Archivo por días: 27 enero, 2011

Revolución en las aulas

Las escuelas abren sus puertas cada día, pero los profesores se ha declarado en huelga indefinida. El sector más amplio del profesorado opta por no acudir a sus puestos de trabajo como medida de presión contra el gobierno provisional. Exigen la dimisión de todos los ex altos cargos del régimen que siguen en puestos ministeriales y la huelga es su forma de lucha.

“Agentes de paisano me detuvieron el día 12 de enero -dos días antes de la caída del tirano- y me acusaron de alentar a la revuelta en mi ciudad. Nos metieron a tres personas en una celda muy pequeña. Tras seis horas de espera me pasaron a una sala para interrogarme. Me obligaron a sentarme en una silla baja que estaba llena de sangre, como el suelo”, recuerda Ismael Garby, un profesor de matemáticas de Sidi Bouzid, la región del centro del país donde estalló la revolución. Tras 17 años como profesor de secundaria, siempre se había mantenido al margen de la vida política, el auténtico tabú en el Túnez de Ben Alí, “me obligaron a firmar una declaración en la que confesaba que estaba animando a la gente a quemar mobiliario urbano y organizar manifestaciones ilegales, pero me negué. Yo solo estaba protestando por las condiciones de trabajo y de vida en la región, no soy un activista político”.

Lo siguiente que recuerda es una multitud intentando tomar la comisaria que lograron sacarle de su celda. Todos salieron a la calle entonando el himno nacional y desde entonces no han dejado las calles, “no hemos vuelto a la escuela, esto no se termina hasta que todos los ex altos cargos de la dictadura estén fuera del nuevo Túnez”.

El espíritu del profesorado de Sidi Bouzid se instaló también en la capital el pasado lunes. El Gobierno de transición pidió el retorno a las aulas como muestra de normalización, pero los profesores dijeron no. No todos, algunos, los menos, fueron a trabajar “porque no podemos mezclar política con educación, nuestra responsabilidad es seguir adelante”, decía una maestra del colegio de primaria Bilel, en el área de Mezah VI. Un precioso centro blanco con algunos detalles azules y pupitres de madera marcados por el paso de los años. En las aulas no hay fotos de Ben Alí, nunca las ha habido, pero sí banderas nacionales. Mientras repasa ejercicios de matemáticas en la pizarra frente a un grupo de doce alumnos, esta maestra critica a algunos de sus compañeros hoy en huelga “porque antes eran los primeros que aplaudían al dictador y pedían fiesta para acudir a algún acto del RCD (partido en el poder durante 23 años). ¿Por qué no pidieron antes las mejoras salariales y más vacaciones?“.

Hamida es profesora retirada y se ha quedado en las puertas del colegio con sus nietos. No hay clase, y ya son más de dos semanas. “No hay derecho, van a perder el curso. Creo que voy a hablar con otras compañeras veteranas y vamos a reanudar el curso”, apunta mientras emprende la vuelta a casa con los pequeños.

La revolución se ha instalado en las aulas. Las reivindicaciones políticas y sociales se dan la mano en el nuevo Túnez en el que las protestas adquieren dos velocidades. Algunos como el profesor Garby anteponen el cambio político al resto de facetas de la vida, otros prefieren mirar al futuro y conformarse con lo obtenido hasta ahora. Prefieren perder el curso, que la oportunidad de un cambio radical en el país.