Disco de la semana: Fu Manchu: ''Signs of infinite power''

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Os seremos sinceros: si tuviéramos un mínimo de criterio, el disco de esta semana debería ser el One Life Stand de Hot Chip…A fin de cuentas Hot Chip son un grupo supercool de electrónica que rompe corazones entre los indie clubbers del mundo libre, de modo que la opción estaba clara. Sin embargo, es posible que hayáis reparado en que, por más que nos esforzamos, aparentar criterio se nos da bastante mal. Asumidlo: somos unos freaks, unos macarras y nunca espabilaremos. Y Hot Chip tampoco son tan buenos, vaya.

De manera que para esta semana hemos escogido Signs of Infinite Power, el undécimo disco de los californianos Fu Manchu. Fu Manchu fueron, allá por los noventa, uno de los estandartes del stoner rock, que era una cosa que consistía -fundamentalmente- en estar muy fumado y escuchar discos de Black Sabbath. El movimiento stoner terminó el día que se cortó el suministro de tinta para tatuajes en California; a partir de ahí todo fue de mal en peor, las cosas perdieron la gracia y Schwarzenegger salió elegido Gobernador. Afortunadamente, Fu Manchu jamás se enteraron de ninguna de esas catástrofes, y siguen encerrados en su bajera junto a la playa, haciendo canciones sobre cuestiones eternas como el skate, los coches tuneados, el sexo y los ovnis. Así que si eres un fan incondicional del deconstructivismo, los batidos ecológicos y Animal Collective, deberías dejar de leer. Asumo que si peinas flequillo, llevas chapas de Razzmatazz y recoges firmas en Facebook para que vuelva Diario Pop, lo has dejado hace diez líneas…Por cierto, no nos mandes más invitaciones para tus absurdos grupos que empiezan con la palabra Señoras, maldito melón.

Signs of Infinite Power contiene 10 canciones de hard rock pesado y grasiento con títulos emocionantes como “Bionic Astronauts” o “Gargantuan March”, contiene varias toneladas de guitarras de hormigón armado y es, en resumen, lo más parecido a recibir el impacto de un yunque sobre la cabeza. Fu Manchu son un mamut atrapado en el hielo, una reliquia con brazos y piernas que se supone tan anacrónica que uno no alcanza a comprender por qué Wolfmother, en cambio, sí son modernos. Y es que Scott Hill y amilia beben de las mismas fuentes de cerveza caliente que los Wolf, taladran los mismos riffs y seguramente rondan a las mismas groupies. Fu Manchu hacen que quieras volver a tener 20 años, saltar sobre una tabla de skate y romperte la crisma intentando una acrobacia que jamás te salió bien…Es rock n´roll elevado a la máxima potencia, pegajoso, burro y directo como un zurdazo a la mandíbula. Ama a Fu Manchu, o te las verás con nosotros.

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