Consejos sobre consumo, hábitos y criterios de consumo, ayuda para el consumidor. Información sobre los derechos y obligaciones de los consumidores en general
El tema no puede estar más de actualidad, y difÃcilmente encontraremos mejor periodista para abordarlo que Juan Carlos Etxeberria. Hablarán, asà lo han anunciado, entre otros temas al respecto, del (posible) fraude de la carne de equino vendida como si fuera de vacuno en las hamburguesas de marca propia de varias empresas de distribución, entre ellas la empresa vasca más conocida del sector. Es cosa buena que, al igual que lo estuvo durante año y medio el programa “Consumidores”, los reportajes e investigaciones sobre temas de la vida cotidiana de los ciudadanos ocupen espacios prime time. Porque interesan a mucha gente, ya que el afectan en su dÃa a dÃa, son temas de salud, economÃa, alimentación, etc.., ¿cómo no van a tener una audiencia digna, si se hacen bien, que de hecho se hacen en ETB?
veinte minutazos (en directo) del disco que van a publicar en breve ATOMS FOR PEACE, el nuevo proyecto de Tom Yorke, lÃder de los mÃticos RADIOEHEAD. Tiene una pinta estupenda, por cierto.
“El Gobierno Rajoy liberalizará las gasolineras y facilitará las aperturas para logran que bajen los precios. Centros comerciales y polÃgonos industriales podrán contar con más surtidores. El Ejecutivo prohÃbe que el proveedor de combustible haga recomendaciones de precios a las estaciones de servicioâ€.
Es un resumen de los titulares que acabo de leer en la prensa digital.
Los acuerdos entre empresas para no competir entre ellas en ciertos asuntos (los formatos, los productos, las ubicaciones…, en fin, las posibilidades son infinitas) o, lo más importante y común, para mantener intocable cierto nivel de precios (y garantizar suculentos márgenes, impropios de la crisis que estamos viviendo) son el veneno del libre mercado. Por ello, debemos exigir a los gobernantes que refuercen la vigilancia para evitar este fraude y criticar a las empresas a las que pillan cometiendo el delito y esta desconsideración con sus clientes.
– Se benefician de descomunales cantidades de dinero público, que al menos en primera instancia, vamos a pagar a escote todos los ciudadanos, esos a los que echan de sus casas. Un dineral que si se dirigiera a la economÃa real, la productiva, la que crea empleo, riqueza y desarrollo social (en contraposición con la especulativa, que solo genera millonarias ganancias para unos pocos, y toxicidad letal y al sistema económico) ayudarÃa a la recuperación que tanto necesitamos para salir de este agujero sin fondo.
El problema es que, de puro deprimidos que estamos por este luctuoso ambiente que dÃa tras dÃa crean las cifras del desempleo y la marcha de la economÃa por un lado, y por otro, por la ineptitud y la subterránea catadura moral de buen número de dirigentes y mentes decisoras de nuestro envenenado sistema -democrático solo en apariencia-, hemos perdido lucidez para percatarnos de la gravedad de la situación, y consiguientemente, la capacidad de reacción. Nos la meten una detrás de otra.
Felices Fiestas desde este blog a todos y todas, y un mensaje de ánimo y esperanza para esos millones de personas que carecen de lo necesario para vivir -lo que en nuestras coordenadas entendemos- dignamente. Ha sido un año difÃcil, particularmente en los hogares en que ha dejado de haber ingresos económicos regulares debido al dramático y sostenido aumento del desempleo de estos últimos cuatro años. Que, si cabe, se ha visto empeorado por las circunstancias económicas y polÃticas que han llevado a un encarecimiento tan sostenido como insostenible de la vida: subidas del IVA, del IRPF, tasas municipales, de transporte, tarifa de luz y gas, carburantes…, todo es más caro que nunca y tenemos menos dinero que nunca para hacer frente a los gastos. Adecuar repentinamente los desembolsos de la familia a estas circunstancias tan penosas es tarea que además de dañar la autoestima, deviene poco grata, harto difÃcil y laboriosa; más aún, en fechas tan consumistas como las Navidades, en las que la soledad (no srefereimos a la falta de familiares cercanos y/o de amigos) y la pobreza o, en su estadio anterior, una importante reducción de las posibilidades de gasto habituales duplican su poder devastador. No es el de cómo combatir esa compleja sensación de nostalgia y soledad que a algunos nos aturde y enturbia cada año las Navidades el objeto de estas lÃneas, pero vaya desde aquà un mensaje de cariño y cercanÃa a quienes sufran este sÃndrome emocional tan caracterÃstico y ocultado de estas semanas de árbol, villancicos, comilonas, confettis y recuerdos –a veces, no fácilmente gestionables- de la niñez.
No solo llevan varios años congelados o con aumentos insignificantes los salarios de la gente, sino que suben los impuestos al trabajo (IRPF) y al consumo (IVA), con lo que todo se nos hace cada vez más caro, por no hablar del espectacular y abusivo encarecimiento de la electricidad y los carburantes. Aparte, claro está, de los recortes en educación (la universidad pública, cada vez menos gratuita), sanidad (co-pago recetas y reducción drástica del número de fármacos subvencionados, reducción del servicio en la atención primaria, privatización de la gestión de hospitales en algunas comunidades…) y servicios públicos en general. Malos tiempos para lo público, lo de todos, quizá porque no supimos administrarlo en tiempos de bonanza. “A mi no me digas nada, yo no tuve nada que ver, soy un simple ciudadano que paga sus impuestos†es respuesta recurrente cuando sale el tema en la cafeterÃa o en las conversaciones con los amigos.
Cierto, pero no olvidemos que quienes administran lo público, lo de todos, los ponemos nosotros ahÃ. Y alguna responsabilidad tendremos en lo que hacen, si los volvemos a poner ahà una y otra vez
el precio a pagar, y difÃcilmente mejor dicho, es inasumible.
Porque se hará a costa de que los ciudadanos de rentas bajas y medias-bajas, más del 65% de la población y los menos preparados y los no iniciados en temas jurÃdicos, desistan y no lleven a juicio sus problemas para asà no incurrir en los gastos que iniciar el proceso acarrea. Los ciudadanos con economÃa más holgada y mejor preparación , sin embargo, seguirán pleiteando cuando lo estimen oportuno, porque las tasas no les disuadirán y porque sabrán hacer los cálculos necesarios. Por no hablar de la ventaja que se les regala a las grandes empresas denunciadas por los consumidores, por ejemplo ¿Cabe imaginar mayor discriminación e injusticia? Los ricos podrán, los pobres, no, o con un coste elevado, de entrada. Las grandes empresas, sÃ; los consumidores,no, o si al final deciden ir a juicio, ejercer ese derecho les saldrá un riñón. Esta es una columna con un claro enfoque de defensa de los intereses y derechos de los consumidores, y es por ello que la pregunta a plantear solo puede ser esta:
• La lentitud de los procesos, (de 15 a 30 meses de duración dependiendo del procedimiento),
• La ineficacia, más de un tercio de los encuestados no obtuvo un resultado satisfactorio
• Y, sobre todo, lo caro que resulta ir a tribunales. El coste medio de un juicio era de 8.400 euros, con una gran variación dependiendo del procedimiento.
Os sugiero hoy dedicar unos minutos al alambicado y ruidoso rock de TAME IMPALA, banda indie-rock australiana (de Perth) epÃtome de la modernidad respetuosa con el pasado (bebe del sonido 60s y 70s) y el eclecticismo bien entendidos. En realidad, es el proyecto casi unipersonal de un joven (26 años) artista Kevin Parker, que” compone, produce e interpreta casi cada sonido de sus grabaciones” (leemos por ahÃ), aunque se acompaña de una enorme y competente banda para sus actuaciones en directo. Esta “Be Above Itâ€, muy en plan neo-psicodelia, es la canción que abre su segundo y último disco, “Lonerismâ€, que te sugerimos cates si tienes la ocasión.
Bueno, yo habÃa puesto antes la tirita de que se hubiera hecho la herida más profunda al statu quo financiero. Porque esto ha sido solo un rasguño, no me esperaba tan poca valentÃa, la verdad. No se ha atrevido el Gobierno a dar el golpe de mano que la situación requerÃa. Con este mero parche que supone el decreto Rajoy, de puro limitado e insuficiente, apenas surgirán los problemas estructurales que apuntaba en este post de arriba.
Esos saldrán a la palestra cuando las medidas sean mÃnimamente efectivas y resuelvan siquiera por un par de años el drama de los cientos de familias afectadas, y no solo de las que se encuentran en situación de máxima vulnerabilidad. El problema de las hipotecas afecta hoy a gente de clase media que se atrevió a comprar piso y hoy no puede pagarlo porque su situación laboral y la de su renta familiar ha empeorado drásticamente, y no solo a las capas más desfavorecidas y a las familias desestructuradas o con rasgos muy especiales y poco frecuentes.
Y las soluciones deben llegar a todos los afectados, en la medida que corresponda a cada uno, sÃ, pero no puede ser tan parcial e injusta.
Porque si no, estallará la olla; de hecho, lo está haciendo estos dÃas. La postura solidaria de jueces y personal administrativo vinculado a lanzamientos de viviendas y desahucios, que exigen soluciones y se niegan a ser parte de un sistema injusto, es muy relevante y pone a la banca y al Estado en situación muy comprometida. Nunca habÃa ocurrido algo asÃ, que recordemos.
No nos engañemos: el problema que tenemos con los desahucios, por dramática que sea su plasmación con los desalojos legales de la gente de sus casas, no es sino la consecuencia de varios factores convergentes de estos últimos cuatro años.
Nunca las cifras, tomadas asà en general, resultaron tan aciagas incluso a quienes no se nos dan mal del todo. Crece sin control el desempleo, el PIB sigue con la marcha atrás puesta, la inflación imparable convierte en aún menores unos sueldos que llevan años a la baja, suben sin parar los impuestos, aumenta sin dar signos de moderación la deuda pública,se multiplican los EREs y cierres de empresas, los desahucios son ya casi “de la casa” (se ejecutan unos ocho de media al dÃa, solo en Euskadi)…, cuesta horrores encontrar números que despierten un poco de esperanza.
3) Objeciones metodológicas: no se respetan los protocolos de la metodologÃa oficial de los análisis de calidad del producto, comenzando por la toma de muestras (¿cómo puede criticarse la calidad de un producto y una marca analizando solo una muestra cuando en el mercado hay en ese mismo momento centenares de miles en las estanterÃas?) y por el propio desarrollo de la prueba (determinación de los Ãtems a medir y comparar, modo en que se relacionan unos y otros datos para llegar a las conclusiones, respeto a lo que dice la normativa en cada paso del análisis, acreditaciones de los laboratorios por los organismos normalizadores…; las casusas motivo de crÃtica pueden ser muchas, pero el caso es que los análisis (por reducir costes, por simplificar procesos y ahorrar tiempo y dinero…, no se hacen como debieran hacerse, sobre todo teniendo en cuenta la enorme repercusión que frecuentemente adquieren los resultados de los análisis en los medios de comunicación