Ya nos lo había hecho saber. A través de sus más cercanos, y en “off the record” a los periodistas, Sarkozy ya dijo que si estas elecciones no las gana, deja la política. Golosas confidencias que no tardaron en filtrarse a los medios allá por enero.

Pero esta vez se lo hemos escuchado a él. Con un seco “oui” Sarkozy dice que se dedicará a otra cosa si pierde las presidenciales francesas.

Si Francia votase hoy, el presidente ya podía ir buscando alternativa. Porque los sondeos lo sitúan a más de 4 puntos por detrás de Hollande en la primera vuelta, y a más de 10 en la segunda. Ya se hacen apuestas sobre el futuro del “presidente saliente” -como insisten en llamarlo todos sus adversarios-: ¿será asesor de grandes grupos empresariales, o tal vez volverá a la abogacía?

Entre sus declaraciones de hoy contemplando otras alternativas además de la victoria, y ayer que lo escuchamos nombrando por primera vez a su adversario, a Francois Hollande -desde que entraron en campaña los dos grandes candidatos nunca lo habían hecho, como si nombrar al contrincante fuera llamar al mal-. Da la impresión de que Sarkozy empieza a mirar de frente a la derrota que todas las encuestas anuncian.