Un pescador vietnamita ha estado a punto de ser víctima (mortal) de su propio ‘ingenio’. Cansado de ver cómo los peces deambulaban cerca de su anzuelo antes de decidirse a picar, el pescador inventó la caña eléctrica.

Gracias a este artilugio, el hombre pretendía que los peces recibieran una descarga eléctrica nada más tocar el anzuelo, y evitar así tener que esperar a que lo mordieran.

El pescador fue a probar su nuevo invento a un río cercano a su domicilio, mientras un familiar grababa la escena y se ocupaba de conectar la caña a un generador eléctrico.

Todo parecía en orden hasta que al hombre, presa de la emoción, se le olvida un ‘pequeño’ detalle: salir del agua antes de agarrar la caña. Así, nada más coger su invento con las manos, el pescador recibió una fuerte descarga que le hizo caer redondo al río.

Afortunadamente, el familiar que lo acompañaba anduvo rápido y desconectó el generador, con lo que evitó la muerte del pescador.

El ‘despistado’ inventor sigue con vida, pero tuvo que ser trasladado al hospital más cercano para ser tratado de graves quemaduras en sus manos.