HEALTH son la bomba. Desde luego, no lo son en el mismo sentido que los
Killers (por poner un ejemplo), pero eso se debe a que la suya es de
fragmentación y lleva las tripas atiborradas de metralla, en lugar de
fuegos artificiales. HEALTH son un cuarteto de Los Angeles dotado de la
rara habilidad de hacer que lo más sencillo resulte tan peligroso como una
trampa para osos activada en mitad de un merendero…HEALTH son una banda de
pop alternativo que logra que “pop” sea la última palabra que te pase por
la cabeza al escucharlos. Ahora pon la mente en blanco y trata de recordar
cuántos grupos que conozcas se ganarían una frase como esa.

Get Color es el segundo disco de HEALTH (el tercero, si contamos con la
reedición remezclada de su primer largo a cargo de sus vecinos Crystal
Castles), y nos tiene agarrados por el cuello: 9 canciones de algo que
parece el shoegaze de los viejos My Bloody Valentine después de haber sido
genéticamente manipulado en un desguace. HEALTH suenan como podrían sonar
The Pains of Being Pure at Heart después de someterse a una sesión
intensiva de ruido industrial (nadie apostaría por que pudieran sobrevivir
a Throbbing Gristle o Cabaret Voltaire) en la que descubrieran los
placeres de la distorsión y la manipulación de trastos electrónicos.

HEALTH juegan con las armonías vocales dulzonas, con las melodías de
apariencia delicada y la creación de atmósferas tocadas de
psicodelia…cuando las van a emplear, las embuten en una armadura de
aleación pesada y les aplican descargas de alta tensión. Get Color es como
un desfile de zombies que pasean fuera de la tumba lo que les queda de la
canción indie que fueron en una vida anterior; en ésta, son puñetazos de
noise envueltos en percusión y efectos electrónicos. HEALTH juegan a
exhumar esqueletos de indie de manual disfrazándolos de ruido, y logrando
que Sonic Youth, Animal Collective y Nine Inch Nails parezcan compañeros
de pupitre. Ahora pon la mente en blanco y trata de no olvidar su nombre…

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