

¿La banca es de todos? Lo pregunto porque sus excesos y desgobiernos los pagaremos a escote, vía comisiones y vía inyecciones de dinero público. Lo que temíamos (pero esperábamos y casi ansíabamos) ocurrió este sábado. Nos intervinieron. Sí, sí, porque si alguien te presta –no para caprichos, sino para que pongas orden en tu economía y puedas sobrevivir y hacer frente a los pagos de una deuda que te ahoga-, una cantidad de dinero que multiplica por mil lo que tienes en la cuenta corriente, estás atrapado y de por vida. Devolver ese dinero será tu pesadilla; y tu acreedor, el dueño de tus movimientos. Mejor mentalizarse. No sabemos si habrá más ajustes en el gasto público y con ello se reducirá aún más el papel corrector dela desigualdad que debe desempeñar el Estado, si subirá el IVA y se encarecerán aún más los precios o si se retocará la reforma laboral y habrá todavía más despidos, pero los presagios no son alentadores, no.

Parece que el riesgo al corralito, al desastre absoluto, desaparece, y no fuimos pocos quienes respiramos tranquilos este sábado tarde al enterarnos. En mi caso, en Markina tomando algo con los amigos de toda la vida tras la comida anual de cuadrilla. El comentario general fue de resignación pero no del todo negativo. Un mal necesario.

Pero, además de la decepción del día después operativo en la Bolsa (-0,5% este lunes, una amarga y desagradable sorpresa, tras haber llegado a subir casi el 6% durante las primeras horas de la jornada) y de que la prima de riesgo no solo no haya bajado sino ha escalado hasta un vertiginoso 520, hay dos cosas que me preocupan mucho a medio plazo. Me explico.

Una, que curar el envenenamiento inmobiliario (sanear me parece término demasiado optimista) del sistema financiero español sólo garantiza que la quiebra no se va a producir esta semana ni la siguiente. El problema es que para salir del agujero negro necesitamos mucho más que eso. La ayuda europea, la línea de crédito, el rescatillo o como prefiramos llamarlo, es el salvavidas que impide la muerte inminente, pero la costa se encuentra a decenas de millas, y no nos quedan fuerzas para nadar, ni agua ni alimento para aguantar. Yendo al grano, necesitamos crecimiento económico sostenido, que los agentes capaces de hacerlo puedan crear empleo. No podemos seguir con estas cifras pre-revolucionarias de desempleados, con millones de personas sumidas en la pobreza, con más millones aún de familias agobiadas y sin expectativas claras de futuro; todas, además, navegando en este mar de problemas en la peor de las coyunturas, con un Estado del Bienestar claro candidato a perder su noble denominación. Para ir generando actividad económica, los empresarios grandes y pequeños, los autónomos, requieren financiación, que se le preste dinero a un precio razonable y sin exigir imposibles. Para pagar las deudas más acuciantes y no verse obligados a despedir o, peor aún, a cerrar el negocio; o, en el mejor de los casos, para poner en marcha nuevos proyectos. Es decir, que este rescate europeo, que nos compromete a todos –no nos engañen, ya lo hicieron antes- debe revertir, y mejor pronto que tarde, en el conjunto de la sociedad, en, como se dice ahora, la economía real. Que está hecha unos zorros, con su problema histórico de falta de productividad/competitividad y de inadaptación al nuevo entorno tecnológico; un marrón que tendremos que comenzar a abordar también algún año de estos. Tememos que ese dineral prestado por la UE se destine en exclusiva a limpiar las excrecencias de la banca peor gestionada, la que antes ocultó y ahora luce, por imperiosa necesidad, sus vergonzosos números rojos. Una banca que hiede (se hablará del caso Bankia, lo verán) a pura estafa, y que (al tiempo, y tendrá lo suyo constatarlo), competirá -con dinero público y, por ello, de modo desleal- con la banca saneada, que fue gestionada sin tanto despropósito en los tiempos de euforia y que ahora se ve metida en el mismo saco de las entidades irresponsables y/o corruptas. Y algún día tendremos que plantearnos qué se enseña en las universidades y en las escuelas de negocios que nutren de profesionales al mundo de la política y las finanzas. Porque ética en el trabajo, rigor técnico y honorabilidad en la toma de decisiones, o compromiso personal con la sociedad cuyo bienestar deben procurar deben ser las marías, visto cómo actúan muchos de estos mandamases. ¡Menuda tropa de dirigentes que tenemos, cuánto chorizo irresponsable!. Leamos los editoriales de la prensa extranjera, es un ejercicio doloroso pero muy saludable, para irnos enterando. El Guardian británico dicelos españoles, que sufren la tasa de paro más alta de la UE, deberán responder por la deuda contraída con esta ayuda. Y pagar el rescate de unas cajas de ahorros gestionadas por directivos incompetentes y sus amiguetes“.

Y dos, me temo que aunque pueda discutirse si los ciudadanos vamos a pagar (es decir, el Estado español) esta “línea de crédito” de hasta cien mil millones de euros (en letra parece menos, ¿no?), porque el FROB que los va a gestionar con los bancos y cajas solicitantes de ayuda no deja ser del Estado y, que se sepa, el Estado somos todos y el dinero de todos, hay algo que les aseguro va a a ocurrir. El saneamiento del negocio bancario, es decir, la corrección de los errores cometidos estos últimos años de excesos, despropósitos y, me atrevo a decir, robos en algunos casos, lo vamos a pagar, si no a escote, casi, los usuarios bancarios, es decir, todos nosotros. Porque, para pagar la monumental deuda contraída, cajas y bancos van a tener que poner en rentabilidad sus negocios. Y, como nada hace pensar que de pronto les dé por volver a conceder créditos a empresas y particulares al ritmo normal de antes de la crisis, ¿de dónde van a lograr tanto beneficio como necesitan obtener? A las medidas higiénicas inevitables -y en ciertos casos dramáticas- que ya podemos dar por descontadas (eliminar gastos superfluos, despedir a un buen número de trabajadores, reducir el desmesurado número de oficinas….), le va a suceder un fenómeno que no por ya detectado por casi todos nosotros, duele menos: el encarecimiento abusivo de unas comisiones bancarias que -muchas de ellas antes gratuitas-, ya se habían puesto a precios desconocidos. Según todos los analistas, el crédito tardará meses, si no años, en florecer; entonces, ¿de dónde lograrán bancos y cajas esos beneficios que tanto necesitan? Pues de ahí, de sangrar, poco a poco e intentando que no se note demasiado, nuestras cuentas corrientes, no lo duden. Es lo que más sencillo les resulta, subir las comisiones, y como nos tienen atrapados, somos presa fácil. Algo habrá que hacer para evitar el saqueo, seguiremos con este asunto.

Para terminar, y por no dejarlo en un punto tan deprimente, dos noticias pequeñas pero significativas en pleno fragor de la batalla financiera.

El 27% de los clientes de entidades financieras españolas sopesan cambiar de entidad bancaria por no considerar a su banco o caja “una entidad solvente”, según un estudio reciente de Nielsen España. Es un paso, a ver si nos ponemos de una vez las pilas, que ya es hora. El banco es una tienda más. Y la fidelidad, tal y como se plantea por las entidades en su publicidad, un cuento chino, que además nos sale muy caro. Deme bueno y barato, tanto servicio como producto, y me tendrá como cliente; si no, olvídese de mí.

2) La crisis impulsa un proyecto innovador: los préstamos p2p, entre personas, sin recurrir a bancos o cajas. No sé si es viable a estas alturas pero al menos tiene buena pinta, siquiera como presión a un sistema que no respeta a sus clientes. “Egoísmo bancario” dice un editorial de la revista financiera de la OCU, que denuncia no solo la pésima gestión que ha caracterizado a muchos bancos, y sobre todo, cajas de ahorros estos últimos años, sobreexponiéndose al ladrillo y concediendo créditos a tutiplén, infravalorando los riesgos. Pone el dedo en la llaga la OCU, al apuntar al “egocentrismo” que ha llevado a bancos y cajas a cometer el grave error de mirarse demasiado al ombligo y “olvidarse del cliente”. Pues eso.

¿Y qué música puede resarcirnos un poco de tanta zozobra?

Pues, forzosamente, un video que aporte tranquilidad y perspectiva, mediante, por supuesto, música hermosa, inspiradora y emocionante. A ver si os gusta, es una de mis bandas favoritas, los nórdicos Kings of Convenience, que nos regalaron (fue gratis) un maravilloso concierto hace dos o tres años en el escenario verde de La Zurriola con motivo del festi jazz de cada verano.

4 thoughts on “¿Es la banca de todos? ¿Y qué enseñan en las escuelas de negocios y las universidades?

  1. andrea

    Hola Ricardo
    Es una buena idea prestarse dinero entre personas, pero ¿no fue ese el inicio de la actividad bancaria?. Parece que, al final, todo, habalndo de dinero, se corrompe. Si no hubiera ánimo de lucro ……, pero ¿quién es el guapo que por amor al arte pone en riesgo su capital?. ¿Por qué no se utiliza de ejemplo a quien hace el bien yse denuncia al ladrón o al que se aprovecha de la gente indefensa, públicamente y que tenga su escarmiento? Todos somos miedosos cuando pensamos en enfrentarnos al poder.

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  2. patxi

    Muy buenos todos tus comentarios. Enhorabuena.
    Tengo solo la duda de que si alguna vez conoceremos toda la verdad de esta monumental estafa, en la que me parece que no hay mandantes que saldrían bien parados. Toda la maraña de cajas y bancos, afecta a partidos y a políticos y a un sistema que está más alla del bien y del mal, en la que siempre paga el consumidor, la masa, la gente de a pie. Y esos dirigentes, directivos o lo que sean, son premiados u olvidados, pero siempre se llevan un enorme botín. Desde luego el asunto tiene mucha tela y montones de mantas. Con la esperanza de que el periodismo libre y una justicia real, en algún momento puedan iluminarnos. Desde luego si se utilizara “el material” para películas, los “Torrente” podrían quedar como ejemplo de civismo.

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    1. Ricardo Oleaga Autor

      No sé si este es el mejor momento para levantar la alfombra y ver qué ha pasado estos últimos años en algunas cajas y bancos, y en la gestión de los recursos públicos, responsabilidad esta última de los políticos, personas que, por cierto, representan a partidos que nosotros votamos cada no tantos años. Algún día habrá que hacerlo; eso seguro, para que no se repita, más que nada. Aunque tampoco tengo mucha confianza, porque ¿eran los gobernantes anteriores malos, pero estos son aún peores?, o ¿hay algo sistémico que falla, y es esto lo que más nos preocupa?

      Mis amigos del nuevo concurso de Sobera en ETB-2, Cien por Cien (divertidísimo, a las 22.15 de los lunes) preguntaban a los vascos anteayer -día del estreno- cuántos habían hecho alguna vez un sinpa (irse sin pagar; normalmente se refiere a un bar o similar) y si no recuerdo mal casi la mitad de los encuestados reconocían haberse escaqueado a propósito, esto es, no pagar algo que habían consumido, y que un tercero contaba con cobrar. Vamos, casi como robar, ¿no?

      Por no hablar de otras manifestaciones de la picaresca muy celebradas, como no ir a trabajar aduciendo problemas de salud ya resueltos, exagerados o inexistentes; o el IVA que no se paga en muchas facturas para ahorrarnos el dinerito aunque se lo estemos hurtando a la sociedad en su conjunto; o cómo se evita pagar a Hacienda lo que hemos acordado que es justo y la ley exige; en fin, que aunque deberíamos exigir más rigor, rectitud, profesionalidad y transparencia en la gestión tanto a los políticos como a los dirigentes de la economía, quizá tendríamos que comenzar la operación de regeneración reflexionando en privado hasta qué punto su comportamiento no es fiel reflejo del nuestro, y en qué medida muchos cuyas quejas suenan atronadoras desde aquí abajo, el suelocorriente que pisamos la mayoría de los mortales, no harían, de estar arriba, lo que han hecho los sinvergüenzas a quienes tanto criticamos.

      De las muchas sesiones de coaching de crecimiento personal y habilidades conversacionales en que tuve la suerte de participar cuando trabajaba en Eroski, me quedaron algunas cosas claras, y una de ellas es que es más fácil y sencillo cambiar uno que intentar que lo hagan los demás. Una población que se rige en su cotidianidad por criterios de honradez, autoexigencia en el desempeño de las tareas, eficiencia en el trabajo, respeto a los demás y solidaridad, y buenas intenciones en general, está más capacitada y mentalizada para exigir a sus dirigentes que actúen con probidad, rigor técnico y defendiendo el interés general. Me parece a mí.

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  3. patxi

    Sin duda una sociedad corrupta, no puede exigir rectitud a sus gobernantes.
    Me abruma y escandaliza el nivel de la corrupción en nuestro país y mucho más de que parece todo tan normal, de que esos corruptos sigan en sus puestos de dirigentes politicos o de lo que sean, participando además en elecciones democraticas y recibiendo todavía la mayoría de los votos.
    Pienso y creo que la gran mayoría de la sociedad española no tiene nada de corrupta y el trabajador, sea español o venido de otro país, es en principio honrado, eficiente, respetuoso y solidario.
    Con estas, para mi, dos verdades contradictorias, me queda el recurso inagotable de los refranes y para esta ocasión considero apropiado “En arca abierta hasta el santo peca”

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