Cada dÃa desde hace once años Imed Barboura se pone delante de las cámaras para presentar las noticias en el canal público tunecino. La cadena ha pasado de llamarse Tunisie 7, en honor a 7 de noviembre de 1987 en el que Ben Alà llegó al poder, a National Tunisian TV y el color morado de sus caretas, el favorito del dictador, es ahora rojo, como la bandera nacional. Los cambios de nombre, color y contenidos, sin embargo, no han traÃdo de momento el cambio de caras e Imed sigue al frente de los telediarios.
“Fui el primero en dar la noticia de la salida del ex presidente. Estuvimos diez horas preparando el comunicado y cuando me puso ante la cámara fue como sacar una pesadilla de mi interior”, asegura este periodista de 38 años que hasta 1995 desarrolló su trabajo en la radio. “La gente me quiere, mi rostro es popular y todos saben que no tengo vinculación polÃtica con el RCD, pero no tenÃa otro remedio que leer los comunicados que nos imponÃan. No era periodismo, sólo propaganda“, lamenta.
Imed califica la etapa anterior de “trabajo institucional” y piensa que “los medios perdimos toda la credibilidad”. Ahora en el canal estatal se viven momentos de gran tensión. La noticia de que las fuerzas del orden investigan a Abdelwahab Abdalá, responsable de la censura durante el régimen, ha sido un bálsamo para estos profesionales “que no sabemos cómo hacer nuestro trabajo, estamos aprendiendo y hay que ser exigentes para estar a la altura de lo que han logrado los ciudadanos”, afirma Imed.
Las luces que iluminan por la noches el edificio de la televisión pública siguen siendo de color morado. En lo alto de la colina de Al Manar, frente al Sheraton, el edificio se convirtió en sÃmbolo de la propagando oficial De momento los ciudadanos siguen sin confiar en esta cadena. Sus unidades móviles no se han movido de la capital, aun no han viajado por el paÃs para recoger testimonios ni imágenes. “Falta de medios”, argumentan los directos. “Falta de profesionalidad”, replican periodistas y técnicos, muchos de los cuales duermen incluso en la redacción para hacer posible una emisión de 24 horas.