Disco de la semana: MARY ONETTES : ISLANDS

A los suecos Mary Onettes pudimos verlos en el Donostikluba de 2008. Y
probablemente fue allá donde les miró un tuerto, porque el camino que han
debido hacer hasta editar Islands, su segundo disco largo, no podía ser
más accidentado: el ordenador de Philip Ekström fue robado de su coche en
Estocolmo el mismo día que Mary Onettes regresaban a Suecia de su primera
gira americana, y con él desaparecieron todas las canciones que la banda
había preparado para grabar. Siguiendo con la buena racha, Ekström vio
cómo su copia de seguridad, almacenada en un disco duro, se volatilizaba
gracias a una bajada de tensión eléctrica. De manera que, en 24 horas,
Mary Onettes perdieron todo el material que habían compuesto para su disco
y tuvieron que empezar de cero. Los hay con suerte.

De manera que Mary Onettes debieron encerrarse en su local de ensayo para
tratar de recomponer todas las canciones sobre las que habían trabajado, y
hacerlo en tiempo record. En abril de este mismo año publicaron Dare, un
EP editado para ganar tiempo y sondear la reacción del público a su nuevo
material. Dare no corría riesgos; las 3 canciones que lo componían
abundaban en la misma vena de dream pop nostálgico y cristalino que habían
explotado en su disco precedente. Tampoco Islands corre riesgos…sus 10
canciones responden al mismo patrón, haciendo honores al estilo de su
sello Labrador Records y continuando el camino que comenzaron en 2007. Eso
significa que Mary Onettes vuelven a sonar como ese cruce entre The Cure,
House of Love y The Church que todo el mundo conoce, firmando canciones
dulzonas con un punto de sombra al gusto indie. Salvo Dare y God knows I
had Plans, que ya aparecieron en el EP de adelanto, todo lo que hay dentro
de Islands es nuevo sin serlo del todo; el single Puzzles no es tan
brillante como lo era Lost pero hace su trabajo, Once I was Pretty y Cry
for Love se encargan de la parte más sentimental de la cosa mientras The
Disappearance of my Youth se recrea en arreglos de cuerda, y Symmetry
vuelve a apuntar hacia New Order. Century y Bricks cierran el disco sin
que sea posible dejar de pensar en cuántas veces al día escuchan Mary
Onettes Just like Heaven de los Cure, y si eso no debería significar un
cheque en el buzón de Robert Smith cada mes.

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