Al menos para las ratas de laboratorio. Un estudio de la Universidad de Connecticut ha descubierto que comer estas galletas activa más neuronas del llamado “centro de placer” del cerebro que drogas consideradas duras, como la cocaÃna.
La información aparecida en Today.com está firmada por Doug Greene, periodista de los servicios informativos de la NBC.
Uno de los participantes en el experimento, el profesor asistente en Neurociencia Joseph Schoeder afirma que “”el estudio sostiene la teorÃa de que los alimentos con altas dosis de grasa y/o azúcar estimulan el cerebro de la misma forma que lo hacen las drogas. Eso explicarÃa por qué la gente tiene tantos problemas para dejar de comerlos y por qué el número de obesos está alcanzando valores tÃpicos de una epidemia”.
El equipo de Schroeder puso a las ratas ante un dilema. A un lado tenÃan tortas de arroz; al otro, Oreos. “Tal y como sucede con los humanos, a las ratas no les hacen mucha gracia las tortas de arroz”, afirma Schroeder.
Las ratas podÃan elegir cualquier opción y tenÃan total libertad de movimiento. Todas acabaron en el rincón de las Oreos.
Los cientÃficos compararon estos resultados con los de otro experimento en el que a las ratas que se decidÃan por uno de los lados se les inyectaba suero salino, y a las que optaban por el otro se les inyectaba cocaÃna o morfina.
Las ratas demostraron igual preferencia por las galletas Oreo que por las drogas. Al poder moverse con libertad, los animales pasaban tanto tiempo en el rincón de las galletas Oreo como en el de las drogas.
Además, y como curiosidad, al igual que pasa con los humanos, las ratas también se comÃan primero el interior de crema.
“El resultado de estos experimentos demuestra que los alimentos con grandes cantidades de grasa y azúcar activas los procesos de adicción del cerebro del mismo modo que lo hacen las drogas. También confirman que los malos hábitos alimenticios que provocan la obesidad pueden ser comparados con la adicción a las drogas”, afirma el equipo de Schroeder en el informe del estudio, que será presentado en el congreso anual de la Sociedad de Neurociencia, que esteaño se celebra en noviembre es San Diego, California.
“Nos da una idea del efecto que los alimentos con mucha grasa y mucho azúcar, o simplemente los alimentos en sÃ, pueden tener en nuestro cuerpo. La forma en la que afectan a nuestro cerebro es algo que me sorprende” ha declarado Lauren Cameron, una estudiante que participó en el proyecto.
“Desde que hicimos el experimento, no he vuelto a comer una Oreo”, concluye Schroeder.
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