
Gran Palacio del Pueblo, Pekín| H.Arrausi

Poblado miao, Guizhou | Foto: H. Arrausi
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A estas dos casas, una de Pekín, la otra de Guizhou, les separan 1.700 kilómetros físicos. Unos 10.000 si aplicamos variables como el idioma, la vestimenta o el poder adquisitivo de sus moradores. Seguramente hasta 20 millas, si nos ponemos sentimentales y añadimos a la ecuación lo que hace sonreir a quienes las habitan, lo que en cada una consideran importante, lo que entienden por vivir y ser felices. En la primera se legisla estos días sobre el futuro de 1.300 millones personas. En la segunda el futuro es una gallina, una cosecha o una tarde al sol. Los mapas dicen que las dos son China.

Pueblo de Xijiang, Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Tejados miao | Foto: Hodei Arrausi
Bancales de arroz al noreste de Guizhou | Foto: Hodei Arrausi

Mujeres miao en Xijiang, Guizhou | Foto: Hodei Arrausi
Agricultor de Xijiang, Guizhou | Foto: Hodei Arrausi
La provincia de Guizhou se encuentra al sureste de China y está considerada como una de las más pobre del país. El 12% su población es miao, unos 8 millones de personas en total. Los miao son un grupo étnico presente en varios países del sur de Asia, además de China. Su cultura, su idioma y su inaudita y olvidada participación en la guerra de Vietnam adquirieron visibilidad gracias a la película Gran Torino.
Hoy, a millones de kilómetros, a años luz, de esos montes zurcidos con parches de agua y arroz, otra China se mueve, definitivamente, a distinta velocidad.

Plaza de Tiananmen, Pekín | Foto: Hodei Arrausi