El 24 de julio de 1963 la cantante británica Cilla Black hizo una prueba de voz  para la casa de discos Parlophone. Fue el mismísimo Brian Epstein,manager de los Beatles, quien la recomendó y lógicamente la joven cantante de Liverpool pasó la audición y fichó por EMI-Parlophone. Durante los siguientes años fue la única voz femenina que consiguió cierto éxito en el boom del merseybeat y engrosó la lista de grupos de Liverpool  que causaron furor en las listas de música pop del Reino Unido.

Esta joven, llamada en realidad Priscilla White, trabajaba en el guardarropa del club Cavern, lugar de encuentro de algunas de las mejores bandas de la ciudad. Allí tocaban los Beatles, los Searchers, Gerry and The Pacemakers o el grupo de Billy J. Kramer y ella hacía sus pinitos, en el escenario, interpretando baladas de amor. 

Brian Epstein decidió hacer de aquella joven toda una estrella del pop y tras darle un buen cambio de look y prepararla para el escenario, la dejó en manos del productor George Martin.En breve, Cilla Black alcanzó los primeros puestos de las listas de éxitos con temas como "Anyone who had a heart" o "You’re my world". Junto a las cantantes Lulu, Sandie Shaw y, por supuesto, Dusty Springfield, fue una de las mejores voces femeninas del pop británico de los años 60.