Todo comenzó el pasado octubre cuando el indigente en cuestión robó unas placas de aluminio de una estación de metro en Sao Paulo (Brasil). Ahora que se ha dictado la sentencia, el juez argumenta que como el delito no acarrea violencia de ningún tipo no ve la necesidad de internar al acusado, pero si debe permanecer en arresto domiciliario, a pesar de no tener casa, a causa de la enfermedad mental que padece.
Visto lo visto, la defensa del “sin techo” pide que la justicia brasileña modifique la decisión y adopte una resolución más acorde con la situación real del condenado, ya que aunque quiera, es imposible que cumpla su condena.