Archivo por meses: marzo 2013

El mundo se derrumba (y nosotros de trapitos)

Homenaje a Gila: los planes secretos de Corea del Norte | Foto: AFP

Homenaje a Gila: los planes secretos de Corea del Norte | Foto: AFP

Él mira al plano, muy atento. Ellos le miran a él, más atentos si cabe. Y el resto del mundo miramos la foto… ¿cómo miramos el resto la foto? No hablo ya de la instantánea en cuestión – esa que alguien, en un descuido tonto de estos que tiene la propaganda, filtró desvelándonos la trayectoria de los misiles; todo muy aterrador y todo muy con regusto ACME. De esa foto ya se ha dicho por ahí la única explicación posible. Estamos ante un sentido homenaje a Gila.

Me refiero al borroso fotograma que nos están dejando en los últimos meses los personajes principales de esta historia: Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos y China. Ensayos con misiles, pruebas nucleares, sanciones, amenazas, ejercicios militares, armisticios rotos… en apenas dos meses hemos asistido a una peligrosa espiral de acción-respuesta-acción. No es comedia ligera, ni asunto a tomarse a broma pero ¿de verdad estamos ante una de género bélico?

A juzgar por lo que más cerca me toca, por China, me atrevo a decir que no. Por una sencilla razón, y voy a la segunda foto. Sigue leyendo

Los gatos al sol

Ya estamos. Ya estamos en esa época del año en la que la calefacción central en China ha dicho adiós muy buenas pero las mínimas bajo cero se quedan a tomar la última. Y ahí andamos todos, quien más quien menos, como perros, o mejor, como los gatos al sol, rascando rayos de donde sea.

Los gatos al sol de Marzo en Pekín | Foto: Hodei Arrausi

Los gatos al sol de Marzo en Pekín | Foto: Hodei Arrausi

Pero como esto es igual que la subida de la luz, que pasa cada año, y como queda feo ir por la vida quejándose de nimiedades con la que está cayendo ahí fuera, uno mejor se calla y hace lo que  suele hacerse los días de frío, ir al cine, o en su defecto escribir de cine, que no es lo mismo pero es igual.

La delgada línea roja la dibujó Mao en los cincuenta, al considerar la calefacción un Instinto básico y universal… pero solo para los unos y no para Los Otros. Quedó pues definido que solo entre el río Huai y hasta montañas Qinling serían los hogares caldeados entre el 15 de Noviembre y el 15 de marzo. Amén.

Por eso un día como hoy en Pekín la vita e dolce ma non tropo, todos al frío sol de invierno y todos soñando con casas como colosos en llamas y odiando al que dijo la sandez aquella de las bicicletas y el verano cuando todos sabemos que la bicicleta de Pekín es para todo el año. Y las manos se quedan Frozen, dentro, fuera, a un lado y al otro de la cama y piensas esto no es Vivir. Que sí que vale, que la Naturaleza Muerta va despertando tímidamente pero esto ya va demasiado largo, que parece que llevemos siete años en el Tibet de lo largo que es el invierno aquí. Y huir es de cobardes pero qué bien estaría una gran evasión o ya puestos coger el Último tren a casa o a cualquier otro sitio más templado … qué sé yo… para perderse en Tailandia, por ejemplo.

Lo dicho, que no vamos a utilizar este espacio para quejarnos de poder hacer nubes de vaho con la boca dentro de casa cuando China está llena de noticias frescas. Sin ir más lejos, todos los links de este post pueden abrirse sin problema en China porque el gobierno acaba de levantar la censura sobre la web de Imdb. Y hablando de tijeras, en el artículo hay, que yo sepa, dos películas censuradas y una que tiene el honor de ser la más taquillera de las historia en China. ¿Adivináis cuáles?

Mi hakka (me la robaron)

Tulou Hakka de Yonding, Fujian | Foto: Hodei Arrausi

Tulou Hakka de Yonding, Fujian | Foto: Hodei Arrausi

La azafata nos da la bienvenida abordo.  Me sonríe. Es alta, coronada por un moño pefecto, como todas las azafatas chinas. El vuelo Pekín- Xiamen despega a su hora.  Por delante me esperan cuatro días para explorar la zona de Yonding, provincia de Fujian, territorio de la minoría Hakka y de sus espectaculares tulou. Perfecto.  Me recuesto en mi asiento y me relajo con los cascos música del avión puestos.

Con los primeros acordes y antes de que el moño de la azafata haya acabado de señalarnos todas las salidas de emergencia caigo dormido.

¿Te gusta?

Perdón? – me giro y respondo. A mi lado está sentado Xi. Sí, Xi. Xi Jinping.

Digo que si te gusta la canción. La que canta es mi mujer.

Vaya marrón. Un presidente, por muy campechano que sea, no puede hacer eso. Sentarse en clase turista e ir consultado a diestro y siniestro sobre su señora esposa, eso, está feo. Pero mientras pienso cómo respondería sin responder un chino, me vuelve a tomar la delantera.

Yo sé que es buena y ahora que soy presi todo el mundo me presiona para que ella no deje los escenarios pero a mi, en realidad, me va más Manolo. Manolo es muy grande y muy chino. Fíjate en su canción. Mi jaka. Mi hakka. Es buenísima. Por eso voy a Yonding, porque quiero organizar un concieto de Manolo dentro de un tulou, que son como plazas de toros. Imagínatelo allí, entonando Mi Jaca o Mi carro. Eso sí que es revolucionario.

Me revuelvo incómodo en el asiento. La imagen me trae sudores frios. China no es así. China es un país serio, con unos políticos serios. Aburridos y serios. Aquí los presidentes no hacen posados a pecho descubierto, ni sus señoras  aprovechan el reinado para vender discos y películas, y cuando juegan a ser varoniles cazadores de elefantes y osos lo hacen como tiene que hacerse: sin que la plebe nos enteremos.

Resuelto a salvaguardar la integridad de este país y alejarlo  de la decadencia chusquera acierto a decir:

No señor presidente. Es un error, China está bien como está, con su picaresca, sus sobres y sus enredos de palacio bien tapados. Si Manolo actúa en un tulou… ¿qué será los siguente? ¿Dosmil chinos coreando a viva voz mevvvvva me mavvva me vvaaa en el Teatro Nacional de Pekín?

Próximo concierto de Julio Iglesias en Pekín | Foto: Rita Álvarez

Próximo concierto de Julio Iglesias en Pekín | Foto: Rita Álvarez

El golpe de las ruedas al tocar suelo en Xiamen me despierta. Miro a mi lado. Xi no está. La azafata con su moño sigue ahí. Me debe haber visto muy mala cara porque me ofrece un vaso de agua. Vaya susto. Aturdido aún por esa conversación llena de imágenes grotescas bajo del avión.

Las siguentes dos horas las pasaré en un autobús que me llevará hasta Yonding, tierra de los Hakka. Pero ya no viajo solo: me acompañan Manolo, Julio, Sarko, la Bruni, Xi  y su señora Peng .Y ahí que nos vamos todos, de tulou en tulou, cantando a siete voces mi hakkaaa me la robaron anoche mientras dormía

Qué suplicio. Qué disgustos  le da a uno la actualidad. Qué empeño en ser modernos. A este paso me van a robar la ilusión, la inocencia y hasta la cartera en este país.

Interior de un tulou | Foto: Hodei Arrausi

Interior de un tulou | Foto: Hodei Arrausi

Acrobacias linguísticas

Los tópicos funcionan un poco como el bastón del ciego. Tac, tac, tac. Con ellos va uno reconociendo los bordes del camino sin riesgo a escurrirse por lo desconocido. Cuando se vive en otra galaxia convertido en un alien la ventaja de ir guiado por los tópicos es evidente: evitan que tropecemos y que seamos arrollados por una cultura que sigue su camino sin importarle en exceso si en ese momento nosotros la estamos cruzando. La desventaja, que te impiden explorar el lado más bestia de la vida. Y ahí suele estar lo más interesante.

Tópico uno: los chinos son buenos haciendo acrobacias. Tópico dos: los chinos son malos creando, innovando. Del primero no voy a decir nada pero en el descansillo de mi escalera aún no he visto a nadie hacer ni un triste pinopuente. Al segundo hacía tiempo que tenía ganas de hincarle el diente.

Hincarle el diente con la boca. Con el lenguaje, para ser exactos. Y la disculpa me la ha dado esta noticia: Pekín investiga a Coca Cola por espionaje. Coca Cola. Kokou kole. La felicidad en la boca. Toma ya.

Logotipo Coca Cola China

Logotipo Coca Cola China

Cuenta la leyenda del márketing que cuando la fórmula mágica llegó a China su marca fue traducida como Kekoukela. Error, pues Kekoukela significa algo así como “muerde el renacuajo de cera”. Así que los expertos en la materia jugaron y jugaron con 40.000 caracteres del mandarín hasta que cantaron bingo: 可 (ke) 口 (kou) 乐 (le). La felicidad en la boca. Toma ya. Y riete tú del tate aquí hay tomate.

Otras famosas traducciones maestras de marcas extranjeras son Cola Cao -Gao le Gao-alto, alegre y alto (si alguien se muere por saber como suena la canción del colacao en chino, hagan clic, que paramos un minuto para la publicidad).

Continuamos.

Reebook – rui bu – pasos rápidos. O Colgate – gao lu jie – revela una limpieza superior. Y seguro que hay más. El mandarín permite hacer miles de acrobacias como estas. Ideales para jugar, adaptar, sugerir, o provocar con el lenguaje. En la misma línea son legendarios y parte fundamental de la comunicación oral los Chengyu, los atsotitz o refranes chinos. También la red está plagada de piruetas del lenguaje para saltar la censura o de neologismos para describir las últimas tendencias sociales.

Si el lenguaje es la forma que tenemos de mirar el mundo, de entenderlo y de contarlo, China, me parece a mi, tiene un potencial creativo e innovador extraordinario. Otra cosa es que se fomente o no.

Removiendo en la basura

Durante los años de plomo del Maoismo, cuando se paseaba por las calles a los contrarrevolucionarios para que sufriesen el escarnio público,  se extendió el uso del término Yanguizi. Yanguizi significa, literalmente, diablo extranjero y era un término que valía para identificar a todo aquel – extranjero o no – que sabotease con su ideario burgués  los dictados del Libro Rojo.

Operarios chinos en un contenedor de basura | Foto: Hodei Arrausi

Operarios chinos dentro de un contenedor de basura | Foto: Hodei Arrausi

Valía, digo, porque hoy es poco habitual escuchar a alguien utilizar esa expresión. Lo que sí se escucha más a menudo, unas veces con más razón otras con menos,  es que a los periodistas extranjeros en China nos encanta hurgar en la basura.

No hablo de la precariedad del sector en este mundillo de freelancers a la pieza y gracias, qué también podría.

Me refiero a que se nos acusa de tender a subrayar el yin de las cosas. Ya sabemos que lo bueno no vende y menos en China. Y si algo somos los periodistas es idiotas que convierten en negocio las canciones. Pero también es cierto que toda sociedad necesita prensa que rebusque entre su basura. Prensa de casa, a ser posible, pero cuando no lo es, de donde sea.

Porque, a veces, un yanguizi se pone a remover la mierda y salen cosas tan bonitas como la del video. Ya lo dicen al final. Un genio.

Silvermine – Thomas Sauvin from Emiland Guillerme on Vimeo.

(nota: el video está en francés con subtítulos en inglés  pero lo que vale un potosí son las imágenes)

De todas las ciudades del mundo…

Pekín es una ciudad que, más que invitar, te empuja a hacer extravagancias. Por eso hoy me he cambiado el nombre de Hodei por el de Rick, me he vestido una gabardina de cuello alto, he torcido el morro y, audaz, me he echado a la calle. Luego, cuando me he cansado de mascar arena, con ojos vidriosos y frente a un vaso bien cargado de , he soltado un antológico: “de todas las ciudades del mundo, ¿por qué esta?”

Bogart? Yo no me achanto por un poquito de arena | Foto: Hodei Arrausi

Bogart? Yo no me achanto por un poquito de arena | Foto: Hodei Arrausi

Ha sido mi primera tormenta de arena – arena del Gobi, no de Casablanca – desde que estoy en China. Fenómeno curioso el de las tormentas de arena. El horizonte queda tamizado de un naranja irreal, las calles amanecen sembradas de bicicletas derribadas como cuerpos en campo de batalla y las eternas melenas lacias de las  chinas se encabritan y dibujan enigmáticos arabescos en el aire. Todo mientras vas saboreando arena, cruch, crunch, como el que pide paella de chiringuito. Un asco, vaya.

Bei () jing (), la capital del norte, lo tiene todo la pobre. Tormentas de arena, contaminación, pilla a desmano del 90% del resto del país y es propensa a las sequías. De ahí la pregunta que nos ocupa “¿de todas las ciudades del mundo, porqué esta?” ¿porqué está donde está la capital de China? ¿Por qué Pekín? No siempre la capital del país tuvo su ubicación actual. En 1912 el Kuomigtan proclamó la República en Nan () Jing () , la capital del sur, que antes ya había sido la ciudad de referencia durante varias dinastías. 16 años más tarde Sun Yat-sen y su acólitos llevaron la capital hasta allí. En plena guerra civil entre nacionalistas y comunistas la capital se trasladó durante un breve lapso a Chongqing; Wuhan también ha contado con el privilegio de ser la ciudad número uno del país durante algún tiempo… Xi’an, Luoyang… todas han tenido el honor que ahora tiene Pekín.

Hace poco, al hilo de los inconvenientes que presenta Pekín, en internet ha habido rumores sobre un posible plan para mover la capitalía en 2016 a Xinyang (provincia de Hunan). Algo arto improbable, pero quién sabe. Países como Brasil, Australia o Argentina ya lo hicieron. Aunque que queréis que os diga, con sus tormentas de arena y todo, si la acaban moviendo me volveré a vestir la gabardina y saldré a caminar entre el smog y soltaré un nostálgico “siempre nos quedará Pekín”.

(P.d: hablando de Nanjing, estos días está en los cines la última película del director chino Zhang Yimou, ambientada en esta ciudad y basada en un hecho real)

A millones de kilómetros

Gran Palacio del Pueblo, Pekín | Foto: Hodei Arrausi

Gran Palacio del Pueblo, Pekín| H.Arrausi

Poblado miao, provincia de Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Poblado miao, Guizhou | Foto: H. Arrausi

aaaaa
A estas dos casas, una de Pekín, la otra de Guizhou, les separan 1.700 kilómetros físicos. Unos 10.000 si aplicamos variables como el idioma, la vestimenta o el poder adquisitivo de sus moradores. Seguramente hasta 20 millas, si nos ponemos sentimentales y añadimos a la ecuación lo que hace sonreir a quienes las habitan, lo que en cada una consideran importante, lo que entienden por vivir y ser felices. En la primera se legisla estos días sobre el futuro de 1.300 millones personas. En la segunda el futuro es una gallina, una cosecha o una tarde al sol. Los mapas dicen que las dos son China.

Pueblo de Xiajiang, Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Pueblo de Xijiang, Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Tejados miao | Foto: Hodei Arrausi

Tejados miao | Foto: Hodei Arrausi

Bancales de arroz al noreste de Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Bancales de arroz al noreste de Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Mujeres miao en Xijiang, Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Mujeres miao en Xijiang, Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Agricultor de Xijiang, Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Agricultor de Xijiang, Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

La provincia de Guizhou se encuentra al sureste de China y está considerada como una de las más pobre del país. El  12% su población es miao, unos 8 millones de personas en total. Los miao son un grupo étnico presente en varios países del sur de Asia, además de China. Su cultura, su idioma y  su inaudita y olvidada participación en la guerra de Vietnam adquirieron visibilidad gracias a la película Gran Torino.
Hoy, a millones de kilómetros, a años luz, de esos montes zurcidos con parches de agua y arroz, otra China se mueve, definitivamente, a distinta velocidad.
Plaza de Tiananmen, Pekín | Foto: Hodei Arrausi

Plaza de Tiananmen, Pekín | Foto: Hodei Arrausi