Durante los años de plomo del Maoismo, cuando se paseaba por las calles a los contrarrevolucionarios para que sufriesen el escarnio público, se extendió el uso del término Yanguizi. Yanguizi significa, literalmente, diablo extranjero y era un término que valía para identificar a todo aquel – extranjero o no – que sabotease con su ideario burgués los dictados del Libro Rojo.

Operarios chinos dentro de un contenedor de basura | Foto: Hodei Arrausi
Valía, digo, porque hoy es poco habitual escuchar a alguien utilizar esa expresión. Lo que sí se escucha más a menudo, unas veces con más razón otras con menos, es que a los periodistas extranjeros en China nos encanta hurgar en la basura.
No hablo de la precariedad del sector en este mundillo de freelancers a la pieza y gracias, qué también podría.
Me refiero a que se nos acusa de tender a subrayar el yin de las cosas. Ya sabemos que lo bueno no vende y menos en China. Y si algo somos los periodistas es idiotas que convierten en negocio las canciones. Pero también es cierto que toda sociedad necesita prensa que rebusque entre su basura. Prensa de casa, a ser posible, pero cuando no lo es, de donde sea.
Porque, a veces, un yanguizi se pone a remover la mierda y salen cosas tan bonitas como la del video. Ya lo dicen al final. Un genio.
Silvermine – Thomas Sauvin from Emiland Guillerme on Vimeo.
(nota: el video está en francés con subtítulos en inglés pero lo que vale un potosí son las imágenes)