Entrevista al diseñador Roberto Etxeberria

Roberto Etxeberria (Eibar 1975 ) es uno de los diseñadores que participarán en el festival MID_E Voxx 010 que se celebrará el próximo 17 de diciembre en el Teatro Principal de San Sebastián. Hemos hablado con él vía email para acercarnos a su universo y conocer sus planes de futuro.

Desde que lanzaras tu propia firma en 2008 no has parado de recibir premios, el último Creamoda de Bilbao por la colección Portraits

Es cierto, han sido dos años muy intensos: un accésit y un segundo premio en Vigo y el primer premio en Bilbao. Los premios son muy gratificantes pero lo más importante ha sido poder realizar las colecciones y un poco medirme a mí mismo, mi capacidad de creación y de producción, empezar a construir mi propio lenguaje y al mismo tiempo montar y organizar la empresa. Repito, ha sido y está siendo todo muy intenso.

En Creamoda, los tres primeros premios fueron para colecciones masculinas. ¿Crees que están cogiendo peso?

Yo elegí trabajar en moda masculina un poco por casualidad. Los diseñadores de mi entorno en Barcelona, empezando por Serguei Povaguin con el que aún trabajaba cuando monté mi firma, hacían mujer y me pareció que hacer hombre era una buena manera de buscar mi propio espacio. A partir de ahí comprendí el gran vacío que había en España en la moda masculina y el enorme distanciamiento entre creadores y público.Aquí, a diferencia de otros países como por ejemplo Gran Bretaña o Bélgica, no se había sabido evolucionar desde la sastrería clásica a una sastrería moderna sino que se había producido una ruptura drástica y se estaba optando por una actitud renovadora pero sin raíces. La inspiración por la tradición se había abandonado por una inspiración por lo deportivo, casual, informal e incluso teatral. Las propuestas continuistas de los ochenta como Toni Miro o Roberto Verino se estancaron y la buena confección en pasarela, se había perdido.

Mi trabajo ha buscado enraizarse en esta tradición para crecer desde ahí hacia actitudes contemporáneas y eso creo que ha sorprendido y gustado. Está claro que la crítica tiene en estos momentos los ojos puestos en la moda masculina porque seguramente va a ser la que más evolucionará en los próximos años.

Esta colección es una colección sobria, donde prevalecen los tonos negros y grises.

El tema del color me preocupa menos que el tema de los tejidos. Cuando decía antes que mi referente iba a ser y es la sastrería clásica masculina, me refería no solo a un tema de tipología de prenda y patrón, que también, sino sobre todo a un tema de tejidos. Rescatar las lanas frías, la lana-algodón o la lana-alpaca para la confección masculina era tanto como  hablar de cuadro gales, raya diplomática o tweed.

Lo importante son las calidades y las texturas. El color tiene más que ver con lo estacional y seguramente con un sentido de la elegancia que hay que mover con mucha sensibilidad para no romper el frágil hilo entre creador y usuario. La colección que presenté en Creamoda tiene una gama de colores muy sutil basada, como bien dices, en grises y negros, pero en la que hay también pinceladas beig, marrón y siena, siempre vinculadas a la calidad de los tejidos, el cuadro gales, la napa y el ante.

Eres uno de tantos vascos que han tenido que emigrar a Barcelona para dedicarse a esto. ¿Es imprescindible tener que hacer las maletas para hacerse camino?

En cualquier profesión hay que tener siempre las maletas a punto. Las raíces se llevan en el corazón y eso no hay que perderlo nunca, pero uno tiene que estar dispuesto a la máxima movilidad siempre en busca del mejor lugar donde aprender, donde mejor enseñar lo que se hace y de donde apreciarán mejor tu trabajo.

¿Cómo fue el paso de trabajar con Serguei Povaguin a realizar tu propia marca?

Yo empecé a trabajar con Serguei Povaguin nada más llegar a Barcelona, incluso antes de iniciar mis estudios en Felicidad Duce. Para mí trabajar con él ha sido la verdadera escuela, no sólo desde un punto de vista creativo y técnico sino sobre todo desde un punto de vista humano. Trabajar en moda es algo más que saber dibujar, patronar o estar a la última de lo que se lleva, es tener una actitud de inmenso respeto hacia la profesión y ser tremendamente exigente con tus propias capacidades y eso lo aprendí de Serguei. Como ya he dicho antes, mi decisión de trabajar en moda de hombre, vino en parte condicionada al hecho de compaginar mi trabajo con Serguei con mi propio trabajo y así fue durante un tiempo hasta que finalmente me independicé. Aún así sigo en estrecho contacto con él y pidiéndole consejo. Serguei tiene una espléndida mirada crítica.

Vas a presentar trabajos exclusivos para la muestra MID_E. ¿Te gusta trabajar para este tipo de encargos?

Me parece muy sugerente, en primer lugar porque no es un concurso y eso te permite trabajar sin tanta presión y segundo, en este caso específico, porque te da la posibilidad de interactuar con otros diseñadores y artistas  y eso es realmente excitante.

¿Cuáles son los proyectos que tienes de cara al futuro?

Estoy confeccionando la colección de primavera verano 2011 que es la que se verá en el MID_E de Donostia y que se pondrá a la venta en Marzo y a la vez estoy preparando la colección de otoño invierno 2011,  que será una colección muy enérgica. He introducido unas mezclas muy potentes de tejidos con piel y con pelo. La coloración vendrá dada por las pieles y pasará del blanco al negro atravesando una gama irisada en marrones.