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Que un rayo derribe tu avión y sobrevivas en la selva nueve dÃas con la clavÃcula fracturada, es una suerte. Que tu avión caiga desde 9.000 metros al estallar una bomba en su interior, pero las copas de los árboles amortigüen la caÃda, una gran carambola. Que te lances desde desde 122 metros de altura y no te rompas la crisma, es para contratar a tu ángel de la guarda… Un nuevo “Escrito en la Niebla” con historias de personas que han sobrevivido, contra todo pronóstico.
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