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El 6 de octubre de 1978, falleció Johnny O’Keefe. Nuestro protagonista de hoy fue la primera estrella del rock de Australia. Fue él quien puso a su pais en el mapa del rockanroll. Aunque sigue teniendo seguidores en todo el mundo, O’Keefe se ha convertido en un músico de culto. De todas maneras, un tema suyo es un clásico del género que no sólo conocen sus fans más acérrimos: The Wild One. También se conoce este tema con The Real Wild Child. Con este título lo interpretó en 1987 Iggy Pop, consiguiendo un gran éxito internacional. Al propio O’Keefe lo llamaban Wild One: El Salvaje. Salvaje y, sobre todo, fue tenaz. Cuando O’Keefe quiso convertirse en estrella del rock, los promotores de su pais estaban interesados, sobre todo, en las estrellas americanas. Aun así, Johnny esperó y esperó (pasaba horas delante de las oficinas del promotor Lee Gordon, sentado en la acera o merodeando por allí) hasta que alguien estuviese interesado en escucharle.

Durante el tour de Bill Haley and the Comets, por fin, tuvo la oportunidad de salir al escenario. Sus canciones enseguida se convirtieron en hits. El siguiente paso era, por supuesto, ir a América. Cuenta la leyenda que mientras saboreaba su primer batido americano auténtico, se le acercó un ejecutivo de Liberty Records y O’Keefe pudo enseñarle su single Shout, que lo llevaba consigo, casualmente. El caso es que en Liberty Records el australiano gustó bastante y O’Keefe firmó su primer contrato en Estados Unidos. Su éxito no duró mucho, pero él siguió trabajando tan tenaz y concienzudamente como siempre. En 6 de octubre de 1978, la muerte le sobrevino en forma de sobredosis accidental de medicamentos.