Obus en Barakaldo

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Llevaba semanas esperándolo y por fín llegó el gran día. Obus descargaría toda su artillería pesada en la Herriko plaza de Barakaldo. Un escalón no fácil de subir para los rockeros, pero allí estaban ellos, dispuestos a comerse a todos, como era de esperar.
Con los saludos típicos de viejos rockeros que se acercaban a la localidad fabril, las 11 llegaban con pocos curiosos escuchando a los teloneros. Con timidez pero con contundencia, Quaoar intentaron despertar a los asistentes.

Haciendónos correr con ‘Corre Mamón‘, Obus bajaron el telón dando comienzo a un show que duró alrededor de dos horas. Fortu, melena al viento y gabardina larga, salió el último, como las grandes estrellas, recibiendo la ovación de un público con ansias de heavy ochentero gratis en la plaza del pueblo.

Poco a poco, el ambiente se calentaba, y a Fortu le sobraba la ropa. Gabardina fuera y guitarra acústica en mano, hace subir al escenario a una chica, a la que afirma estar introduciendo en el heavy metal, “al igual que a la Milá” dijo. Comentario y dedicación aparte, “Complaciente o cruel“, se la dedicó a Vero, la chica que se sentó en la silla aprendiendo lo que son las baladas heavys.

Presentaciones y saludos a parte, el solo de batería de Carlos Mirat comienzó. Bombo, timbal, platos, salto por encima de la batería y golpe seco… Increible! Maestro.

Noche animada, con un repaso a sus 30 años vida con repertorio similar al de su último trabajo ‘De Madrid al Infierno’. El maestro de ceremonias, pregonero del metal, dio punto final al concierto con un ”Sube, sube“‘ llenando el escenario de niños que cantaban y bailaban “Esta ronda la paga obus”. Ambiente familiar en los bancos de la herriko plaza, greñas y cuernos arriba en las primeras filas y caras de satisfacción en general. Amantes o no del género, todos volvimos a casa con un buen sabor de boca.

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