La Fiscalía pide 12 años para el acusado de una violación en Donostia
La fiscal ha mantenido su petición de doce años de cárcel para un ciudadano colombiano, acusado de violar en 2010 a una mujer de madrugada en el centro de San Sebastián, al que imputa un delito de agresión sexual y otro de lesiones, han informado fuentes del caso.
A diferencia del Ministerio Público, la abogada de la acusación particular, que ejerce la víctima, ha elevado su solicitud de condena hasta los 16 años y once meses por un delito de agresión sexual, otro de lesiones y un tercero de robo en grado de tentativa.
En la segunda sesión del juicio que se ha celebrado por estos hechos entre este lunes y martes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, la defensa ha demandado sendas multas económicas para su patrocinado, como responsable de un delito de abusos sexuales sin violencia y otro de lesiones.
Este letrado ha reclamado asimismo la libertad provisional del acusado, que se encuentra en prisión desde hace dos años, aunque las acusaciones se han opuesto y el tribunal lo ha desestimado.
Según relató ayer la víctima, la violación se produjo sobre las 4:30 horas, cuando un joven la abordó en la Plaza de Gipuzkoa, mientras ella si dirigía al Cuarto de Socorro de la calle Bengoetxea porque padecía vértigos.
La mujer explicó que su asaltante le propinó un golpe en la cara que le fracturó cinco huesos de la cara, tras lo que le pidió la cartera, le advirtió de que no se resistiera, le bajó los pantalones y la ropa interior, le introdujo los dedos y posteriormente la llevó tras el busto de Usandizaga situado en los jardines para continuar la agresión.
Un vigilante de seguridad de la Diputación fue testigo de los hechos a través de las cámaras de seguridad del palacio foral y alertó a la Policía Municipal, varios de cuyos efectivos detuvieron al procesado en las proximidades cuando se daba a la fuga mientras se subía los pantalones.
Las citadas fuentes han explicado que tanto la fiscal como la abogada de la acusación particular se han apoyado en la solidez y coherencia del testimonio de la víctima para pedir en sus informes finales la condena del procesado.
La defensa, por su parte, ha mantenido que no existen pruebas que acrediten que éste le introdujo los dedos, por lo que ha considerado que los hechos no son constitutivos de una agresión sexual, sino de un delito de abusos sexuales.
En la sesión celebrada este martes, han declarado varios forenses y se han practicado las distintas pruebas periciales y de toxicología, y el juicio ha quedado visto para sentencia.