Ajeno a toda crÃtica de la comunidad internacional, Ashdod amanece entre una espesa niebla. A lo lejos, se escucha como se trabaja en el puerto, porque este es el puerto comercial mas importante de la zona, y también es aquà donde trajeron a los activistas propalestinos de la flotilla que iba rumbo a Gaza.
Esos sonidos es lo único que tenemos del puerto, porque poco mas nos han dejado grabar.
Y encima, en esta ciudad portuaria, ya no hay ni rastro de los activistas, los han llevado a la cárcel o al aeropuerto de Tel Aviv.
Los que firman el formulario de deportación van al aeropuerto, a casa en el primer vuelo que salga, y los que no lo firman, a la cárcel. Y allà se enfrentan a una investigación por parte del ejercito israelÃ, que ahora pretende buscar los nombres de quienes atacaron a sus soldados con palos y alguna que otra navaja.
Lo dicho, Ashdod, e Israel entero, se despiertan hoy lejos de las crÃticas internacionales. “Estamos acostumbrados a que nos critiquen” nos dicen en la calle. “Una vez mas quieren hacernos parecer los malos de la pelÃcula” asegura un joven soldado que ni siquiera llegara a los 20.
Pero esta sólo es una mas para los israelÃes, no para la comunidad internacional. Esta vez Israel lo tiene muy difÃcil para convencer al mundo por muchos vÃdeos que muestre su Ejercito. Y es que esta vez, los muertos son turcos, y TurquÃa era hasta ayer, uno de los principales aliado que tenÃa el Estado judÃo en la región.