Elijamos bien el super: podemos ahorrar más de mil euros a año

Tras unos días de aparente calma, se apoderan de este miércoles 26 de setiembre el miedo y la desazón que suceden a la cascada de malas noticias de estas últimas horas. Hagamos recuento: lo más inmediato y novedoso, la huelga general convocada para hoy –y, al parecer, seguida por buena parte de los trabajadores- por lo que se conoce como mayoría sindical vasca (toda, menos UGT y CCOO, aproximadamente), con los ya habituales e insidiosos problemas de este legítimo y comprensible pero muy mejorable -en las formas y en el fondo- ejercicio reivindicativo y de queja: piquetes -informativos, sí, pero de los otros también-, y tensiones con la policía y entre ciudadanos, servicios mínimos que generan perjuicios e incomodidades. Pero rivalizando por el marchamo de palpitante actualidad, tenemos el descalabro que desde buena mañana están registrando la Bolsa española (baja el Ibex más del 3,5%) y la prima de riesgo, que sube más del 8%, superando los 450 puntos. Y todo ello viene precedido de lo ocurrido ayer y anteayer, con incidentes graves y -todo apunta a- abusos policiales en la manifestación que pretendía asediar (no sabemos si solo simbólicamente o algo más, y no es baladí la diferencia) el Congreso de los Diputados y cuestionar la vigencia y legitimidad de la representación política de una de las instituciones esenciales de nuestra democracia. Mal asunto, proponer mudanza general en época de zozobra. En lo político, el órdago catalán con el anuncio de elecciones anticipadas tampoco aporta tranquilidad ni optimismo a la crítica situación española; y lo mismo puede decirse de la imagen que (¿somos, definitivamente, la Grecia del año pasado?) de nosotros están trasmitiendo y conformando medios de trascendencia internacional como el New York Times, que ayer, con esa portada -que recordaremos muchos años- con la foto a gran tamaño de un necesitado de Girona hurgando en un contenedor de basuras enfatizada con el titular “España: Austeridad y hambre” añade leña al fuego al empeorar en el exterior la percepción de cómo estamos afrontando nuestros acuciantes problemas.

Cuesta disociar las cosas y lo más normal es que caigamos en el desaliento y la resignación. Sigue subiendo el paro y con él el número de familias en situación insostenible, y continúan y se profundizan los recortes sociales (Euskadi, de momento, se salva de lo más cruento del tijeretazo), la recesión económica no parece querer ceder y quien quiere no puede invertir en su empresa (ya para poder continuar la actividad y, entre otras cosas, no despedir empleados; ya para abrir nuevas líneas de negocio) porque el sistema financiero no da créditos salvo a quien no los necesita; y además, y con razón, crece el descontento social. Y las contadas noticias positivas (solo recordamos dos: moderada y, casi seguro, coyuntural y engañosa bajada de la tarifa eléctrica; anuncio del Gobierno central de que las pensiones no solo no se congelarán sino que subirán lo mismo que el coste de vida), vienen acompañadas de otras pésimas nuevas que las tapan.

En estas, y remando contra corriente, las asociaciones de consumidores siguen trabajando y aportando

información e incluso éxitos a sus socios y a los ciudadanos en general. FACUA pide a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) que abra una investigación a Facebook por la posible publicación de mensajes privados de sus usuarios, en el último fiasco de este icono de las redes sociales en Internet. Y la OCU gana un importante juicio a Iberia, denunciada por cláusulas abusivas que ahora se declaran nulas y que deberá eliminar de sus contratos, entre otras una en la que Iberia indicaba que en caso de necesidad podrá hacerse sustituir por otra compañía aérea, y otra por la cual Iberia (y casi todas las aerolíneas) cancela el billete de vuelta cuando el pasajero no ha usado el de ida: el juez dice que esta medida “carece de justificación razonable”. ADICAE, por su parte, sigue litigando en defensa de los consumidores engañados por las entidades financieras que les ofrecieron participaciones preferentes en empresas sin explicarles que (por eso la rentabilidad era tan alta) si las cartas venían mal dadas podían perder parte de su inversión, al ir ligado el valor de venta de sus títulos a los resultados de las empresas que los pusieron en el mercado financiero. Y no hace falta decir cómo van las empresas en nuestro país.

Por cierto, acaba de llegar a mi ordenador la encuesta de precios de supermercados que anualmente hace OCU desde 1988, poco después de que quien firma se pusiera a trabajar en esto de informar al consumidor, y sus conclusiones tampoco contribuyen precisamente a insuflar ánimos u optimismo a la tristeza y preocupación del ambiente. Aquí van algunas. Aclaremos que este informe, que comprueba el nivel de precios de 1.194 establecimientos en 65 ciudades de toda España y 12 supermercados on line, consta de dos cestas de alimentos básicos y productos de higiene y droguería. La primera, la “Cesta Tipo”, incluye productos de marcas líderes y productos frescos; la segunda, la “Cesta Económica” recoge los productos más baratos del establecimiento, normalmente marcas blancas. No diremos aquí nombres de marcas, los tenéis aquí, pero sí contaremos las principales conclusiones: 1) Por ciudades, las más baratas teniendo en cuenta las dos cestas tipo son Córdoba, Vigo, Granada, Murcia, Pontevedra, Madrid Este, Palencia y La Coruña. Y las más caras son Bilbao, San Sebastián, Pamplona y las ciudades canarias. Por comunidades autónomas, las más caras son País Vasco, Canarias y Navarra. Y las más baratas, Murcia, Galicia, Extremadura, Andalucía y la Rioja. La conclusión más importante, por más útil, es la siguiente: en algunas ciudades, como Bilbao, elegir el super más barato puede suponer para una familia media más de 2.300 euros de ahorro al año. Preguntémonos, entonces, dónde estamos haciendo la compra, no sea que estemos derrochando el dinero. Porque, no lo olvidemos, hablamos de cestas compuestas por productos de idéntica o similar calidad. Purito precio, por tanto. La tercera conclusión es decepcionante: los precios en las principales cadenas han subido, aunque de forma moderada y dispar: los precios de la cesta económica sufrieron un oneroso incremento del 3,6%, mientras que en la cesta tipo se quedó en el 1%. A juicio de la OCU esta subida se debe al mayor encarecimiento de los productos de marca blanca frente a los de fabricante. Mala noticia, desde luego, que los productos más económicos sean los que más suben de precio. Otro tanto puede decirse del hecho de que un sondeo de este informe revela que la mayoría de cadenas de alimentación ha añadido la subida del IVA a sus precios. La conclusión que podemos hacer es doble y bien sencilla: por una parte, y como era bien sabido, continuamos, los consumidores, pagando la crisis. Y, por otra, aunque todos tengamos nuestras costumbres y preferencias, quizá tenemos que cuestionarnos si el super o hiper en el que compramos habitualmente es realmente competitivo en precio, o estamos, sin darnos cuenta, tirando el dinero. Más de mil euros de ahorro posible al año, solo por elegir las tiendas más baratas. Merece la pena reflexiónar un poco, y sondear los precios. Es bien sencillo, hagamos la misma compra (o muy parecida, porque no todos los supermercados tienen las mismas marcas, y además, cada una tiene su propia marca blanca) y comparemos, que tiempo habrá de sopesar (por algo vamos cada día a comprar a donde vamos, no somos tontos) y decidir. Lo que está claro es que todos, incluso quienes tienen trabajo y recursos económicos en cantidad suficiente, debemos velar por gastar lo justo, y por tomar decisiones acertadas en materia de consumo. Hoy más que nunca.

¿Y la música?

Sonidos de querencia ochentera, con esa emblemática línea de bajos percutiendo con elegancia, negrura y pulsión rockera, con esos ritmos funkies de discoteca moderniqui, tan oscuros y bailables, y todo dentro de un estilo canalla chic que vira con naturalidad al post-punk y que destila toneladas de tensión soterrada y silencios estruendosos. Neo techno minimal, denominan a estos sonidos los críticos más a la page. Con su voz, tratada digitalmente hasta conseguir su aparente deshumanización, los factura Matthew Dear, compositor y productor tejano residente hasta hace poco en la industrial Detroit pero ya afincado en la acogedora y siempre emergente Nueva York. Es el video oficial de “Her Fantasy”, el tema que abre su nuevo y sabroso disco “Beams”. Tremendo.

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