Es el momento de Ãfrica. Al menos es lo que rezan los anuncios, himnos y demás propaganda de la World Cup 2010. La gran campaña de publicidad de la FIFA y el gobierno sudafricano invade canales de televisión, radios y grandes carteles a la entrada de las ciudades. Sudáfrica es un paÃs, a primera vista, volcado con el campeonato del mundo. Sin embargo, ¿quién se beneficiará de este gran evento?
Es el turno de Ãfrica, pero la mayorÃa de africanos, como los niños de la foto, ni siquiera serán espectadores del gran show. Viven en el township de Huhudi, uno más de los muchÃsimos guetos creados por la minorÃa blanca y donde todavÃa hoy se concentra la pobreza, esta vez junto a la población afrikáner de Vryburg. El fútbol es la pasión de la mayorÃa de esos niños, pero el Mundial pasará sin pena ni gloria para ellos. Y eso a pesar de que las escuelas y organizaciones locales se esfuerzan, sin ninguna ayuda oficial, en ilusionar a los chavales con campeonatos y festivales donde el esférico es el protagonista.
El crimen, las drogas y la devastadora incidencia del SIDA entre la población de Huhudi son la prioridad aquÃ. Pero los grandes estadios que han levantado en las grandes ciudades no parecen dirigidos a paliar esos problemas. Al contrario, organizaciones como UNICEF alertan de que, con la llegada de la oleada de turistas futbolÃsticos, fenómenos como la prostitución, el trabajo infantil y el tráfico de personas se agravarán en las próximas semanas.