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Sanaa, referencia de la arquitectura del siglo XXI

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Sanaa es el estudio de Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, fundado en 1995 y uno de los referentes en cuanto a arquitectura del siglo XXI se refiere. Sejima trabajo con otro gran arquitecto japonés, Toyo Ito, y años más tarde fundó unos de los estudios más interesantes del momento con un antiguo colaborador.

Entre sus trabajos, encontramos cosas como la Terminal de Transbordadores de Naoshima, Edificio de Oficinas de Novartis, Centro Comunitario Rolex, Hotel Emona, Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York.

Esta última obra, el Nuevo Museo de Arte Contemporaneo, ha sido una de sus creaciones más celebradas. El museo quería un estudio joven, que no hubiera construido antes en la ciudad de New York. La respuesta de Sanaa fue una reinterpretación de la estructura entre medianeras tradicional de un SoHo que, a priori, no parecía el lugar más idóneo donde colocar un museo de esas características.

La manera de hacerlo es sencilla, aunque de apariencia compleja: tomando como base la parcela inicial, los 8 pisos de los cuales se compone el museo se mueven, consiguiendo con ello, por un lado la entrada de luz cenital, y por otro la creación de terrazas. El tercer resultado es sin duda una figura distintiva, ya que ningún museo que se precie desaprovecharía la oportunidad de convertir su edificio en un icóno facilmente reproducible.

By: Leonor Karpolov

Un repaso a la arquitectura de la década pasada

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Hacemos un pequeño viaje por la década que dejamos atrás, haciendo un repaso por la arquitectura que se ha construido en ella, o bien la que se ha destruido.

El World Trade Center estalló, llevando a todo el globo a un nuevo status quo, mediático, económico y social. El proyecto ganador para el ground zero, obra conjunta de Daniel Libeskind y el estudio Skidmore, Owings & Merrill, marca una época de bonanza económica donde los rascacielos, lejos de ser demonizados por la eterna imágen de los aviones secuestrados estrellándose en el WTC, se convirtieron en la versión moderna de las torres medievales. Cuanto más alta la torre, más poder el señor feudal.

También ha sido la década de la piel en la arquitectura, pongamos a los suizos Herzog & de Meuron como ejemplo, de los edificios que “hablaban” a través de fachadas repletas de luces y bombillas LED (nuevo Kursaal de Donostia, de Rafael Moneo), que trataban de distinguirse lo máximo posible del edificio contiguo (cerquita también, sede de Osakidetza de Coll Barreu Arquitectos).

Y la arquitectura Rock & Roll. Los arquitectos y arquitectas como estrellas del pop. En todo el mundo, ninguna ciudad ha podido ni siquiera plantearse una reconversión, reestructuración, o relanzamiento sin ir de la mano de un arquitecto estrella. En Euskadi lo hemos podido ver con Zaha Hadid y Zorrozaurre (lo de Durango ya lo vemos más crudo), con Foster y el Metro, Gehry y el Guggenheim, Calatrava y Bilbao…

Y cómo no, ha sido la década de Marina d’Or, del Pocero, de la cultura de la VPO. Se han creado barrios de protección oficial, en Vitoria, Bilbao, San Sebastian, Iruña. Son los barrios obreros de los años 50, pero para una clase media endeudada hasta las cejas. Un curioso caso, cuando los arquitectos dan lo mejor de sí mismos en pos de distinguirse del edificio cercan, nos lo dan los chicos del programa de RTVE Comando Actualidad.

Sobre todo esto, hemos podido ver cómo la Sostenibilidad, santo patrón de cualquier proyecto que se precie hoy en día, planeaba sobre cuanta normativa, proyecto y ley que legislara la construcción.

Y como colofón de la década, hemos podido ver el prodigio de la Arquitectura al servicio del poder, resumido en dos palabras: Burj Dubai. El rascacielos se ha convertido en el hito más alto del país donde el capitalismo se ha demostrado más salvaje, cerrando una época de excesos y claroscuros.